Sus manos acariciaban su cuerpo, logrando que gimiera con cada roce y cuando fue sustituido por su boca fue el paraíso. No había lugar donde no la recorriera, enloqueciéndola de deseo; lo sentía en toda su extensión, pero por más que trataba no lograba verle el rostro.
— ¿Dime quién eres? — pregunto ella mientras el no dejaba de torturarla. Pero nunca obtuvo respuesta
Despertando bruscamente encendiendo la luz sudorosa y excitada, Symon no estaba esa noche se había quedado en la firma trabajando en un caso. Fue por un vaso de agua, esos sueños no la dejaban en paz pero no se atrevía a contárselos a Symon. Se vistió saliendo en su auto a la pastelería todavía había mucho trabajo que hacer.
Al llegar, encendió la luz y se puso a revisar los pedidos que tenía. Pero había uno en particular que le llamo la atención. Era para una niña de ocho años que vivía en Brasil al parecer querían que una de las mejores pastelerías del mundo, hiciera todo los postres para ese evento. Durante los ocho años que tenía viviendo en Londres había sido la creadora de muchos postres en varios eventos teniendo que viajar casi por el mundo entero dándole reconocimiento. Pero después de su accidente nunca había vuelto allá. Y tal vez era su oportunidad para resolver ese rompecabezas que tenía.
Rápidamente les respondió el email aceptando el trabajo, dándoles la fecha en el que iba a viajar a Brasil.
—Supuse que estabas aquí —le dijo Lara sentándose en frente de ella.
—Acaso eres adivina —se burló Lucrecia a modo de broma.
—Hay mucho trabajo que hacer y tenemos que viajar a Brasil para un gran evento de cumpleaños de la hija de una de las mejores familias de Rio de Janeiro.
—Te iba a comentar eso, es nuestra oportunidad para llevar nuestro negocio a la cima ¿y para cuando tendríamos que viajar? —le pregunto Lara preparando café
—Pasado mañana, encárgate de lo demás
—De acuerdo... por cierto has visto al dueño de esa casa, esta como para comerse, es un hombre sumamente impresionante y se casó después de que su esposa muriera en un accidente de auto según las noticias murió quemada. Que horrible ¿no crees?
— Si es una muerte espantosa, pero vamos a trabajar que tenemos muchas cosas que hacer antes del viaje.
........
— Arturo la repostería que Regina quería para hacer el pastel junto todos los postres confirmo que viajaría pasado mañana — le confirmo Miranda emocionada.
— Muy bien, te lo dejo a ti y a ella para que los hospeden aquí y tengan todos los materiales que puedan necesitar —le dijo cambiando hacia ella atrapándola entre sus brazos besándola y por un minuto se imaginó que era Lucrecia, agarrándola la sentó en su escritorio abriéndole las piernas sin dejar de besarla y tocarla. Miranda le aflojo la hebilla de su pantalón, bajándole la cremallera liberando su erección.
Situándola a su nivel entrando en ella de un empujón gimiendo de placer. Miranda se agarró a él para sostenerse por cada embestida que le daba. Arturo la tomo del cabello tirando su cabeza hacia atrás cerrando los ojos imaginándose que era a la mujer que amaba y maldiciéndose a la vez por hacer eso. Ambos gemían de placer llevando a miranda a la culminación seguido de él.
—Gracias por estar aquí Miranda y por querer a mi hija como si fuera tuya
—Yo te amo Arturo, para mí no es ningún sacrifico y aunque maddi dice que me odia sé que algún día va a llegar a quererme.
Maddi pintaba en el jardín cuando Marcela se le acerco
—Pintas muy bonito
Maddi la miro y siguió en lo suyo
—Quería disculparme por lo que dije el otro día, estamos creciendo juntas y me gustaría que nos lleváramos bien.
— Pues yo no me quiero llevar bien contigo, ni con tu mama, pero como mi papa se casó con ella solo tengo que soportarlas a las dos. ....Confórmate con ello, así que déjame sola que necesito terminar — le contesto con frialdad
......
Lucrecia miro entrar a Symon a la casa, para soltarle la bomba. Fue hasta ella depositando un beso en sus labios. Y no perdiendo oportunidad se lo dijo.
—Me voy pasado mañana a Brasil por cosas de trabajo, la familia Medeiro quiere que realice el pastel de cumpleaños de su hija. —Tomando un sorbo de la taza de café.
Al escuchar esa notica Symon entro en pánico, si Lucrecia volvía allí, ¿Qué podría pasar?. Ya habían pasado 8 años, tanto su físico como sus acciones eran totalmente diferente. ¿Pero si alguien en esa casa la reconocía?
— ¿Porque no me lo había dicho? —Sentándose frente a ella con cara de poco amigos
—Te lo estoy diciendo ahora, y antes de me digas algo, te recuerdo que es mi trabajo y por nada en el mundo lo voy a dejar de hacer. Pasado mañana viajare a Brasil y tú no me los vas a impedir —le recalco esa última frase con firmeza.
Symon sabía perfectamente, que si se oponía a ese viaje tendría que darle una buena excusa creíble a Lucrecia. Y podría sospechar, solo podía dejarla a ir sin saber que pasaría cuando entrara en esa casa. Aunque no sería fácil, todo había cambiado ahora Arturo estaba casado con Miranda aunque su matrimonio no fuera real. Y no iban a asociar que la mujer que iba a ser el pastel de su hija era Lucrecia.
—De acuerdo, ¿Cuántos días vas a estar allá?
—Una semana, creo que será suficiente. No te preocupes, volveré y nos iremos de vacación como lo habíamos planeado —Repuso Yendo hacia el besándolo fugazmente en los labios.
ESTÁS LEYENDO
Encadenada a ti
RomanceLucrecia Riveira ha vivido toda su vida en Rio de janeiro Brasil, con padres "adinerado se podría decir que lo tiene todo", pero no contaba que por asistir a una fiesta su vida quedaría atrapada en un matrimonio por chantaje del cual no será tan fác...