XXI. Lobos y Perros.Parte 2.
—Mantente concentrada en lo que tienes que hacer, de ellos me encargo yo. —Le dije a mi hermana y ella asintió.
Caminé en dirección hacia donde ellos estaban, parecían aún no habernos notado.
Repasé a Eris con disimulo, portaba un vestido color perla el cual era a tirantes, su piel expuesta lucía una sensual palidez y pequeños lunares resaltaban captando la atención. El vestido era largo y algo suelto, sin embargo, seguía mostrando la bonita figura que tenía. Su cabello iba recogido, y de alguna manera me hizo sentir que ella estaba más expuesta.
Sus manos rodeaban el brazo de su prometido, y por primera vez pensé que él era un maldito suertudo.
Sus ojos grises me notaron primero y reconocí una fingida sorpresa en su rostro, lo que me llevó a pensar que ella ya sabía que yo estaría aquí. ¿Y cómo ella iba a saber eso?
Yo también podía sacar información, y algo me dijo que esto sería... divertido.
Me terminé de acercar y Alrik también me miró, sólo que a diferencia de su futura esposa, su sorpresa si pareció genuina.
—Príncipe Kian. —Alrik se adelantó a saludarme.
—Alrik, esto es una verdadera sorpresa, ¿cómo estás? —Dije mientras estrechaba su mano.
—Bien, gracias.
—Señorita Eris, un placer volver a verla. —Hablé, pero me abstuve de tocarla y regresé mi atención al hombre de ojos azules frente a mi. —Siendo honesto, no creí que volvería a verte tan pronto. Quiero aprovechar este momento para disculparme personalmente por la cancelación de su estadía en Dinamarca, un asunto de suma importancia se presentó inesperadamente en el castillo el cual nos impidió tener visitas por los próximos días, pero he de agregar que la invitación no ha dejado de existir, si gustan, pueden ir al baile de invierno y quedarse los próximos días. —Informé y Alrik sonrió asintiendo.
—Por supuesto que lo haremos, príncipe Kian. —Volvió a aceptar la invitación. Alrik miró detrás de mi y continuó hablando. —Veo que su hermana también ha venido.
Volteé un momento solo para ver a mi hermana sonriéndole a Rune mientras bebía vino. —Si, ella aprovecha cualquier oportunidad para lucir un nuevo vestido. —Alrik se limitó a sonreír y noté que le dio otra rápida mirada a mi hermana. —Curioso que antes del baile de las Netherlands nunca nos habíamos visto, y ahora parecemos encontrarnos con frecuencia, ¿no lo crees? —Comenté y él asintió.
—Aquí entre nos, soy fiel creyente del destino, y quizá este tiene algo preparado para nosotros. —Expresó de manera seria.
Podría caer en la paranoia, pero yo no creía mucho en el destino, yo era más creyente que cada acción que hacíamos era por nuestros propios planes buscando un resultado, fuese bueno o malo. Nosotros no estábamos sujetos al destino.
—Creo que por primera vez estoy en desacuerdo contigo. —Eris habló dirigiéndose a Alrik. —El destino no es quien rige nuestras vidas, son nuestras acciones. —Comentó y quise decir que estaba en acuerdo con ella, pero me limité a guardar silencio.
—Tu punto es válido, cielo. —Respondió con simpleza el duque.
—No quiero intervenir más, es momento de que los deje disfrutar del baile. —Anuncié pero Alrik negó.
—Tonterías, quédate con nosotros, tu compañía es grata. —Expresó con honestidad y yo pensé que sería bueno hacerlo, después de todo Dione era quien se estaba encargando de todo lo relacionado a esta noche. Así mismo podría tratar de encontrar sentido a las dudas que habían surgido ante sus presencias.
ESTÁS LEYENDO
H A I L |K.M.| #4
Fanfiction"La maldad no se hereda, pero en la familia real parecía ser que se nace con ella. Dios tenga piedad de quienes los rodean."