Capítulo 15 - Jugando con fuego

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Narra Laura:

¡Mi papá se había vuelto loco! ¡A donde pensaba quedarme! Justo Raini no estaba mañana, tenía que ir a un campo de los abuelos con la familia. ¿Y ahora con quien me quedo? ¡No, espero que no sea con el que estoy pensando! ¡Por favor, todos menos él! Porque me hacían la vida imposible, que hice para merecer este castigo. Quiero que me lleven con ellos, no quiero quedarme acá con… Con… Ash, ni siquiera puedo nombrarlo.

Laura: ¿Con quién me voy a quedar?

Dan: Con Ross.

Laura: ¡No, con él no, por favor papá! – rogándole – Voy con ustedes.

Dan: No podes.

Laura: ¿Por qué no? Me porto bien.

Dan: No es porque te portes bien o no, es porque es una reunión seria y ningún menor puede estar presente, aunque te quedes en el hotel.

Laura: Pero… Pero… - sin que decir – Me voy con Raini al campo de los abuelos de ella.

Dan: ¡No hija!

Laura: ¿Por qué no?

Dan: Ya tienen todo preparado y ya las pregunte, no tienen más lugar en el auto, lo siento pero te quedaras con Ross te guste o no.

Laura: Bien. ¿Pero acá no?

Dan: No, en su casa.

Laura: ¡No, es injusto!

Dan: No pueden quedarse solos acá. ¿Quién cocina? ¡Nadie!

Laura: Yo sé algo.

Dan: Además no quiero que rompan algo o pase algo, mejor vas a la casa y les cocina la empleada.

Laura: Está bien. Pero apenas vuelvan, me avisan. ¿Sí?

Dan: Si, no te preocupes. Cuando lleguemos al hotel, mamá te va a llamar y cuando estemos de nuevo en casa también. Solo te pido una cosa.

Laura: ¿Qué cosa?

Dan: Que te portes bien – diciendo serio – Hacele caso a Ross. ¿Entendiste?

Laura: Entendido.

Dan: Bien. Ahora voy a prepararme y vos también te tendrías que preparar, te vas esta noche.

Laura: ¿Qué, esta noche?

Dan: Si. Sin quejas – yéndose.

 Subí a mi cuarto. Agarre la valija, la más chica, era de color violeta. La puse arriba de mi cama. Total, no iba a llevar mucho para dos noches. Metí dos remeras de mangas cortas, un short, un pantalón largo, una campera, ropa interior y toallas para bañarme, un par de medias, zapatillas, ojotas, piyama, cepillo de dientes y de peinar, secador de pelo, maquillaje y mi celular. Ya tenía todo listo. Mire por última vez para ver si me faltaba algo, pero no, estaba todo. El cargador del celular no lo llevaba porque la batería estaba llena y no se gastaba enseguida. Baje de nuevo, ya con la valija, pesaba un montón.

Laura: ¡Ya estoy lista! – gritando.

Ross: ¿A dónde vas? – caminando hacia mí.

Laura: ¿Cómo a donde voy nene?

Ross: Si, no lo sé.

Laura: ¿Me estas cargando no?

Ross: No.

Laura: ¿Mi papá te dijo algo?

Ross: No, nada.

Laura: Ah – riéndome – Ya verás.

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora