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Taylor

Estaba caminando a los jardines de aquella casa, la empresa en la que trabajaba papá celebraba su aniversario 30 de apertura y él nos había llevado, aunque antes, él, mamá y yo habíamos discutido acerca de mi atuendo, mamá quería que fuera con vestido y yo me rehusé, papá intervino a mi favor, como siempre

Me alejé de los presentes y fui tan lejos como pude hasta llegar a los setos con formas tontas de animales, había poca luz y a penas podía ver. Saqué de mi saco un cigarro y el encendedor.

—Tu ropa tendrá ese olor el resto de la noche

Me quedé con la llama encendida por un momento, luego la apagué y quité el cigarro de mi boca. Conocía esa voz, era sorprendente encontrarla allí ¿cómo? Ni la menor idea y no quería indagar.

—Jamás creí encontrarte aquí

—Yo tampoco lo creí, pero me alegra un poco, no conozco a nadie y me estaba aburriendo

Dije guardando el cigarro en su caja y volví mi vista a la chica, se veía hermosa.

—¡Te ves increíble!

Exclamó llevándome a mil preguntas.

¿segura? Recuerda que mi hermana dijo que soy una chica

—Gracias, también te ves bien

—¿Te molesta si me quedo contigo un rato?

—No

Se mantuvo callada un momento.

—No sabía que tu primer nombre es Drew

—No lo uso

—Nunca imaginé que esa chica fuera tu sobrina

—Yo tampoco termino de creermelo

Dije con una suave risita, risitas tontas que se fueron apagando con los recuerdos y su comentario las terminaron de apagar.

—Para ser sincera la primera vez creí que era tu novia

Sentí que mi rostro se endurecía, no debía ni siquiera imaginarlo por mil razones, todas diferentes.

—Jamás vuelvas a repetir esa tontería

En mi mente la imagen de una Lily furiosa se presentaba, y lo que hacía se veía muy aterrador en mi mente.

—No tiene nada de malo, sólo comento mi equivocación

—Sólo no lo menciones otra vez

Ésta vez mi voz sonó a derrota. Entendía su equivocación, las compañeras de Scarlett lo decían, cualquier otro lo creería, pero era un riesgo que llegara a oídos de mi hermana, con esa imagen que me había mostrado dos años atrás seguramente podría hacer algo peor... Y por un segundo me gustó lo que ví, lo cual me asustó, quería dejar de pensar en ello.

—Lo siento

Otra vez silencio, hasta que volvió a hablar.

—Ven, vamos a la fiesta

Me arrastró a la casa y yo le permití hacerlo. Me dejé llevar por ella, como un barco de papel por una corriente de agua, consciente que en el trayecto, al ser de papel, me ablandaría, terminaría deshaciéndome y finalmente estaría destruida, hecha nada.

—Debes probar esto

Dijo en la mesa de aperitivos. Me estaba dando algo que no logré identificar. Lo metí a mi boca, sabía horrible, mi cara debió ser épica, Emma no dejaba de reír.

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora