7 años después
—Señora disculpe la interrupción pero el señor me pidió que le entregara este paquete
—Lucrecia miro el paquete que sostenía su ama de llaves, sabiendo perfectamente que contenía.
—Gracias déjalo allí- señalando la cama
Una vez que se quedó sola abrió la caja, que contenía un precioso vestido color rojo lo saco y se quedó mirándolo .sabía que Arturo lo había enviado para que fuera de su brazo a esas fastidiosas fiestas a la cual él estaba acostumbrado. Odiaba todo eso, desde estar casada con ese hombre y tener que fingir que todo estaba bien, cuando todo era un calvario vivir en esa casa.
Había descubierto que Arturo tenía una amante era tan descarado que no le importaba restregársela cada vez que podía. Y ella solo tenía que soportarlo a causa de su familia, Pero ya estaba cansada de todo aquello.
Comenzó a arreglarse y al ponerse el vestido no lo podía creer, era demasiado revelador y ceñido al cuerpo, con un escote muy pronunciado en la parte de adelante mostrando gran parte de sus senos. Lo había hecho al propósito sabía perfectamente que no era su manera de vestirse más bien era la manera en la que se vestían las mujeres con la que se acostaba; comenzó a quitárselo cuando escucho una voz a su espalda
—Ni si quieras lo piense, es un vestido muy costoso y te lo vas a poner— dirigiéndose hacia ella la puso de frente al espejo para que se viese
—Yo no pienso usar este vestido, así que quítame las manos de encima —le dijo molesta zafándose de él, buscando en su armario otro vestido que ponerse
—Esta noche es la inauguración de uno de los mejores hoteles de saó Paulo y Mauricio es el dueño; así que vas a usarlo y punto —le dijo dándole un ultimátum, saliendo de la habitación, dejando a una Lucrecia llena de odio y rabia hacia el
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Al llegar a la fiesta Lucrecia estaba molesta, se dirigió sola a la entrada, pero Arturo la tomo del brazo a la fuerza para mantenerla junto a él. Fingiendo que eran el matrimonio perfecto y envidiable a los ojos de los demás
—Arturo, Lucrecia me alegra de tenerlos aquí —les dijo Mauricio acercándose a ellos, por cierto querido amigo tienes una esposa muy hermosa
Lucrecia miro a Arturo para ver su reacción y solo miro una cara sin ninguna expresión acerca del comentario que había hecho Mauricio, ¡realmente ese hombre era de granito!
—Gracias Mauricio —le respondió ella sin más que decir, voy a saludar a Sofía con permiso dejando a los dos hombres solos
—Antonia está aquí, ¡lo sabías¡ y por eso viniste ¿no?
—Hoy es tu día y no pensaba faltar —le respondió con picardía
—En serio nunca vas a cambiar, eres un hombre casado y Lucrecia está aquí y aun así estás pensando en otra mujer
—Lo que yo tengo con Lucrecia no es nada parecido a un matrimonio —le dijo agarrando dos copas de champan brindando por el éxito de su amigo, además Lucrecia no inspira absolutamente nada en mi ni siquiera compartimos la habitación
—Entonces porque la obligaste a casarse contigo
—Eso querido amigo es algo que no pienso hablar contigo
Por otra parte Lucrecia no paraba de escuchar las aventuras y experiencias que su prima le estaba contando de todos los viajes que hacía. Y de lo feliz que era en su matrimonio con Mauricio y en cierta parte le dio envidia de ver lo feliz que era, mientras ella solo tenía que conformarse con su infelicidad. Hasta que algo capto su atención y fue ver a Arturo salir al jardín con una mujer y eso fue la gota que derramo el vaso .En ese momento pasaron los 7 años de chantajes y humillaciones a causa de Arturo, y decidió que si ella nunca iba a ser feliz el tampoco. Poniendo sus pies en marcha salió al jardín pero no veía nada hasta que escucho unos ruidos e imaginándose lo que ocurría encontró en la oscuridad a ese malnacido casi teniendo relaciones con esa mujer.
—Que vista tan esplendida ¡No es así cariño!
—Lucrecia, que haces aquí- pregunto sorprendido acomendándose la ropa igual que la mujer
—Eres un descarado— Dándole un bófeta tan fuerte que la palma de la mano de quedo ardiendo, eres un desgraciado un animal, pero que digo ofendo al animal, pero no te preocupes no pienso armar un escándalo solo quiero irme YA, el chofer nos está esperando; despídete de tu zorra; te espero en el auto —dejando a Arturo furioso y a la vez sorprendido por su reacción.
Durante el camino a casa el silencio se podía cortar con un cuchillo, Lucrecia solo se dispuso a mirar por la ventana ignorando por completo a Arturo. Al llegar a la casa comenzó a subir las escaleras cuando unas poderosas manos la agarraron del brazo para que le dieran el frente
—Se puede saber que fue todo eso —le pregunto colérico
—Eso, significa que a partir de hoy todo va a cambiar, y suéltame que me estas lastimando.
—Así, y que va a cambiar, porque mientras que yo sea el dueño de todo, tu nunca vas a poder cambiar nada, ni siquiera vas a poder ser libre- le respondió de forma burlona. Arrinconándola contra los barandales de la escaleras
—Eso ya lo veremos voy hacer que tu vida se vuelva un calvario, así como tú lo has hecho conmigo. Voy a hacer que te arrepientas de haberme obligado a casarme contigo y de haber hecho todo lo que hiciste Arturo Medeiro.
—Dime querida Lucrecia ese enamoramiento que sentías por mí en nuestra juventud, ¿ya no existe? Esto no era lo que deseabas cada vez que me espiabas, algún día llegar a ser mi esposa, o es que creías que no me daba de cuenta. Lucrecia trato de soltase pero eso solo hizo que el la apretase más hacia el- dime ya no queda nada ¿se acabó?
—Ya no existe, lo único que siento por ti es repulsión y un odio inmenso, no sé cómo pude ser tan estúpida como para a verme fijado alguna vez en ti, no sabes cómo me arrepiento él a ver ido a esa fiesta ese día pero lo que más lamento en toda mi existencia es a verte conocido. Ya he respondido a tu pregunta ahora suéltame que no soporto que me toques. Al fin Arturo la soltó no sin antes darle una advertencia
—Nunca, escúchame bien no importa lo que hagas, nunca vas a poder librarte de mí — dicho eso dejo a Lucrecia con un plan de venganza en su mente iba a derrotar al todo poderoso Arturo Medeiro y ella por fin seria libre.
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Encadenada a ti
RomansaLucrecia Riveira ha vivido toda su vida en Rio de janeiro Brasil, con padres "adinerado se podría decir que lo tiene todo", pero no contaba que por asistir a una fiesta su vida quedaría atrapada en un matrimonio por chantaje del cual no será tan fác...