XXXVI

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Segunda parte ...

Scarlett

Después de dos días por fin podíamos ver a Taylor. Hubiera deseado poder ser la primera en hacerlo, pero no fue así, los primeros fueron mis abuelos, seguido de mis tíos. Sólo que después de los padres de Taylor debíamos entrar uno por uno y cuando fue mi turno me impactó lo que ví.
Tantos monitores, sondas para que respirara, sondas para suero, parte de su rostro lastimado.

Me acerqué más, habían dicho que tenía un brazo dislocado, supuse que ya se lo habían compuesto.

—Taylor

Llamé deseando que respondiera a mi voz, pero no fue así, la sentía tan lejana a mí o yo me sentía ajena al mundo en el que ella había caído y las lágrimas no tardaron en salir de mí.

—Pronto estarás bien

Tomé su mano derecha entre las mías.

—Estaré aquí para cuando despiertes, no me iré de ti

Mi voz se quebró.

—Pero tú tampoco debes dejarme

No podía pensar en lo difícil que sería todo sin ella, sin sus miradas, sin su voz, temía perderla, que no estuviera más, esto dolía como mil golpes y más.

Todos los días llegaba temprano a la visita, normalmente tenía visitas de la abuela, de Betty y mías, el abuelo trabajaba, al igual que mis tíos, al igual que mis padres, los fines de semana iban los demás, ya hasta podíamos estar cuatro personas en la habitación, sin mucho ruido y otros días ni la abuela podía llegar.
Betty me acompañaba, entraba un momento conmigo y luego salía, decía que a Taylor le haría bien que estuviésemos solas, pero a veces no creía en nada de eso.

Empecé a llevarle libros para leerle, algo que la abuela me aplaudió, todos los días peinaba su cabello, me hacía recordar a cuando se cortó el caballo por primera vez, le gustaba que se lo cepillara.

—El doctor dice que te estás manteniendo estable. Eso es bueno

Por más que hablara nada funcionaba. El recuerdo del abuelo sintiéndose culpable por lo de Emma inundó mi mente.

—Fue un accidente, sé que lo sabes, nadie tiene la culpa, menos tú. Los investigadores no encontraron nada, ni a nadie, el carro no tenía placas y en el interior no había nada, creen que fue planeado, pero nadie tenía razones para hacerte eso ¿cierto? Vas a ponerte bien ¿cierto? Quiero saber qué pasó realmente, pero debo esperar a que vuelvas

La universidad empezó de nuevo, hasta donde sabía mis abuelos habían notificado al rector de la situación de Taylor.

—¡Oye!

Escuché a alguien hablando atrás de mí, me giré esperando que el chico continuara.

—Soy Vincent Michaelson ¿Me recuerdas?

—Amigo de Taylor

—Sí, eso creo, Taylor no es muy sociable. Supe lo que sucedió y... Me gustaría verle, también supe lo de Emma...

Sus labios hicieron una mueca que representaba seriamente lo que sentía al respecto.

—Después de la clase que sigue iré con Taylor, puedes venir conmigo si quieres

—Te veré en el estacionamiento, gracias...

Guardó silencio un momento.

—Scarlett

Le recordé.

—Gracias, Scarlett

Sonrió y se fue.
Más tarde lo tenía siguiendo mi vehículo, no quería dejar el suyo tirado en el estacionamiento universitario.

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora