Capítulo 2 - Conociéndonos

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Narra Laura:
En cuando baje todos los escalones de la escalera, me encontré con mi papá, que me estaba esperando.
Dan: Veni que te presento a Ross Lynch.
Yo lo seguí, hasta que paramos, estábamos en el comedor y ahí enfrente mío, de espaldas, estaba Ross Lynch, hablando con un productor, era muy alto.
Dan: Ross, te quiero presentar a alguien.
Ross: Después seguimos hablando, ¿Está bien? – el productor asiente y se va. Ross se da media vuelta para ver a mi papá, y obvio, a mí - ¿Vos sos la actriz? – sonriéndome.
Laura: No.
Dan: No Ross, ella es Laura, mi hija – presentándome.
Ross: Ah, lo siento – mirándome – Un gusto en conocerte – estirando la mano.
No le iba a estrechar la mano, pero mi papá me miro serio y lo tuve que hacer.
Laura: Igualmente Ross – estrechándole la mano. Tenía unas suaves manos.
Dan: ¿Qué te parece si mañana empiezas a filmar una escena? – mirándolo.
Ross: Si, me parece perfecto – sin dejar de mirarme – Adiós linda.
Laura: ¡Laura me llamo! – casi gritándole. Odiaban que me digan piropos.
Dan: ¡Hija! – mirándome serio y luego a Ross – Lo siento por eso Ross.
Ross: No hay problema, lo entiendo.
Que entiende – Diciéndome hacia dentro y porque no para de mirarme, que tengo, monos en la cara.
Laura: Me retiro. Adiós Ross – yéndome de nuevo arriba, a mi cuarto. Cerré la puerta con cerrojo y me escape por la ventana. Ya no aguantaba estar en casa y más con ese tal Ross que me miraba todo el tiempo. Me fui caminando hacia la casa de Raini, quedaba a dos cuadras.

Narra Ross:
Cuando el director me presento a su hija, era fría, no sé porque era así, algo tuvo que pasar para que sea así de fría. Aunque, en verdad, en muy linda, esos ojos color marones y ese pelo ondulado, era parecida al padre, pero debe ser más parecida a la madre, aunque todavía no la conocí.
Dan: ¿Ross?
Ross: ¿sí señor?
Dan: Por favor, llámame Dan.
Ross: Si, decime Dan – mirándolo.
Dan: Mañana veni a las 7 de la mañana, desayunas con nosotros. ¿Sí?
Ross: Si, está bien – sonriéndole - ¿Me puedo retirar?
Dan: Como no, adelante.
Ross: Gracias Dan – saludándolo – Nos vemos mañana.
Dan: Así es, acá lo esperamos.
Ross: Adiós – yendo a donde estaba Nina para decirle que nos íbamos - ¿Nina?
Nina: ¿Sí? – parándose.
Ross: Ya nos vamos.
Nina: Bien.
Nos despedimos de todos y salimos de la casa, ahí había un montón de reporteros y fans, me saque un par de fotos con ellos y le firme autógrafos, hice varias notas y me subí al auto. Algunos fans me saludaban y me decían muchas cosas lindas. Los amaba, siempre me levantaban el ánimo. Sin ellos, no soy nada.
Nos dirigimos hacia el departamento que me alquilaron mis padres para quedarme hasta que termine de hacer la película. Era como muchos meses, de pende de cuanto tarde cada escena y eso. Aparte, iba a recorrer y recordar viejas épocas de cuando era chico y vine con mis padres.
Baje del auto, abrí la puerta de la entrada, fui hasta el ascensor, era el piso numero 5 y la letra A, espere hasta que se abran ambas puertas, luego camine por un pasillo largo y me pare en la letra A, puse la llave, di una vuelta y media, escuche un ruido de que ya se podía abrir la puerta, la abrí y entre, atrás mío venia Nina.
Ross: ¿Te gusta el departamento? – mirándola.
Nina: Si, es muy lindo – observando todo.
Ross: Esa es tu habitación – señalándole uno de los cuartos – Cuando termines de ordenar todo, quiero que me hagas la cena.
Nina: Está bien Ross. ¿Qué querés comer?
Ross: Milanesa con papas fritas – sonriéndole.
Nina: Bien. Voy a salir a comprar.
Ross: No, deja, voy yo.
Nina: ¿Estás seguro Ross? Mira que hay fans y reportero esperándote en la puerta.
Ross: Estoy muy seguro.
Nina: Gracias Ross – mirándome con una sonrisa – Me sacaste un peso de encima.
Ross: De nada – agarrando las llaves – Ponete cómoda. Mi casa, es tu casa también.
Nina: Como digas – saludándome – Cualquier cosa me avisas.
Ross: Si, adiós. ¡Ya vuelvo! – cerrando la puerta.
Ella siempre me hacia la comida que quería, igual no era muy de pedir algo caro o que no se conseguía mucho, era comida normal, como todo el mundo come. Eso sí, panqueques, siempre tenía que hacerme, eran mis favoritos.
Me subí al auto, puse la llave y arranque. Por suerte, todavía no sabían a donde me hospedaba, así que, por ahora, no había nadie en la puerta del departamento, pero eso solo durará unos segundos, en cuando lo averigüen, van a salir todos corriendo. Estacione el auto en una esquina, baje, cerré la puerta, puse la alarma, camine hasta llegar a un mini súper, agarre un carro y empecé a andar. En cuando tenía todo lo que necesitaba, para una semana, fui hacia la caja, me atendió una chica. Le puse las cosas arriba de la cinta corrediza, luego de poner todo, me fui para el otro lado y empecé a agarrar bolsas para meter las cosas adentro de ellas. Tenía como 6 bolsas, todas pesaban un montón. Pague con la tarjeta de crédito que me regalaron mis padres por mi cumpleaños.
Ross: ¿Puedo llevar las bolsas en el carro y después lo traigo de vuelta?
Cajera: Si, claro – sonriéndome.
Ross: Gracias – poniendo todo de nuevo en el carro – Ahora vengo – salí hasta donde estaba mi auto, abrí el baúl, puse las 6 bolsas, lo cerré y volví con el carro para dejarlo en la tienda - Acá lo traje – dejándolo por ahí – Gracias de nuevo – sonriéndole.
Cajera: ¿Te puedo pedir algo?
Ross: Si, decime.
Cajera: ¿Me darías tu autógrafo?
Ross: Como no – me dio un papel en blanco y una lapicera - ¿Cómo te llamas? – mirándola.
Cajera: En realidad es para mi hija, se llama Mara.
Ross: Bien – firmando “Para Mara: Mil besos. Te quiere. Ross Lynch y mi firma – Acá tienes – entregándoselo.
Cajera: Muchas gracias Ross, se va a poner muy contenta.
Ross: De nada – yéndome de nuevo al auto.
Me había reconocido, pensé que no.
Volví al departamento y como me lo esperaba, estaba lleno de reporteros y fans, ahora como voy a hacer para entrar rápido, no tenía ni la menor idea. Estacione el auto enfrente, baje y todos me vieron.
Reporteros: ¡Es Ross Lynch! – corriendo hacia mí - ¿Puedes adelantarnos algo de cómo va a ser la película? ¿Qué actriz va a interpretar como tu pareja? ¿Estás saliendo con alguien?
Ross: De a uno por favor – no podía escuchar con tantas preguntas que me hacían y tanto ruido.
Una reportera: ¿Cómo se llama la película que vas a protagonizar? – poniéndome el micrófono para que hable.
Ross: Se llama “La vida de un adolecente”.
Otra reportera: ¿Es verdad que estás saliendo con una chica morocha?
Ross: No estoy saliendo con nadie, estoy soltero – cruzando la calle para ir al departamento.
Una fan: ¿Te sacas una foto conmigo?
Ross: Si, claro – abrazándola por la espalda y sonriéndole a la cámara.
La misma fan: Gracias.
Ross: De nada linda - sonriéndole.
La misma fan: ¡Hay me dijo linda! – yéndose.
Otro reportero: ¿Estas solo en el departamento?
Ross: No, tengo a mi empleada.
No me dejaban entrar, tenía que hacer algo, pero no sabía qué.

Narra Laura:
Estaba en la puerta de la casa de Raini, mi mejor amiga. En cuando iba a tocar el timbre, abren la puerta, era ella.
Raini: ¡Laura! ¿Qué haces acá?
Laura: Te vine a visitar, ya no soportaba más estar en mi casa – viendo que Raini estaba apurada - ¿A dónde vas tan apurada?
Raini: ¡Ya sé a dónde está Ross!
Laura: Ah, otra vez con Ross.
Raini: ¡Vamos! – agarrándome del brazo.
Laura: ¿A dónde?
Raini: Al departamento.
Nos dirigimos caminando, va, casi, porque Raini corría, no caminaba, quería llegar rápido para verlo, como no lo pudo ver antes en mi casa, por eso iba hasta ahí.
Yo la seguía atrás, que le iba a hacer, no quería que se enoje conmigo por no querer acompañarla.
Era cerca, quedaba a cinco cuadras de la casa de Raini, de la mía, eran siete cuadras. Ya se escuchaba ruidos de mucha gente.
Raini: ¡Ya casi llegamos! – mirándome emocionada.
Corrimos lo más rápido que pudimos, hasta que por fin llegamos, había varias personas alrededor de él, pobre, me daba un poco de lástima, porque no lo dejaban entrar a la casa. Entonces tuve una gran idea, obviamente que si funciona, me va a tener que dar algo a cambio, no es para nada gratis, lo que yo quiera. Me acerque a la multitud de gente que había.
Laura: ¡Hey, quiero entrar a mi casa! – gritándole a la gente - ¡Déjenme pasar!
Raini venia atrás mío, nos teníamos agarradas de manos, para que ninguna de las dos perdiera a la otra.
En cuando pude llegar a donde estaba Ross, le pedí que me de la llave, abrí la puerta y nos metimos adentro, incluido Ross.
Ross: Gracias chicas – mirándome a mí y a Raini – Me salvaron.
Raini: ¡Hay, por fin te puedo ver en persona! – abrazando a Ross – Sos más hermoso de lo que pensé.
Ross: Riéndose – Gracias. ¿Cómo es tu nombre?
Raini: ¡Raini!
Ross: Lindo nombre tenés.
Raini: Aaaww, gracias. Vos también.
Laura: Bueno – mirando a mi amiga – Ahora ya lo viste, vámonos.
Ross: ¡Espera! – acercándose a mí - ¿Vos sos Laura, la hija del director?
Raini: ¡Ya se conocían! – mirándome - ¡Porque no me lo dijiste!
Laura: Justamente iba a tu casa para contártelo, pero no me dejaste.
Raini: Ah – riéndose – Lo siento.
Ross: Así que sos Laura – mirándome.
Laura: Si.
Ross: Bueno, Laura, Raini, gracias por salvarme. Enserio.
Raini: ¡Todo por nuestro ídolo! – sonriendo.
Laura: Queras decir el tuyo – mirándola.
Raini: Si, el mío.
Laura: Sabes cómo es esto Ross no – mirándolo – Un favor, se paga con otro favor.
Ross: Así que quieres que te haga un favor. Bueno, ya que me salvaste, decime que querés que haga por vos.
Laura: Quiero que… - pensando.
Raini: ¡Que la beses! – interrumpiendo y mirándome.
Ross: ¿Eso querés Laura? – mirándome pícaro.
Laura: ¡Raini! – retándola – No, no quiero un beso tuyo – poniendo cara de asco.
Ross: ¿Y entonces que querés? – cruzándose de brazos.
Laura: Quiero que…

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora