Capitulo 18

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—Sal de auto —le espeto Arturo iracundo

Lucrecia lo miraba enojada también, saliendo del auto se quedó mirando el paisaje con los brazos cruzados dándole la espalda a él. Ya que se había detenido a mitad de un acantilado con vista al mal

— ¿Se puede saber qué hacías con ese hombre?

—Tú y yo estamos divorciados y tú te vas a casar con Antonia, no veo porque tenga que darte ninguna explicación

Arturo la giro hacia el con fuerza haciendo que sus miradas se cruzasen y agarrándola de los brazos — le declaro:

—Escúchame muy bien Lucrecia, tu y yo tenemos un trato que no se te olvide y si te vuelvo a ver con ese hombre se me va a olvidar ser condescendiente contigo aunque no te lo merezca y no volverás a ver a Maddi nunca más.

—Tu no me puedes hacer esto, es mi hija, yo también tengo derecho a rehacer mi vida con el hombre que yo quiera y tú no podrías hacer nada para impedirlo—le grito ella sin poder creer lo que Arturo le estaba diciendo.

— ¿Sabes cuál es el problema?, ¡Que no soporto verte con otro hombre me revientan los celos de pensar que otro hombre se apodere de lo que fue mío!

— ¿Entonces.... porque te vas a casar con ella?

— Porqué entre tú y yo no puede ni podrá haber absolutamente nada. He aprendido de mis errores del pasado Lucrecia y sé que le hice mucho daño a muchas personas, y Antonia no es una mala persona solo se ha dedicado a amarme y siempre estar allí para mí por eso quiero darme una oportunidad con ella.

Lucrecia se soltó de su agarre bruscamente al fin admitiendo que lo amaba, tal vez nunca dejo de quererlo y por nada del mundo pensaba perder todo lo que la vida le había dado aunque ella no lo había sabido aprovechar, iba a luchar por él y su hija.

—Muy bien, si tú te casas con Antonia entonces yo me caso con Nick—le confeso ella decidida

— ¿Me estas chantajeando? —le pregunto el acercándose ella peligrosamente

—Sí, no te sorprendas que aprendí del mejor.

Arturo se acercó más ella pudiendo sentir ambas respiraciones, rozo efímeramente sus labios provocando en Lucrecia miles de sensaciones susurrándole en el oído—

"Por qué no admites que me deseas tanto como yo, y que no soportas que este con Antonia" mordiéndole el lóbulo de la oreja enloqueciéndola de deseo allí mismo parada de pie con el cuerpo de el a centímetros del suyo.

—Sí. Te deseo satisfecho—le confeso ella entrecortada

Arturo ataco su boca con deleite, ambos sumiéndose en la necesidad y deseo que sus cuerpos aclamaban Lucrecia se aferró más a él, quería ser suya en todos los sentidos pero Arturo la separo de él, bruscamente Dejando a una Lucrecia insatisfecha

— Es mejor que volvamos –le dijo ella molesta e impotente subiéndose en el auto sin darle tiempo a Arturo de hablar.

.......

—No...entiendo porque Arturo sigue...empecinado en esa mujer con todo lo que le hizo, es una zorra manipuladora que no dudo en dar a su hija sin remordimiento...y ahora quiere hacerse.....la disque madre abnegada.

Nick miraba a la mujer que tenía sentada al lado, ya estaba un poco ebria. Después de que Arturo se llevase a Lucrecia en sus narices Antonia había quedado hecha un manojo de nervios, que le propuso que fueran por una copa y el por caridad decidió acompañarla y allí estaba escuchando cada palabra que salía de su boca. Era una mujer hermosa aunque no entendía cómo podía mendigar amor a un hombre como Arturo cuando podría tener a cualquiera.

—Es mejor que dejes de beber ya es suficiente —insistió el quitándole la copa de la mano sacándola de bar a pesar de las protestas de ella.

—Que me sueltes, te...Digo

—Te voy a llevar a tu casa, así que dame la dirección—subiéndola a su auto ya fastidiado por la impertinencia de esa mujer

Al llegar a la casa de Arturo Antonia ni siquiera se podía poner en pie cargándola en sus brazos la llevo hasta la entrada de la casa donde había una mujer de mediana edad con una mueca de disgusto.

—Esta mujer no tiene remedio, sígame por aquí —llevándolo hasta la habitación donde dormía ella con Arturo, dejándolo solos no sin antes cerrar la puerta fuertemente

Nick la recostó en la cama pero cuando pensaba retirarse Antonia le puso los brazos en el cuello llevándolo así ella besándolo, Nick trato de separarse pero ella no lo soltaba.

—Hazme...tuya. .quiero. Sentirme mujer sin que me confunda con nadie—le confeso ella con los ojos llorosos y suplicantes

Nick sintió por primera vez ternura y lastima por una mujer, las mujeres con las que él solía estar era diferentes y esa mujer que tenía a centímetros suyo no se parecía a la Antonia de hace unas hora

—Estas ebria Antonia, no sabes lo que dices así que por favor suéltame

—Solo bésame, de verdad lo necesito en este momento y después te puedes ir

Nick se quedó mirándola por unos segundos. Y al final accedió posando su boca en la de ella en un beso lento y tierno que se fue tornando en uno apasionado— ambos enredaron sus lenguas con gran pasión, deleite algo en ellos había despertado y sin darse de cuenta no paraban de tocarse, acariciarse, Nick se posiciono encima de ella y una cosa llevo a la otra y para cuando se dieron de cuentan ya era demasiado tarde.

— ¿Qué he hecho? —se dijo Había perdido el control de la situación

Saliendo de la cama comenzando a ponerse la ropa sin dejar de mirar a Antonia que tenía un semblante de culpabilidad llevando sus rodillas hasta su cabeza como un ovillo derramando lágrimas de culpabilidad.

—Esto nunca debió pasar, no sé qué me paso llevando sus manos a su cara

—Ha sido un error de los dos, que no volverá a pasar, tú amas a Arturo y yo a Lucrecia y esto que paso no debe salir de esta habitación. Antonia salió de la cama tambaleándose un poco dirigiéndose hacia el plantándole una fuerte bofetada

—Debiste detener...me, sabias que... estaba sensible y te aprovechaste de mi eres un malnacido—le espeto molesta

—No me digas ¿Quién fue la me suplico que la hiciera mía, mientras le daba su dócil sexual?

— ¡Cómo te atreves! Queriendo darle otra bofetada pero Nick fue más rápido y la detuvo llevándola hasta el, haciendo que la sabana que la Cubría se callera dejándola desnuda de nuevo. Ambos se quedaron mirándose y las pupilas de Antonia se comenzaron a dilatar y el deseo empezó hacer mella de nuevo en sus cuerpos y sin poder resistirse Nick la volvió a besar con desesperación y Antonia no se hizo de rogar su cuerpo se calentó por donde ese hombre la tocase. Sabía que estaba mal ella amaba Arturo. Pero quería volver a tener a ese hombre entre sus piernas, pero así como comenzó termino Nick la soltó dejándola deseosa

—Hasta pronto querida Antonia

Saliendo de la habitación, se sentía usado esa mujer lo había utilizado por despecho y él había caído. Pero eso no se iba a quedar así. Al bajar las escaleras se encontró con delfina la ama de llaves y esta lo veía molesta dándole a entender que sabía lo que había pasado, pero al diablos con todos.   

Encadenada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora