LIII

432 33 9
                                    

Taylor

Era jueves, se me estaba haciendo tarde para llegar al trabajo, no entendía cómo es que me había quedado dormida después de apagar la alarma. Ya ni había podido comer.
Tomé mis cosas y corrí a la puerta, mientras la abría intentaba meter la camisa dentro del pantalón, frente a la puerta estaba Vincent a punto de tocar.

—Buenos días

—Buenos días, Vincent. Disculpa, pero tengo prisa

—No te quito mucho tiempo, sólo vine a dejarte lo que me pediste el martes por la noche. No pude venir ayer, no estuve en casa

Extendió su mano, una bolsa sellada colgaba de ella.

—Por fin, gracias

Tardé un momento en tomarla en lo que terminaba de acomodar mi camisa dentro del pantalón y abrochar éste. Tomé la bolsa y la llevé al sofá. En serio tenía prisa.

Tuve un llamado de atención por parte de mi jefa, después me mandó a regar el jardín, el jardinero no había llegado, tenía el día libre.

Creo que me había castigado.

El jardín era grande, así que tardé un rato. Más tarde me puso a ordenar los archivos y revisar la agenda. Había un evento el sábado, una exposición de pinturas, había que ver en qué lugar se encargarían los bocadillos, la bebida y qué bebida sería, aunque eso lo arreglarían con los encargados del evento, no sé cómo habían esperado a último momento para encargar todo eso, era el sábado por la noche, pero estábamos en jueves.

Antes de salir mi jefa me pidió unos minutos.

—Quiero que te presentes mañana. Mejor dicho, no te presentes, quiero que vayas a éste lugar...

Me tendió una tarjeta.

—Vas a elegir los bocadillos

—No creo que deba ser yo quien...

—Confío en tu criterio. Cuando lo decidas, me llamas y haré el pedido

—Está bien ¿después me presento?

—No, después tienes el día libre, como siempre

—De acuerdo. Nos vemos el sábado

—Te quiero elegante, Taylor

—Sí, no te preocupes

—Puedes invitar a una persona

De inmediato pensé en Scarlett.
Mi intento de sonrisa se borró al recordar lo que debía hacer el siguiente día. Luego si no les gustaba lo que eligiera me estarían molestando, pero ya qué.

Estaba cansada y lo menos que quería era pensar en lo que incluso haría el siguiente día, no quería ni preocuparme en saber si aceptarían hacer el pedido. Sólo quería llegar a casa, tomar un baño, comer y dormir, o sólo dormir.

Entré con prisa al apartamento, pero mi velocidad disminuyó al encontrarme con Scarlett.

—En serio debes avisarme siempre que vengas

—¿Quieres que me vaya?

—No, mi amor, no es por eso, me das unos sustos que...

Tomé su mano y la arrastré a la habitación, al llegar la solté y me dejé caer en la cama.

—¿Todo bien?

—No, estoy cansada

—¿Quieres que te prepare algo para comer?

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora