II. Hierro.
Meses atrás.Dione.
Respiro profundamente.
La puerta principal del castillo se abre y me adentro junto a mis hermanos mayores.
Papá está parado en medio del salón principal y como es de esperarse, sonríe y estira sus brazos para ir a abrazar primero a Kian. No era secreto que él era el hijo favorito, o como Dion y yo lo llamábamos; el hijo de oro.
Kian podría matar a una persona frente a mi padre, que su primer instinto sería ir y abrazarlo mientras le dice cuanto lo ama y cuán orgulloso está de él.
Pese a esta situación, ni Dion o yo le guardábamos rencor a Kian o a mi padre, era perfectamente entendible que un padre tuviera a su hijo favorito, y quien dijera que no es verdad, que no existen favoritismos, estaría mintiendo o simplemente no tiene más de un hijo (o hijos en general).
Dion y yo intercambiamos miradas después de observar a nuestro padre abrazar con fuerza a su primogénito, diciéndole que lo amaba y que estaba muy feliz de su regreso a Dinamarca, esta vez de manera permanente.
—A mi también me alegra estar de regreso, papá. —Kian responde luego de que papá besara su frente para lentamente comenzar a separarse rompiendo el abrazo.
Sólo después de recibir a Kian, mi padre parece recordar que tiene más hijos, con una seña nos indica que nos acerquemos y mi mellizo y yo lo hacemos obedientes. Papá nos abraza al mismo tiempo y besa nuestras respectivas frentes mostrando su cariño hacia nosotros. —Mis pequeños, a ustedes también los he echado de menos. —Es todo lo que dice antes de soltarnos.
Al alejarnos, miro detenidamente a mi padre, lucía tan intimidante como siempre, irradiaba autoridad y respeto, así como supremacía. Después de mi progenitor, solo conocía a otras dos personas que estaban a la altura de él, y esos eran mis hermanos. Sin duda algunas cosas se heredan, aunque si de rasgos hablamos, sentía que Dion, al igual que yo, éramos más parecidos a mi papá físicamente, mientras que Kian parecía ser la perfecta combinación de mi padre y de mi madre biológica. Algunas veces me planteaba que esa era una de las razones por las que papá amaba más a Kian; porque le recordaba a la que fuera el amor de su vida.
—Kian, hijo, me gustaría hablar contigo un momento en el despacho, cuando tengas tiempo y ya hayas descansado del viaje, ve a buscarme. —Escuché a mi padre decirle al mayor de los tres.
—Podemos hablar ahora. —Contestó el único oji azul en nuestra familia. ¿Por qué el bastardo había sido el único en heredar los ojos de mamá? Sin dudar, sus ojos eran hermosos.
Mi padre se negó. —No, ve y descansa, necesito que estés totalmente enfocado en lo que te diré. —Mi padre informó y he de admitir que surgió la curiosidad en mi, y por la manera en la que Dion los miraba, supe que también surgió en él.
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H A I L |K.M.| #4
Fanfiction"La maldad no se hereda, pero en la familia real parecía ser que se nace con ella. Dios tenga piedad de quienes los rodean."