Capitulo 13

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Lucrecia por primera vez en su vida se sentía bien hablando con un completo extraño.se sentía desaojada, relajada, olvidando por completo lo demás. Hablaron por horas cosas triviales y algunas personales.

—Eres una mujer encantadora realmente envidio a tu marido —le confeso el hombre con una sonrisa sensual dejando a Lucrecia embelesada y cautivada.

—Soy una mujer casada no deberías decir esas cosas —le declaro ella sonriente después de tanto tiempo

—Solo digo la verdad....Ah ya es tarde deberíamos volver ,los dos se dirigieron a la casa pero a mitad de camino Lucrecia se tropezó perdiendo el equilibro y si no fuera sido por Nick que la agarro atrayéndola hacía el. Se fuera lastimado gravemente—ambos se quedaron mirándose por largo rato y no supo cómo paso— pero los labios de él estaban pegados a los de ella en un beso lento y sensual experimentando sensaciones inexplicables. Ella se agarró a él correspondiéndole de la misma manera. Hasta que se dio dé cuenta de lo que había hecho. Pero era demasiado tarde al voltearse se encontró con Arturo presenciando todo lo que había pasado.

Este se fue sin dejarle oportunidad de hablar, obligándola a ir detrás de él— dejando a Nick cautivado por ella. Lucrecia le gritaba que se detuviera pero este hacia oídos. Sordos. Al llegar a la multitud su madre la detuvo preguntándole que pasaba, pero ella la ignoro por completo. Haciéndose que se preguntaran los demás que había pasado y a symon sonriendo por lo que había pasado. Al salir de la casa en busca de Arturo no lo encontró por ninguna parte. Haciendo que su chofer la llevara a la casa con la intención de que estuviera allí —pero se equivocó la casa estaba vacía....subiendo a su habitación se ducho con mil pensamientos en su cabeza ni siquiera le contestaba el celular, metiéndose a su cama pensando que tal vez estuviera con su amante, callo por fin en un sueño profundo.

Al despertar se vinieron los sucesos del día anterior, su celular tenía cinco llamadas perdidas entre su madre y Sofía. Levantándose se metió al baño a darse una ducha larga al salir, se encontró a Arturo de espalda mirando por la ventana. Al sentir su presencia se dio vuelta observándola con solo una bata de baño y su cabello húmedo. En cambio él se veía fresco y normal como si no fuese pasado nada, pero su rostro estaba esculpido con un semblante duro, cruel sin dejar de mirarla añadió con frialdad

—Dentro de una hora te espero en mi despacho —dirigiéndose a la puerta pero ella fue hasta él y agarrándolo del brazo lo detuvo.

—Lo que paso ayer...no es—le quiso explicar ella pero en la interrumpió.

—No tienes quedarme ninguna explicación, entre tú y yo no hay absolutamente nada no te tardes —Declaro con frialdad dejando a Lucrecia con la palabra en la boca.

Cuando llego al despacho se encontró a los dos abogados, que llevaban el caso del divorcio de Arturo y ella.

—Pasa algo —pregunto confundida.

Los tres hombres la miraron fijamente hasta que su abogado le extendió unos documentos. —al verlos se dio de cuenta que era la demanda del divorcio con la firma ya de Arturo en ella. Se quedó mirándolo fijamente sin poder creerlo.

—Solo tienes que firmar, para que todo esto termine y seas libre como siempre lo has deseado, accedo a darte el 60% de mi patrimonio incluyendo tu casa y la villa en Roma. Y te dejo a cargo en su totalidad a textil-resort como su presidenta ya no necesitas de mi ayuda la empresa puede funcionar sola sin textil-Enterprise. Extendiéndole el bolígrafo para que firmase mirándola fijamente

Tomándolo fue hasta el escritorio y firmo quedando al fin libre de él. ¿No era eso lo que quería?

—Hay otra cosa que debes firmar, dándole el documento el mismo, es un acuerdo en el que renuncias a tu derecho como madre de mi bebe, no quiero por nada del mundo que la vida de mi hija se vuelva miserable por una madre que no la quiere. Así que por favor fírmalo—le ordeno el con resentimiento en sus palabras.

— ¡Porque estás haciendo esto!, —le expreso ella en trance por todo lo que le estaba pasando— todo era tan rápido que no lo podía asimilar.

— ¡Fírmalo ya! le exigió el casi obligándola.

Lucrecia se quedó mirando a los demás hombres y esto mostraron en sus miradas lastima por ella. Por lo que Arturo la estaba haciendo hacer. Tomando el bolígrafo tembloroso firmo sin saber que se iba arrepentir por esa decisión. Sus abogados se despidieron de ellos dejándolos solos. Pero ella estaba ida, se había comenzado a sentir mal su piel estaba fría y sudorosa comenzando a tener un fuerte dolor en el vientre.

—Me siento mal Arturo ayúdame —pidió ella pálida Arturo fue hasta ella para sostenerla dándose de cuenta que estaba como un tempano de hielo. Y sin previo aviso rompió fuente dándole un fuerte dolor. La cargo en sus brazos hasta el auto llevándola inmediatamente al hospital donde los esperaba el doctor Larense.

—Me duele mucho....Arturo yo lo sient.... —trataba de hablar pero Arturo la acallo

—No te preocupes ya vamos a llegar.

Lucrecia entro en estado de parto. Hasta que Arturo escucho el llanto de su hija por primera vez, la iba a proteger y no iba a permitir que nadie le hiciese daño. Llamo a Regina dándole la noticia para que estuviera con ella. Después de una hora el doctor le indico que podía entrar. Encontrándose a una Lucrecia adolorida y su bebe en brazos y eso lo enfureció.

—Es una niña muy fuerte—le dijo la enfermera —y como la va a llamar señora

Lucrecia se quedó mirando a la bebe por unos segundos para luego mirar a Arturo encontrándose con una cara de pocos amigos.

—Se va a llamar Maddi —respondiendo el antes que Lucrecia

—Es un nombre muy bonito pero ahora debo llevármela a la incubadora ya que debe estar allí durante unos días hasta que esté completamente bien para que se la lleven a casa. —la enfermera se llevó a la bebe dejándolos completamente solos.

—Espero no volver a cruzar nuestro camino Lucrecia —girándose para irse dejándola con un gran vacío en su corazón, pero ese era lo que siempre había querido. Aunque no siempre lo que deseamos es lo que necesitamos.

Encadenada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora