Capitulo 4

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—Señora ya las maletas están lista como me lo pidió, si no se le ofrece nada más me retiro

—Buenas noches delfina

Lucrecia se quedó en la sala de estar esperando a Arturo ya eran más de las 11pm de la noche pero lo que tenía que decirle no podía esperar. Pasaron como quince minutos cuando escucho el auto aparcando en la entrada de la casa, cuando Arturo entro se sorprendió ver a Lucrecia sentada en el sofá con una bata de noche traslucida la cual dejaba a la vista su figura.

—Se puede saber qué haces levantadas a esta horas de la noche— caminado hacia ella algo intrigado

Lucrecia por instinto retrocedió sin apartar la mirada de la de el

—Solo te quiero informar que a partir de mañana me voy de esta casa, no pienso seguir ni un día más aquí, no después de lo que te atreviste hacerme y que pienso contratar al mejor abogado para poder líbrame de ti y aunque no tenga mucha experiencia quiero estar al tanto de cada cosa que pasa en textil-resort y que ninguna decisión se haga. No sin antes de que yo lo apruebe ¿me has entendido? —Vocifero con la mirada fija en la de él.

Arturo se quedó mirándola por unos segundos antes de añadir

—Crees que por primera vez en mi vida, me siento orgulloso de lo que te hice; nunca he tenido la necesidad de tomar una mujer a la fuerza. Pero tú me sacaste de mis casilla y perdí el control —le espeto alzando la voz intentando acercarse a ella pero Lucrecia fue más rápida y puso el sofá como barrera entre ellos dos

—No vuelvas a intentar tocarme, de solo pensarlo me dan nauseas

Cambiando su expresión impasiblemente por las palabras de Lucrecia Arturo le respondió dirigiéndose a la barra de bebidas sirviéndose un trago. La única que te voy a poder conceder de todas tus peticiones es la última, porque tienes todo el derecho, pero la única forma en la cual tú te puedas librar de mi es sobre mi cadáver. Así que por que no eres una niña buena y te vas acostar, ya es muy tarde. Haciéndola quedar como una tonta

Lucrecia no supo cómo paso, pero se abalanzó sobre Arturo como una leona furiosa dándole un puñetazo en la nariz con una fuerza la cual no supo de donde había salido. Vio como la nariz de Arturo sangraba y este la miraba estupefacto por su reacción

—Escúchame bien, imbécil de ahora en adelante soy yo la que va a dirigir su vida y te guste o no me voy a ir de esta casa y a divorciar de ti. Y la única relación entre tú y yo; va a ser puramente cuando coincidamos en la empresa y tengamos que tratar cosas de negocio, nunca más Arturo Mediero vas a volver a controlar mi vida —le grito hecha una furia tirándole el estuche del collar al pecho junto con el anillo de boda

—Si pensabas que con ese estúpido collar y esas rosas ibas a remediar todo lo que me hiciste estas muy equivocado.

Arturo se sonrió sarcásticamente por las palabras de Lucrecia y limpiándose la nariz con una servilleta respondió

— ¿Me estas declarando la guerra? Lucrecia Riveira, muy bien que gane el mejor; pero si yo gano atente a las consecuencias

—Una vez te deje ganar, pero esta vez va a ser muy diferente eso tenlo por seguro— dándose la vuelta dejo Arturo más que furioso, divertido por el juego que iba a empezar del gato y el ratón

Semanas después

—Señora hay alguien que quiere verla, le dije que sin cita no podía pero él insiste en hablar con usted —le dijo Manuela su asistente

—Está bien hazlo pasar, —terminando De firmar unos documentos sintió como la puerta se abría al levantar su cabeza se quedó sorprendida por la persona que era:

—Tiempo sin verte Luc o te debería llamar Lucrecia

—Symon, que haces aquí, por favor siéntate

—Miranda y yo llegamos ayer de canada y me entere por Sofía que te podía encontrar aquí —le confeso el con una sonrisa en su rostro

—Me dejaste muy claro después de lo que paso, que no querías volver a verme. Por eso se me hace extraño que estés aquí.

—Se lo que te dije, pero después de tanto tiempo lo he olvidado, Miranda y yo somos muy felices tenemos una niña de 4 años y no puedo pedir más. Pero de lo único que me he arrepentido toda mi vida es a ver perdido a mi mejor amiga y quiero que eso cambie ahora. Sin importa que estés casada con Arturo.

—Oh Symon le dijo casi llorando de la emoción

—Yo también te he extrañado muchísimo y te pido perdón por a ver hecho lo que hice pero no tenía opción estaba de por medio mi papa y yo.....

—Por qué mejor no olvidamos todo lo que paso y comenzamos de nuevo y para sellar nuestra reconciliación ven aquí y dame un abrazo

Lucrecia se sonrió y levantándose de su ejecutiva fue así el, dándole un abrazo, encontrando una calidez que necesitaba en esos días tan crises. Estaba tan absorta en ese abrazo que no escucho la puerta abrirse hasta que escucho una voz a su espalda.

—Interrumpo....

Symon la soltó y al voltearse se encontró con que Arturo la miraba molesto y una advertencia en su mirada.

Encadenada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora