Capítulo 17 - Una noche de terror

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Narra Ross:

Ya estábamos de nuevo en mi departamento. Quería saber que fue todo eso que hizo Laura cuando estaba con Tom. No entendía nada. Ella ya lo había visto una vez o por ahí más de una vez.

Nina: La merienda está servida, sienten chicos – saliendo de la cocina con una bandeja en la mano.

Ross: ¡Moría de hambre! – sentándome.

Laura: Vos siempre tenés hambre – haciendo lo mismo.

Ross: ¿Te puedo preguntar algo?

Laura: Si, decime – mirándome.

Ross: ¿Por qué te comportaste así con Tom?

Laura: Eso no te importa, es una cosa mía y de él.

Ross: ¿Fueron novios?

Laura: ¡Que! – riéndose - ¡Jamás seria novia de ese tal Tom!

Ross: ¿Entonces de donde lo conoces?

Laura: Bien – dejando de comer – Íbamos al colegio, juntos. Fin.

Ross: ¿Y qué paso?

Laura: Emm… - algo triste – Nada.

Ross: Laura, podes confiar en mí – agarrándola de la mano y mirándola – Contame que paso con Tom.

Laura: Está bien. Pero promete que no le contaras nada a nadie, menos a él. ¿Entendido?

Ross: Si, te lo prometo.

Laura: Ok. Resulta que a mí me gustaba cuando tenía 15 años, pero nunca se fijo en mí.

Ross: Con lo hermosas que sos – susurrando.

Laura: ¿Qué dijiste?

Ross: Nada. Seguí.

Laura: Bien. Entonces un día estaba con Raini en la plaza y se me acerca y me da un beso.

Ross: ¿A dónde?

Laura: ¡A donde va a hacer! –  diciéndolo obvia – En la boca.

Ross: Ah, bien. ¿Y?

Laura: Luego se alejo de mí y le dije lo que sentía – agachando la cabeza – Me dijo que fue por una apuesta que hicieron con los amigos, que él no gustaba de mí y se me rio en la cara, encima era mi primer beso – comenzando a llorar.

Ross: Hey, no llores – secándole las lagrimas – Fue mi culpa, te empuje para que hables del tema, no sabía que era doloroso – mirándola.

Laura: Está bien. ¿Vos como lo conociste?

Ross: Una vez vine de vacaciones con mis padres y fui a un parque de diversiones, cuando me subí a la montaña rusa solo, me pusieron con otro chico y ahí, mientras esperábamos a que arrancara, nos conocimos.

Laura: Ah, mira. ¿Y nunca te hablo de mí?

Ross: No, nunca.

Laura: Se que es tu amigo, no te voy a pedir que dejes de ser su amigo. Pero lo único que te pido es que no le hables de mí y cuando me vea con vos, que nos vayamos bien lejos.

Ross: Bien. Te entiendo. Fue duro para vos. Lo siento – poniéndome triste.

Laura: No, está bien. No te pongas mal, ya se me paso – sonriéndome – Entonces… ¿Qué tal si vemos la película y comemos golosinas? – feliz de nuevo. Esa Laura es la que quería ver. Cuando se mostraba con una sonrisa, que no la importaba nada, ni nadie.

Ross: ¡Genial! – levantándome - ¡Vamos!

Nos fuimos al sillón. Puse la película y prendí la tele. Le dije a Nina que se vaya a descansar, que después la llamaba cuando queríamos la cena. Apagamos todas las luces, la única luz que estaba, era la del televisor, el reflejo. Me acerque más a Laura, por si tenía miedo y quería agarrarme.

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora