Todos los invitados ya estaban en la fiesta charlando animadamente los unos con los otros, Miranda era la anfitriona de todo lo realizado esa noche. A lo lejos pudo ver a Arturo saludando a uno de sus socios junto a sus esposas. Regina estaba ayudando a redirigir a los empleados extra en movimiento que había contratado por esa noche. Maddi estaba al otro lado del jardín sentada junto a Marcela la cual ignoraba aburrida con su nuevo vestido que había comprado con su madre sin saberlo, pero un poco triste porque no llegaba.
— ¿Porque estas tan triste mi princesa? —pregunto su padre cruzándose de brazo en forma de broma
Maddi lo miro triste queriendo llorar
—Elo no ha llegado, tal vez no va a venir papa.
Arturo la aupó cargándola en sus brazos para consolarla.
—Todavía es temprano, esperemos un poco más ¿Quieres? —añadió con seguridad depositándola en el suelo. —además estas al lado de Marcela porque no tratas de acerté su amiga.
Maddi hizo una mueca de disgusto, negando con la cabeza
—Yo no quiero ser su amiga.
—Debes aprender a llevarte bien con ella, ya es hora Maddi —sugirió el mirando a marcela que se ponía tensa por la sugerencia que le estaba dando a su hija.
—No te preocupes Arturo, no tengo nada contra Maddi y me gustaría ser su amiga, pero solo cuando ella voluntariamente quiera. No por obligación.
—Yo nunca voy a ser tu amiga, y más porque esa mujer es tu madre —Vocifero con rabia señalando a Miranda.
Arturo se molestó por la reacción de su hija e iba a reprenderla cuando Mauricio se le acercó para hablarle.
—Arturo hay algo que debo decirte y tiene que ser en privado —le dijo su amigo indicándole que fuera a su despacho.
Arturo asintió siguiéndolo pero al entrar a la casa donde estaban parte de los invitados se quedó de piedra al ver a Eloísa Da Silva que entraba del brazo de..... Symon sonriente. Y por un momento vio a Lucrecia en ella, se había decolorado el cabello de color negro, y lo llevaba ondulado cayendo en cascada en su espalda como solía usarlo Lucrecia. Con un vestido de color blanco con un escote V pronunciado en la parte de adelante manga larga ajustado en la parte del busto con decoración recta de pedrería de la parte del escote hasta el dobles del vestido que le llegaba más arriba de la rodilla. Y sandalias altas de color plateadas. Todo el mundo no podía apartar la mirada de ella, porque al verla era como ver a Lucrecia Riveira.
—Buenas noche Señor Medeiro, feliz Cumpleaño, permítame presentarle a mi prometido Symon Valdez —dijo ella sonriente al ver su reacción
—Symon no sabía que Eloísa y tu son pareja —dijo Miranda llegando al lado de Arturo con sorpresa.
—Mi hija te invito y yo le di mi consentimiento para hacerlo, pero incluso si tiene que llorar lo va a hacer. Pero te voy a pedir que te vaya de mi casa y se lleve a este hombre de mi vista. —Rugió Arturo con la cara desfigurada de rabia, conteniéndose para no sacar el mismo a golpe a Symon.
Symon sonrió acercando a Lucrecia más a él en forma posesiva, viendo la reacción de Arturo por ese acto.
— Han pasado tantos años Arturo y todavía me guardas rencor.
— Elo llegaste — exclamo Maddi corriendo hacia ella alegre abrazándola.
—Hola princesa te ves hermosa.
Maddi sonrió feliz por su elogio
—Y tú también, te pareces mucho a mi mama con el cabello así, ¿verdad papa?
Todos allí se tensaron por la sugerencia de la niña, al mismo tiempo que Marcela llegaba feliz abrazando a su padre.
—Arturo creo que es mejor que toleres esta situación por Marcela y Maddi ya después habrá tiempo para lo demás —le recomendó Mauricio susurrándole al oído.
Arturo los dejo en medio salón partiendo a su despacho por una copa seguido de su amigo.
— ¿Qué era lo que querías decirme Mauricio? —sirviéndose una copa, bebiéndola de un trago. No podía creer que esa mujer estuviera comprometida con ese maldito, y lo peor de todo era que verla a ella era como ver a Lucrecia en los brazos de Symon, martirizándolo por completo
—Era eso lo que quería decirte, quería prevenirte para que no pasara esto. —recibiendo la copa que le extendía Arturo.
— ¿Cómo supiste de que Symon era su prometido?
Mauricio tomo un sorbo de su copa con seriedad
—Sofía quedo consternada desde el cumpleaños de Maddi con esa mujer, por su gran parecido con Lucrecia. Llegando a sugerirme que tal vez Lucrecia no haya muerto en ese accidente, ya que no podían a ver dos personas que fueran dos gotas de agua, al menos de que fueran gemelas por eso mande a contratar un investigador.
Arturo se quedó por un momento pensativo por lo que le había dicho Mauricio, pero lo que sugería Sofía era absurdo. Si Lucrecia no hubiera muerto en ese accidente como podría justificar su comportamiento y que se viera tan feliz al lado de ese desgraciado.
—Eso no puede ser, yo mismo vi su cuerpo, además esa mujer que esta allá afuera es todo lo contrario a lo que era Lucrecia. —afirmo con voz rotunda sirviéndose otro trago.
—Eso mismo le dije a Sofía, pero insistió tanto que contrate a ese investigador para que la sacara de sus dudas, y esta noche hemos visto sus resultados.
Por otro lado la fiesta iba bien, Maddi no se le despejaba ni un momento a Lucrecia y Marcela estaba emocionada de compartir con su padre esa noche, no pudiendo Symon estar cerca de Lucrecia como él quería. Los cuatro estaban sentados en una mesa hablando animadamente escuchando hablar a sus dos hijas atentamente, cuando Regina y Sofía se acercaron a ellos saludándolos con cortesía por las niñas presente.
—Espero que disfruten la fiesta, ¿Marcela podrías acompañar a Maddi a buscar a Arturo y Mauricio? Mientras tanto nos gustaría hablar con Eloísa. —dijo Regina con amabilidad
Maddi se quedó viendo a su abuela y a regañadientes fue en busca de su padre junto a Marcela.
—Lo que quieran hablar conmigo pueden decirlo delante de mi prometido Señora Riveira — Contesto ella con perfecta cortesía
— Muy bien como guste, ¿sabía que su prometido no es bienvenido en esta casa?, me imagino que él se lo dijo. Pero por el único motivo por el cual Arturo no lo hecho, fue por Marcela y Miranda. Así que le agradeceríamos que se fueran. Además su gran parecido con mi hija ha dejado contestados a muchos incluso a mí y eso es algo que no soporto.
Symon rio con burla levantándose de su asiento para enfrentarlas.
—Si estoy aquí fue porque Eloísa me lo pidió porque tu nieta la invito y más porque tengo derecho a ver a mi hija no solo fuera de esta casa para que todos sean felices y no me vean como el asesino de Lucrecia cuando yo no tuve nada que ver con ese accidente. Así que Eloísa no tiene por qué irse de esta fiesta porque tenga un gran parecido con Lucrecia. Y todos en esta casa no ha hayan podido superar su muerte y la vean en todas partes.
—Insolente como te atreves a hablarme así, cuando atosigaste a mi hija, incluso quisiste...
—Es suficiente Regina, no armemos un escándalo delante de nuestros invitados y disfrutemos la velada como personas civilizadas. —Repuso Arturo, llegando hasta ellos con una sonrisa felina en su rostro, dejando todos sorprendidos por su reacción.
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Encadenada a ti
RomansaLucrecia Riveira ha vivido toda su vida en Rio de janeiro Brasil, con padres "adinerado se podría decir que lo tiene todo", pero no contaba que por asistir a una fiesta su vida quedaría atrapada en un matrimonio por chantaje del cual no será tan fác...