Capítulo 24 - Ficción y realidad

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Narra Ross:

Wow. ¡Espera un momento! Laura estaba enamorada de mí. ¿Cuándo paso eso?  En qué momento se enamoro. No me esperaba que me dijera una cosa así. Pensé que me iba a decir otra cosa, no sé qué, pero menos esto. Cuando le iba a contestar algo, justo nos interrumpe Dan. Porque siempre pasaba lo mismo, alguien nos tenía que interrumpir en el momento menos indicado. No podía esperar unos segundos, pero parece que no.

Dan: Ross, ya está todo listo para grabar la escena.

Ross: Bien. Ya voy.

Dan: No, ya.

Ross: Ok – le sonreí a Laura y fui hacia arriba con Dan. Ya estaba la escena preparada, faltaba el protagonista, o sea, yo.

Maia: ¿Dónde estabas? – acercándose.

Ross: Comiendo un sándwich – además hablando con Laura,  pero eso no le podía decir, porque me iba a matar con preguntas y no tenía ganas de responder ninguna.

Dan: Bueno, acomódense.

El tema era el siguiente. Maia tenía que entrar a mi cuarto y decirme cosas, después me seducía y terminábamos en la cama.

Dan: ¡Y acción!

Grabando la escena.

Laura: Hola Dylan – sonriéndome - ¿Qué le paso a Alai que salió corriendo de la casa?

Dylan: Estaba molesta y me dijo que gustaba de mí.

Laura: Wow.

Dylan: Si. ¿Vos que haces acá? – mirándola.

Laura: Vine a verte. ¿Qué, no puedo? – acercándose hacia mí y mordiéndose el labio inferior.

Dylan: Obvio que puedes.

Laura: ¡Genial! – agarrando mi remera con sus manos y sacándomela.

Dylan: ¿¡Qué haces!?

Laura: ¡Seduciéndote! – sacándose su remera y short.

Dylan: No Laura…

Laura: ¡Shh! – poniendo un dedo en mis labios para que me calle y desabrochando mi pantalón.

Cuando ya estábamos en ropa interior. Me empujo suavemente hacia la cama y se puso arriba mío. Me empezó a besar el cuello y después los labios. Nos tapamos con la sábana y hacíamos movimientos como que lo estábamos haciendo, pero era de mentira. Hasta quedarnos dormidos.

Fin de la escena.

Dan: ¡Corten! Muy bien chicos – levantándose y todos aplaudiendo – Ya se pueden ir.

Maia: Estuviste excelente – saliendo de la cama y cambiándose.

Ross: Gracias, vos también.

Maia: Gracias – acercándose – Si querés – mirándome a los ojos – Podemos hacerlo de verdad – sonriéndome.

Ross: ¿Pero no tenés novio?

Maia: Si, pero lo puedo dejar.

Ross: Igual no, gracias – yendo y golpeando la puerta del cuarto de Laura. Yo todavía seguía en bóxer. Me olvide de cambiarme, pero quería hablar primero con Laura sobre lo que paso en el parque. Escuche un “pasa”, entonces entre. Estaba justo por ponerse una remera. Tenía el pelo mojado, seguro que recién salía de bañarse.

Laura: ¡Ross! – gritándome - ¿Podes salir?

Ross: Me dijiste que podía entrar.

Laura: Pensé que era mi hermana.

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora