Capitulo 17

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Los días habían pasado y parecía que las tormentas se habían aplacado, Arturo le permitía a Lucrecia bajo su vigilancia las visitas a la casa. Aunque Lucrecia tenía que soportar ver a Arturo y Antonia junto muchas veces queriéndose arrancar la ropa. Ella estaba feliz de poder estar con su pequeña y si, había accedido al chantaje de él y cada vez le era más difícil resistirse y siempre terminaba de disfrutarlo. Arturo sabía cómo complacer a una mujer en la cama muchas veces burlándose de ella y haciéndola sentir una mujer fácil.

—Señora un hombre llamado Nick solicita verla —le informo su secretaria desde la puerta de la oficina

Lucrecia hizo una mueca no le agradó mucho la idea, lo había evitarlo durante los días anteriores por lo que había ocurrido en su estudio. Dejando unos documentos de lados le indico que lo hiciese pasar. Al entrar Nick sonrió al verla sabía que ella lo estaba evitando pero por nada del mundo se le iba a escapar, Lucrecia Riveira iba a ser suya

— ¿Qué se te ofrece Nick? —le pregunto ella arqueando una ceja al verlo sentarse con esa aura tan despreocupado que era parte de el

—Vine a invitarte a almorzar me entere por tu secretaria que has tenido mucho trabajo y debes de estar muy tensa te vendría bien relajarte.

—Mi secretaria no debería de andar diciendo cosas que no debe, además tengo muchas cosas que hacer, tengo que supervisar una exportación que vale 6 millones de dólares y no debe a ver ningún error. Así que lo siento.

—Un simple almuerzo no va a estropear nada, y así te hablo de un regalo que le quiero dar a tu hija, porque sí; symon me comento que tu ex te concedió ver a tu hija y yo quiero darles un regalo a ambas. — comentándole animadamente

Lucrecia sabía que Nick podía ser muy persuasivo cuando le convenía.

—Está bien, levantándose de su ejecutiva—agarrando su bolsa de mano y su saco saliendo ambos de la empresa. Sin percatarse que eran fotografiados.

........

Miranda aprovecho que su marido se estaba vallando para revisar su celular, pero no encontró nada sospechoso. Lo único que le llamo la atención fue encontrar una foto de Lucrecia donde posaba provocativa. Que hacia symon con una foto así de ella. Escucho como la ducha se cerraba y su esposo salía viéndola con el celular en la mano fue iracundo hacia ella arrebatándoselo de las manos bruscamente.

— ¡Que haces revisando mi celular! ¿Con que permiso?

— ¿Porque tienes una foto de Lucrecia en tu celular tan provocativamente? — Le pregunto ella esperando la respuesta de el

—Es mi amiga, acaso no puedo tener una foto de ella—explico lo más frio posible comenzando a vestirse.

Pero Miranda fue hasta él girándolo para que la viera a los ojos. — Prosiguió enojada

—Yo tengo amigos hombres muy atractivos pero no por eso tengo fotos de ellos semi desnudos.

—Y que insinúas, que tengo esa foto porque....siento algo por ella

—No lo sé, dímelo tú.

—Por supuesto que no siento nada por ella más que una simple amistad, mi amor tienes razón no debí tener esa foto pero no armemos una pelea por algo que no vale la pena —acercándose a ella para calmarla

—Ahora mismo la elimino ves... mostrándole el celular. Yo te amo Miranda no lo dudes.

—Sabes que Symon ya no se en que creer, has cambiado mucho desde que llegamos a Rio de janeiro. Te veo y ya no te pareces al hombre del que me enamore hace 12 años —le confeso ella melancólica derramando una lagrima— saliendo de la habitación dejando a symon con algo de culpabilidad en ese corazón que cada día se volvía de piedra

......

Antonia miraba los anillos de compromiso del brazo de Arturo, estaba en una de las mejores joyerías del país y ella estaba que no le cabía la felicidad en el alma. Por fin se iba a cumplir su sueño iba a ser la Señora Medeiro dentro de 3 meses. Arturo pensaba hacer una fiesta en su casa para anunciárselos a todos. Escogió para ella un anillo de diamante algo ostentoso y aunque ella no estaba de acuerdo el insistió.

— Se le ve muy hermoso señorita —le adulo la dependienta además es muy afortunada de casarse con un hombre como el señor Medeiro

—Ya lo sé—depositando un beso ligero en los labios de él, salieron de la joyería y el chofer los llevo al chanteu un restaurant muy famoso en la ciudad. Al llegar el mesero los llevo inmediatamente a una mesa que daba vista al mar. Pero al sentarse algo llamo la atención de Arturo a cinco mesas de la de ellos estaba Lucrecia con ese hombre de la fiesta de Sofía. Sin poder evitarlo Una ola de celos lo inundo.

— ¿Paso algo que cambiaste tu facciones radicalmente?

—No, ordenemos—le dijo seriamente

Durante el trascursos del almuerzo Antonia le hablaba de mil cosas y el solo se limitaba a asentir no podía evitar ver a Lucrecia tan a gusto hablando con otro hombre, él nunca había logrado eso con ella.

—No puedes evitar verla ¿cierto? —indico celosa

—Antonia...no empieces

—Desde que estamos aquí, no le has quitado la mirada de encima, acaso piensas que no me he dado de cuenta. Levantándose de la silla salió casi corriendo del restaurante. Haciendo que Lucrecia se diera cuenta de sus presencias. Por inercia salió detrás de ellos hasta la calle, pudiendo visualizar como Arturo trataba de calmar a Antonia dando casi un espectáculo.

—Él va hacer mi esposo, aléjate de él, zorra—mostrándole el anillo en su dedo

Lucrecia en cierta parte sintió pena por ella, se veía desesperada, molesta y celosa

—Antonia basta ya—le grito deteniéndola por el brazo fuertemente para acallarla

—Lucrecia vámonos —le dijo Nick tomándola del brazo para subirla a su auto. Pero Arturo no pudo más dirigiéndose a ellos dos, le dio un fuerte empujón a Nick llevándose a Lucrecia en el auto con su chofer. Dejando a Antonia hecha un mal de lágrimas por no ser correspondida y a Nick furioso 

Encadenada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora