XII. La Causa.—¿Qué harás en tu cumpleaños? —Mi padre me pregunta a lo que lo miró algo extrañado.
Ambos estábamos en el jardín tomando té, los mellizos se encontraban tomando sus clases.
—Falta un mes para ello, además, exceptuando el baile que se realiza obligatoriamente en honor a este, nunca hago algo para celebrarlo. —Expliqué algo que ya debería saber él, todos los años es lo mismo.
Cuando mi madre vivía (en si solo tengo una clara memoria de mi cumpleaños tercero), recuerdo haber pasado ese día con mis padres, mi tío Nash y Niall, así como la tía Sophia, no había sido nada extravagante, solo mi familia comiendo pastel de chocolate y jugando conmigo, pero sin duda había sido de los momentos más felices de mi infancia.
Era triste pensar que ese fue el único cumpleaños que recuerdo con mi familia completa.
No me gusta buscar excusas para minimizar mis actos, pero quizá esa fue la razón por la que estuve tan jodido en cierto lapso de tiempo durante mi niñez.
Para mi cuarto cumpleaños ni mi madre ni mi tío Nash estaban, mi tío Niall se había ido con su esposa, y Sophia había regresado a su hogar. Básicamente solo fuimos mi padre y yo durante los siguientes tres años. Papá siempre intentó hacer no solo mis cumpleaños, todos los días felices para mi, y eso es algo que tengo muy presente, pero he de admitir que me hacía falta el resto de mi familia.
Por otro lado, en mi cumpleaños número ocho, las cosas quisieron volver a encajar, mi tío Niall regresó por primera vez luego de cuatro años a Dinamarca, también lo hizo Sophia, ambos volvieron con sus respectivas familias, y si bien no fue lo mismo, me brindó mucha felicidad.
—¿No te gustaría ir a Inglaterra a visitar a tus abuelos? —Expuso con un tono de voz cuidadoso, tomó lo mejor de mi no enfurecerme en ese instante.
—¿Por qué querría ir con personas a las que no les pareció importar ni mis hermanos o yo? Ni siquiera les importó su propia hija.
—Siguen siendo tus abuelos, Kian. No puedes juzgarlos por las decisiones que tomaron bajo circunstancias difíciles. —Comentó manteniendo el mismo tono de voz cuidadoso.
—¿Y para nosotros no fue difícil? ¡No asistieron al funeral de mamá! Les importó muy poco conocer a los mellizos y estuvieron ausentes de nuestras vidas durante casi diez años. Pídeme lo que quieras, padre, y con gusto lo haré, pero no me pidas que intente reconciliarme con traidores, porque no lo haré. —Sentencié molesto.
Sentí la mano de mi padre tomar la mía, y solo entonces reparé en que la tenía hecha puño. Mi padre me sonrió y yo me relajé. —Guardar tanto rencor únicamente te daña a ti.
—No voy a ir a Inglaterra. Si ellos quieren venir a Dinamarca como en años anteriores, bien, pero yo no pienso entablar una relación que no sea estrictamente cordial. No los odio, tampoco les guardo rencor, simplemente no son alguien que yo quiera o necesite en mi vida. —Mi padre asintió retirando su mano de la mía.
—Tu sabes lo qué haces, así que lo dejo a tu criterio. —Fue lo último que dijo respecto a ese tema. —Aún tienes un mes para meditar si quieres o no hacer algo por tu propia cuenta. —Mi padre alentó y si bien no me apetecía una celebración mía, tenía algo en mente.
—Ahora que lo menciona, padre, me gustaría que el baile de este año sea un poco diferente. —Expuse y mi papá me miró intrigado.
—¿A qué te refieres con diferente? —Indagó.
—A que quiero que sea temático; que todos los invitados vengan de rojo. —Expuse mi idea y él sonrió. —Y a partir de este cumpleaños me gustaría que cada año cambie el color, ¿qué te parece la idea?
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H A I L |K.M.| #4
Fanfiction"La maldad no se hereda, pero en la familia real parecía ser que se nace con ella. Dios tenga piedad de quienes los rodean."