Capitulo 26

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Abrió la puerta de la casa encontrándose con un agente de la policía entregándole una orden de alejamiento de parte de Lucrecia. Cerrando de un portazo maldijo a todos a su alrededor

—Si piensas que una orden de alejamiento va a separarme de ti, estas muy equivocada. Te la voy arrebatar Arturo y no la volverás a ver nunca más. Sacando su teléfono móvil marco a un amigo de años

—Hola Thiago, Como has estados, recuerdas el favor que me debes,

—Muy bien y Claro que lo recuerdo como podría olvidarlo

—Necesito que me preste tu casa de campo por unos días y me consigas dos pasaportes con las fotos y nombres que te voy a enviar.

—Me imagino que no puedo preguntar para que es ¿Cierto? —le dijo el otro hombre riendo a través de la otra línea

—No, llámame cuando este todo listo. —colgó Maquinando su plan para atraer a Lucrecia a su trampa

.......

—Hola Arturo, podemos hablar —musito Miranda sentándose en frente de el con seriedad

Arturo la miro y tuvo que admitir que seguía siendo muy hermosa como la primera vez que la vio, aunque su semblante se veía sobrio y que tenía problemas

— ¿A qué se debe tu visita Miranda?

—Se trata de Symon, nos vamos a divorciar ya no es el mismo hombre del que me enamore. Se ha vuelto un ser egoísta, vengativo y obsesivo. Él te odia Arturo por lo que le hiciste hace 12 años pero sobre todo porque siempre ha amado a Lucrecia y ella te ama a ti. Convirtiendo ese amor en obsesión, temo por el bienestar de ella Symon es capaz de hacer cualquier cosa.

—Ya lo sé, y tome medidas para protegerla, pero agradezco tu preocupación Miranda —levantándose de su silla para tomarse un trago

—Pero no se va a quedar tranquilo, aunque la estés protegiendo. Ayer dejo un mensaje donde me decía, que lo perdonara y que le digiera a Marcela que la amaba muchísimo pero no podíamos ser una familia porque el solo vivía para una sola mujer y era Lucrecia. Trate de localizarlo pero no me contesta las llamadas —vocifero alterada yendo hacia el para que la comprendiera

—Ese hombre le pones las manos encima a Lucrecia y lo mato con mis propias manos —le espeto amenazante,

La puerta se abrió entrando Lucrecia sonriente pero al el aura esta se le fue del rostro. Fue hasta ellos cruzándose de brazos

—Miranda ¿qué haces aquí?

—Yo ya me iba, Arturo te lo explicara después —le explico seria dejándolos solos

Arturo fue hasta ella abrazándola posesivamente, percibiendo su perfume a lila grabándolo en su mente. Lucrecia se separó de él, preocupada por la reacción de Arturo.

— ¿Pasa algo? —acariciándole el rostro con unas de sus manos que Arturo tomo besándola

—Miranda vino a decirme que te protegiera de Symon que estaba fuera de sí y era capaz de hacer cualquier cosa para tenerte. Ellos se van a divorciar pero al parecer eso no le importa a él.

—Eso jamás va a pasar, yo siempre te voy amar no importa lo que pase y ni Symon ni nadie nos va a separar —le aseguro besándolo para demostrárselo cosa que Arturo no pudo resistirse.

—Te vine a invitar almorzar a la casa ¿Qué dices?

—Uhhh....Está bien, vamos.

Salieron de la empresa donde el chofer de Arturo los esperabas, sin percatarse de que Symon los observaba desde su autor con rabia contenida.

..........

Después de ir a ver Arturo, había llevado a su hija al parque a jugar, sintiendo melancolía, teniendo que mentirle cada vez que preguntaba por él. Sentándose en la banca observaba verla jugar con los demás niños. Aunque debía admitir que ya no sentía el mismo amor por Symon la había decepcionado tanto que este se estaba esfumando. Pero ver esa mañana al ver a Arturo recordó los momentos que habían pasado juntos. Y al verlo tan decidido a proteger a Lucrecia por el amor que sentía por ella, la envidio

—Mira mami el castillo de que hice —le grito Marcela emocionada orgullosa de lo que había hecho ella sola

—Ohh es maravilloso mi amor

—Papi —Exclamo la niña corriendo hasta su padre

Miranda voltio sorprendida por la aparición de Symon que traía en brazos a marcela sonriendo hasta ella.

—Cómo has estado Miranda

—Yo... Bien aunque no pueda decir lo mismo que tu Symon —le dijo rencorosa con la mirada chispeante.

—Papi te extrañe muchísimo —le expreso la pequeña abrazándolo con cariño y Miranda tuvo que aguantarse las ganas de llorar

—Cariño ve a jugar con los otros niños tu padre y yo tenemos que hablar

Marcela se fue regañadientes a jugar dejando a sus padres solos

—No te da remordimiento ver a tu hija anhelando tu ausencia simplemente porque estas tan obsesionado con Lucrecia, que no te das de cuenta de lo valioso que estas dejando atrás.

—Yo amo a mi hija y siempre voy a ver por ella, y lo de Lucrecia lo he pensado bien y me di de cuenta que nunca va a dejar de amar a Arturo a pesar de todo. Solo vine a despedirme hoy me voy de viaje, quiero alejarme de todo por un tiempo. Voy a estar en comunicación con marcela para que no sienta tanto mi ausencia....Miranda realmente perdóname nunca he querido lastimarte pero no puedo seguir así. Cuando quieras puedo firmarte los papeles del divorcio.

Miranda lo miro con los ojos llorosos que rápidamente se los seco con el dorso de la mano bruscamente.

—Has lo que quieras.....ya no me importa lo que hagas, destruiste nuestras familia, mi amor por ti, lo único que te voy a pedir es que no mates el cariño que marcela siente por ti ella no se lo merece —le contesto con rabia en sus palabras.

—Eso nunca va a pasar... —tratando de tocarla pero Miranda se alejó de él, dándole la espalda yendo así su hija. Dejando el corazón de Symon dolido porque en el fondo de su corazón la amaba aunque él no se diera de cuenta.

Encadenada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora