Cuando Lucrecia despertó, se encontraba en una habitación de un hospital. Todo era tan confuso y por un momento no se acordaba de todo lo que había pasado, hasta que entro Arturo seguido del médico.
— ¿Qué hace tu aquí? –Quiero que te vayas, por tu culpa me está pasando todo esto –le dijo con los ojos llorosos tratando de levantarse de la camilla
— Cálmese Señora Medeiro – ¿Dígame cómo se siente? –pregunto el medico revisándola
—Voy a estar bien cuando este hombre desaparezca de mi vista.
— Señor Medeiro, podría dejarnos solos, ya que su esposa no se concentra a causa de su presencia
— Arturo quiso protesta pero al final accedió...
—De acuerdo voy a llamar a tu madre para que este aquí contigo, ya que no me quieres ver a mí –Declaro con el semblante preocupado.
Una vez Arturo salió, el doctor prosiguió a darle una noticia que cambiaría su vida para bien o para mal.
— Porque me desmaye doctor, nunca me he desmayado en mi vida —pidió saber ella
— Se debe al estrés por el que estás pasando y debido a ello, no te has estado alimentado muy bien que se diga y más en tu estado.
– ¿Estado? ¿De qué habla? —pregunto totalmente confundida
— Tiene tres semanas de embarazo –prosiguió el médico.
Para Lucrecia fue un balde de agua fría, no podía asimilar lo que le acaba de decir Embarazada. Iba a tener un bebe de Arturo, sabiendo que eso solo iba a estropear todos sus planes de alejarse de Arturo añadiendo:
— ¡Yo no puedo estar embarazada doctor!, debe a ver un error, sabe lo que usted me está causando con esta noticia. Yo no quiero este bebe; hace unas horas atrás ese hombre que está afuera y yo nos íbamos a divorciar. Porque nuestro matrimonio es solo una farsa y usted me viene con esto ahora —exclamo alterada fuera de si
El doctor trato de calmarla pero fue imposible, Lucrecia había entrado en crisis por la noticia. Rápidamente entro Arturo, seguido de una enfermera teniendo que sujetar a Lucrecia para que le suministraran un sedante por la vena para tranquilizarla. Una vez a fuera Arturo de pregunto al doctor algo que le inquietaba
— Doctor Lerense, ¿mi esposa se va a estabilizar de esta crisis verdad? –por como vio a Lucrecia fuera de si
— Todavía no puedo decirle con certeza señor Medeiro, habrá que esperar a que la paciente despierte y ver cómo va asimilando la noticia. Sé que no es de mi incumbencia, pero porque no tratan de arreglar sus deferencias y más ahora que hay un bebe de por medio.
— Tiene razón doctor, no es de su incumbencia lo que pase entre mi esposa y yo –le contesto de manera acida
— Disculpe mi intromisión, lo mantendré informado de cualquier cosa que pase, — y dicho eso se fue dejando Arturo preocupado pero a la vez triunfante por la noticia. Iban a ser padres y ahora más que nunca Lucrecia no se iba alejar de él.
A los pocos minutos llegaron, Regina y Sofía junto a Symon desagradando a Arturo por completo.
— ¿Qué haces tú aquí? solo puede estar familiares y que yo sepa tú no eres nada de Lucrecia –vocifero Arturo furioso con Symon
— Te equivocas Arturo, soy su amigo y estoy totalmente seguro que Lucrecia preferiría que yo estuviese aquí con ella antes que tu –le soltó dándole donde era
— Ya basta a los dos, como esta mi hija Arturo –pregunto Regina preocupada
— Ahora mismo está sedada por la noticia, ya cuando despierte podrán verla
— Todo esto es culpa tuya — exploto Sofía señalando a Arturo— Si no fuera por ti Lucrecia estuviera bien, incluso feliz, tú te has encargado de llevarla al límite. Por ser tan mezquino y egoísta; ¿Qué quieres de ella Arturo? .Porque no la dejas en paz o es que acaso te enamoraste de ella y no encuentras como a ser que te amé y quieres retenerla a como dé lugar valiéndote de cualquier cosa.
— Estamos en una sala de hospital así que no armemos ningún escándalo quieres –le pidió sin responder a ningunas de sus acusaciones, haciéndola callar
— Eres un canalla –le escupió Symon llevando a las dos mujeres a un sillón para que se calmasen
.......
Al despertar de nuevo Lucrecia estaba más calmada, y encontró a sus seres queridos allí junto a ella
— Como estas mi niña, -le soltó su madre cariñosamente
— Como sabrás, no también, llevo dentro de mí a un bebe que no deseo –expreso con rencor
— No digas eso Luc, ese bebito puede traerte mucha felicidad –le dijo su prima para confortarla
— Así, "feliz", como puedo serlo si incluso divorciándome seguiría atada a el de por vida a eso llaman ustedes felicidad.
— Luc créeme que un hijo es una bendición, si no mírame a mí —Repuso symon a los demás comentarios
— Tu caso es muy diferente Symon, solo quiero que me saquen de este lugar si, y no quiero que me hablen más del tema.
.........
Habían pasado los días y solo habían empeorado las cosas, Arturo no había permitido que Lucrecia volviese a su Apartamento. Haciéndola volver a la casa y no hubo mundo ni remedio para hacerlo cambiar de opinión permitiendo solo las visitas de Sofía y Regina, dando órdenes de no permitirle la entrada a Symon haciendo que este solo aumentara su sed venganza hacia él. Por otro lado las náuseas y mareos estaban volviendo loca a Lucrecia, había perdido peso y estaba más pálida que nunca. Arturo había contratado una enfermera las 24 horas del día añadiendo más personal que estuviese al pendiente de ella y eso solo hacía que Lucrecia se irritase más.
— Señora por favor tiene que comer, si no como piensa mejorarse, y recuperar su belleza.
— A mí no me importa ser bella, solo quiero que me dejen en paz –resoplo fulminándola con la mirada
— pero usted....
— Déjanos solos Elena —pidió Arturo entrando a la habitación
La mujer los dejos solos, dejando la charola en la encimera cerca de la cama.
Arturo se acercó a ella, dándose de cuenta lo pálida que estaba, cada día recibía un informe médico de la salud de Lucrecia. Aunque viéndola con sus propios ojos se sentía culpable porque él era el causante de lo que le estaba pasando
— Sé que me odias y no me quieres ver, pero tienes que comer para que puedas estar bien –asintió él parándose delante de ella haciendo que Lucrecia inclinara la cabeza para poder verlo
— Se perfectamente que esta preocupación que sientes, es porque estoy esperando a tu hijo, teniendo que soportar todos estos cambios que está haciendo con mi cuerpo ¡Mira como estoy! Levantándose de la cama para que la viese mejor —recriminándole con la mirada envenenada
Arturo realmente trataba de llevar la fiesta en paz, pero Lucrecia era insoportable al observarla solo tenía una bata traslucida y un tiro se le había deslizado por el hombro dejando gran parte de su seno a la vista. Lucrecia al darse de cuenta rápidamente quiso taparse pero Arturo la detuvo con brusquedad tirando de ella con fiereza así él –le pregunto:
— ¿Dime, si este bebe fuera de otro hombre, de uno que tu amaras, no lo detestaras como lo haces verdad?
— Si –respondiéndole con frialdad —pero como eres tú, lo odio al igual que a ti y ese va a tener que ser tu calvario Arturo Medeiro
Arturo molesto enterró sus manos en el cabello de Lucrecia. Plantando su boca en la de ella, besándola de manera brusca y en cierta parte porque lo deseaba y aunque le costara admitirlo deseaba a Lucrecia como nunca había deseado a ninguna mujer.
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Encadenada a ti
RomanceLucrecia Riveira ha vivido toda su vida en Rio de janeiro Brasil, con padres "adinerado se podría decir que lo tiene todo", pero no contaba que por asistir a una fiesta su vida quedaría atrapada en un matrimonio por chantaje del cual no será tan fác...