Lucrecia sentía un presentimiento y aunque sabía que su hija estaba bien, ese presagio no dejaba de rondarle, estaba terminando de firmar unos documentos cuando su asistente entro a notificarle que Arturo quería que fuera a su empresa a verlo.
—No te dijo para que –pregunto ella extrañada
—No solo dijo eso
—De acuerdo, puedes retirarte
Después de ese día en el restaurante Arturo no la había vuelto a buscar, solo se veían cuando ella iba a su antigua casa a ver a su hija y cuando lo hacían él se mostraba hostil e indiferente. Y eso a ella la hacía sentirse impotente, levantándose de su ejecutiva salió de su oficina en busca de una noticia que la iba a destrozar. Al llegar al edificio se sentía nerviosa la asistente de Arturo la dirigió hasta la sala de juntas donde se encontraba el junto con sus dos abogados al ver a los tres hombres supo que algo se avecinaba con la frente en alto se dirigió hacia ellos queriendo ocultar sus expresión y con una sonrisa en los labios pregunto
—A qué se debe esta reunión Arturo
—Hace dos meses te hice firmar un documento como el que renunciabas a todo derecho sobre nuestra hija, pero ahora he cambiado de opinión ya no te voy a limitar a verla y mucho menos a... en fin lo que quiero decir es que el acuerdo queda clausurado —rompiendo el documento delante de ella, y aunque ya no estemos casados podemos compartir a nuestra hija como dos personas civilizadas sin necesidad de ir a una corte a pelear la custodia y nuestros abogados son testigo de eso, ellos se encargaran de lo que haga falta
Lucrecia sonrió feliz no podía creer lo que estaba escuchando por fin su suplicas se habían hecho realidad, y sin pensarlo mucho fue hasta él abalanzándose a su cuello en un abrazo Arturo le pidió a los hombres que se retiraran al quedar solos se quitó a Lucrecia de encima apartándola suave pero firmemente.
—Gracias Arturo no sabes lo feliz que me hace esa noticia —le expreso ella por fin su madre la iba a perdonar e iba poder llevarse a Maddi a su casa sin supervisión de nadie.
—Lucrecia sabes porque hago esto, lo hago porque mientras te vea siempre en la casa nunca voy a poder formalizar mi compromiso con Antonia, porque cada vez que te veo, deseo acerté mía una y otra vez hasta saciarme de ti, pero nuestro matrimonio se acabó tú lo quisiste así y no hay nada que se pueda hacer. Y yo deseo rehacer mi vida al lado de Antonia voy a anunciar nuestro compromiso pasado mañana en la cena que voy a dar en mi casa. —le confeso con un semblante serio y cruel a la vez
Lucrecia fue hasta el quedando a centímetro suyo pudiendo escuchar ambos las respiraciones del otro, acercando su boca a la de el en un gesto sensual la desvió a su oído susurrándole en tono desafiante
—Tu nunca vas a hacer feliz con ella, para eso vas a tener que dejar de amarme Arturo Medeiro separándose de él, lo miro retadora con una sonrisa en su rostro para no mostrar lo que realmente estaba sintiendo, se estaba muriendo por dentro y todo eso se lo merecía, todo era su culpa, pero por nada del mundo pensaba mostrar sus verdaderos sentimientos delante de él.
Arturo la fulmino con la mirada realmente, esa mujer era de hielo, en cierta parte le había confesados sus planes para molestarla para sacar de ella esa faceta de reina de hielo, y mostrara sus verdaderos sentimientos pero no era fácil hacer que Lucrecia se abriera. —sentándose en una de las ejecutiva le dijo en tono cortante.
—Ya no tenemos nada más que hablar al menos que sea referente a la hija que nos une Lucrecia. Mantente lo más alejada de mi casa
Conteniendo las lágrimas que querían aflorar las reprimió y argumentándole de manera mordaz le dijo
—No te preocupes que esa fortaleza que tienes por casa solo la visitare cuando tenga que ir a buscar a Maddi — por cierto pienso buscarla ahora mismo para que mi madre por fin conozca a su nieta en persona así tú. Y Antonia van a tener todo el fin de semana sin interrupción— enfatizando las últimas palabras en tono sarcástico
— ¿De verdad harías eso por nosotros? no sabía que tenías ese lado tan caritativo —le confeso Arturo burlón sin dejar de mirarla, no tengo ningún problema en que mi hija pase el fin de semana con su madre y abuela, ahora mismo llamare a Elena para que prepare a Maddi
..........
Se puede saber que creen ustedes están haciendo, symon no podía creer lo que estaban presenciando sus ojos, había ido al estudio de Nick para saber si ya se había llevado a Lucrecia a la cama, pero en cambio se había encontrado a su amigo teniendo relaciones en el sofá con Antonia. Colérico lanzo un florero que estaba a su lado estrellándolo contra la pared, Nick y Antonio rápidamente se separaron cumpliéndose con sus ropas que estaban esparcidas por el suelo
—Se han vueltos locos, saben que esto nos puede costar a todos nuestros planes y que Arturo y Lucrecia estén juntos acaso quieren eso—alzando la voz fuera de sí caminando de un lado a otro
—No somos tus títeres en tu plan de venganza symon. De ahora en adelante Antonia y yo vamos a redirigir nuestros planes ¿y porque no? divertirnos también—le dijo hastiado
—Ustedes no saben con quien se están metiendo y si Arturo y Lucrecia llegan a descubrir esta calentura que tienen ahora les va a costar muy caro. Sobre todo a ti Antonia piénsalo muy bien
Saliendo del estudio hecho una furia subiendo a su auto maldiciendo a todos, su alma se había oscurecido y su mente solo tenía a una persona en entre ceja y ceja Lucrecia. Sacando una fotografía de la guantera de su camioneta comenzó a contemplarla con deleite y tomando una decisión se dijo que quería a Lucrecia para el al diablo Nick y Antonia. No racionaba era tan fuerte la rivalidad que tenía con Arturo que no se daba de cuenta lo valioso que estaba perdiendo, toda su vida durante la universidad tuvo que soportar las humillaciones de Arturo por eso había decidido quitarle a Miranda que por años habían sido novios. cuando realmente de la que estaba enamorado era de su mejor amiga pero tuvo que renunciar a ella si quería humillar a Arturo y luego de la golpiza que le mando a dar al reaccionar y enterarse que Lucrecia se iba a casar con él, lo desquicio llenándolo más de odio. Saliendo de sus pensamientos marco el número de celular de Lucrecia.
—Symon que sorpresa, pensé que todavía estabas de viaje
—Ya regrese y quisiera que nos viéramos
—De acuerdo, te parece bien aquí en mi casa
—Me parece bien nos vemos luego— al colgar sonrió triunfante con el plan que tenía en mente.
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Encadenada a ti
RomanceLucrecia Riveira ha vivido toda su vida en Rio de janeiro Brasil, con padres "adinerado se podría decir que lo tiene todo", pero no contaba que por asistir a una fiesta su vida quedaría atrapada en un matrimonio por chantaje del cual no será tan fác...