Scarlett
La cena estaba servida, Frederick estaba a mi lado, todos estaban en silencio, impacientes.
—No están en ningún lugar
Anunció la tía Louis. El abuelo se notó molesto.
—Albert me escuchará cuando vuelva... Y Taylor también
Miré a Betty, también estaba preocupada.
A diferencia de los demás, yo entendía porqué se habían ido, el tío Albert ayudándola a salir de ahí y Taylor huyendo de la injusticia de la familia.
Me sentía mal por haber llevado a Fred, pero la idea de mi madre, su mirada y su presión me habían hecho no poner resistencia.Después de la aburrida cena, los adultos se fueron a la sala a tomar el famoso whiskey que el abuelo traía de Escocia justo para ese día.
Fred se había ido, Betty y yo estábamos en la habitación de Taylor, las tres compartíamos la habitación para esas fiestas, pero dudaba que ésta vez fuera igual.—Taylor no se tomó a bien lo de tu novio ¿verdad?
—Creo que no
—Era de esperarse
Dijo pensativa.
—Cariño
Interrumpió mi madre, entrando sin tocar antes la puerta.
—Tu padre y yo iremos donde tus abuelos, vas a quedarte aquí, la casa de tus abuelos está lejos y al menos sé que aquí estás a salvo
No podía cree aquello ¿en serio me iban a dejar allí?
—Albert llamó, Drew y él están en su departamento
¡Ah! Eso lo explicaba.
—Adiós, amor. Portate bien, te llamamos al estar allá
—Cuidence
Fue lo único que dije al abrazarla.
Con Betty hablamos un rato, de Fred, de Phill, de su universidad, de las canciones que podía tocar en piano, mi favorita era la que había tocado cuando Taylor desapareció, porque precisamente me recordaba a ella.
De su mochila sacó una botella, del whiskey del abuelo.
—No me mires así, no la robé, la compré
—¿Dónde? Creí que el abuelo traía esto desde Escocia
—Conozco a un escocés
Dijo con orgullo destapando la botella. Le dió un sorbo y me la ofreció a mí.
—Tengo dieciséis años
—¿Y?
—Si mis padres se enteran...
—No están aquí. Iré a ver si hay alguien despierto
Salió dejándome aquel licor en las manos. Lo miré unos instantes hasta que decidí probarlo, quemaba mi boca y mi garganta, pero no me rendí, volví a probarlo tres veces más, mi reloj daban las dos con nueve.
—Sólo William y su novia están en la sala, los demás se han ido a dormir
Betty hablaba suave, cerró la puerta y se sentó junto a mí.
—Podemos beber sin temor
Sonrió quitando de mis manos aquella preciada bebida, me sorprendí de lo hábil que era bebiendo.
Seguimos así, hasta que mi cabeza pesaba y sentía mi cara un poco caliente por el alcohol.—Creo que es suficiente para ti
—Eso creo
Sonreí torpe, esto era nuevo para mí, era una sensación extraña y graciosa.
—Esto sería mejor con Taylor aquí
—Sin duda
—¿No preferirías a Frederick?
—Prefiero mil veces a Taylor
—¿Porqué?
Su sonrisa de lado me hizo sonreír a mí, pero la sonrisa se apagó con mi pensamiento.
—La amo
Susurré, con miedo de decirlo, con miedo de su reacción. La miré, pero ella seguía con esa sonrisa cuando debía estar confundida, molesta, asqueada o aterrorizada. ¡Pero no! Esa sonrisa de complicidad, de felicidad, de alegría. Talvez sólo era el alcohol.
Y de pronto lloré, porque no podía estar con Taylor, porque era un amor imposible, porque ella tenía novia, porque nuestra familia no nos dejaría, porque amaba a mi tía, porque no sabía qué sentía ella por mí, porque lo que sentía no era correcto, porque me dolía aquel sentimiento, porque me sentía atada con aquel amor.
—Creo que es hora de que duermas
Me abrazó hasta que me calmé, susurraba que no había sido buena idea alcoholizarme. No lo había sido, pero me había dado el valor suficiente para aceptar incluso para mí lo que realmente sentía por Taylor. No era sólo atracción, también había un sentimiento, el más difícil de destruir.
Me acosté y no supe más de nada.

ESTÁS LEYENDO
The Gryffin's Sins
Roman pour AdolescentsDespués de luchar contra sus propios demonios y aceptar su amor por Scarlett. Taylor Griffin sabe dos cosas. La primera: está enamorada de la hija de Lily. La segunda: Lily es capaz de cometer homicidio y está segura que irá a por ella. Todo debi...