XVII

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XVII. Cómplice.



"Entre duques y príncipes no deberías de fiarte, pues ellos estarán planeando de gloria llenarse.
Y lo que es peor; nunca deberías confiar en un rey, ya que este hará lo que sea necesario para mantener su poder."

-HAIL.


Eris

La lluvia cae violentamente en Suecia, me lamento casi deseando haber podido quedarnos en Dinamarca.

Una semana había transcurrido desde el baile del príncipe Kian, se suponía que íbamos a quedarnos en el castillo perteneciente a la realeza Dinamarquesa, pero aparentemente sucedió algo que le impidió a la familia real tenernos como huéspedes. El futuro rey de Dinamarca había mandado palabra a nosotros para ofrecernos sus disculpas por el inesperado cambio de planes, no dio detalles respecto a los motivos, mas Alrik y yo comprendimos. La verdad era que esa noche había traído muchos rumores de la corona de Dinamarca, sin embargo todos coincidían en que algo extraño había acontecido esa noche.

—Ese rey de Dinamarca, por más buen Rey que sea, a mi no me convence del todo, no se le ve mucho en eventos sociales a menos que sean directamente de su castillo, me da la idea de que es bastante antipático. —Mi madre comentó luego de beber un poco de su jugo de manzana. —Sin embargo, ese hijo príncipe suyo hasta los invitó a quedarse en su castillo independientemente de lo que vino después, me parece que es más agradable. —Añadió y yo ya sabía a donde quería llegar mi madre.

—Si, el príncipe Kian es agradable, y el rey, su padre, también lo es. —Mencioné, y siendo honesta así me pareció que lo eran, pues a pesar de cómo lucían (y lo que decían) en ningún momento se habían portado groseros con nosotros.

—¿Sabes qué, niña? A mi no podría importarme menos si son amables o no lo son. El futuro rey de Dinamarca está soltero y nunca se la ha vinculado con alguna chica de manera oficial, así que tú vas a aprovechar esa oportunidad. —A pesar de que yo había adivinado su objetivo, no dejó de sorprenderme lo que mi madre decía.

—Ya estoy comprometida con un duque de buena posición económica que además es un buen hombre, ¿para qué arriesgarlo?

—¡No puedes comparar un duque con un futuro rey! ¿Acaso eres estúpida? —Mi madre habló molesta. —Escúchame bien, niña tonta, la próxima vez que veas al príncipe Kian tú vas a ofrecerte en bandeja de plata de ser necesario. No puedes conformarte con un duque cuando la vida te está presentando un próximo rey.

Si, mi madre era despreciable.

—Pero madre, ¿no crees que se hará un escándalo si dejo al duque con el que estoy comprometida por un príncipe al que apenas y conozco? ¿Acaso eso no hablaría mal de nuestra familia? —Traté de exponerle un punto que a ella le importaría.

—En la realeza se hará un escándalo por tan sólo ser mujer. Y deja que hablen todos, cuando seas coronada reina  no van a importar las calamidades que expresen sobre ti. —Todo indicaba que no podría hacer cambiar de opinión a mi madre.

—¿Cómo estás tan segura que me coronarán reina? ¿Y si eso nunca pasa y solo pierdo lo que tengo con el duque? —Bien, aquí iba mi última oportunidad.

—Fea no eres, Eris, tu mismo nombre lo dice, eres una diosa y luces como una. Usa tus encantos de mujer y seduce al príncipe. Mas no seas tonta, se discreta y mantén a Alrik a tu lado, en el momento que tengas al futuro rey comiendo de la palma de tu mano, solo hasta entonces te desharás de el duque. —Hizo una pausa, sus ojos mieles finalmente me miraron directamente. —No vamos a arriesgarnos a perder todo por lo que luché.

H A I L  |K.M.|  #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora