XXIV

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XXIV. Coqueteo.



Eris


—La propuesta siempre estará en pie. —Agregó y yo me aclaré la garganta a lo que el príncipe sonrió antes de dejar de mirarme.

¿Acaso el príncipe me había coqueteado? No lo creía, quizá solo había sido mi mente sucia la que estaba malinterpretando todas sus acciones y palabras.

Continuamos avanzando hasta llegar a las mesas donde había diferentes tipos de comida adecuada para el desayuno, por extraño que sea, no me apetecía probar nada de ahí, sin embargo tenía que comer algo, sería una falta de respeto despreciar todo. Dione se alejó de su hermano para tomar un plato y comenzar a servirse, yo imité su acción yendo detrás de ella. Podía sentir a Kian detrás de mi, siguiéndonos en este recorrido alrededor de la mesa. Yogurt y fruta fue lo que llenó el único plato que tomé. Luego pasamos a la mesa de bebidas y ahí pedí un poco de café mientras que mis acompañantes pidieron té.

Dione volteó a mirarme como asegurándose que la siguiera, y así lo hice. La princesa hizo su camino hasta la mesa donde se hallaba el rey junto a su esposa, ambos nos recibieron con una sonrisa amable, y noté que el rey traía ropa adecuada para participar en el partido de polo. Dione fue y se sentó al lado del menor de los príncipes de Belgium, y yo me senté a su lado, para al final quedarme sentada con Dione a mi lado derecho y Kian a mi lado izquierdo.

—Buenos días. —Saludó la princesa y la mayoría le respondió el saludo.

—¿Están disfrutando de su estancia en el castillo? —El rey habló dirigiéndose claramente a Kian y a Dione.

—Tu castillo es muy acogedor. —El príncipe Kian respondió.

—Agradezco tu halago, primo. —Simpatizó el otro con una sonrisa. —Por favor, también disfruten de su desayuno. —Añadió y esta vez todos comenzamos a desayunar.

En silencio como lo poco que me había servido, Dione pronto inició una plática con el príncipe Daan mientras que Kian se limitaba a comer en silencio, o así lo hizo hasta que Rune, el príncipe que estaba de cumpleaños, hizo un comentario respecto al polo.

—Nuestra familia es demasiado buena en las partidas de polo, nadie puede ganarnos. —Habló orgulloso Rune.

—Eso es sólo porque nunca han jugado contra nosotros. —Kian dijo sin dejar de mirar el plato frente a él. El resto guardó silencio.

—Si eso es lo que tú crees, supongo que no te opondrás a jugar contra nosotros. —Retó Rune para sorpresa de todos.

—No lo creo, estoy seguro. Y estoy tan seguro que, a pesar de que falte mi hermano Dion, mi hermana, dos desconocidos y yo seremos capaces de ganarles a ustedes. —Sentenció y pude ver a Dione asentir.

—Por mi no hay ningún problema. —Dione rápidamente aceptó.

—Y por nosotros tampoco. —El rey también aceptó en nombre de sus hermanos.

—Perfecto, jugaremos al final del evento. —Propuso Dione y todos estuvieron de acuerdo con sus palabras.

Pláticas de diversos temas comenzaron a surgir en la mesa. Le di un trago a mi café cuando sentí una ligera caricia en mi mano izquierda la cual reposaba sobre mi regazo. Casi escupo el contenido, pero me vi obligada a pasar el líquido y quedarme quieta. Bajé la mirada solo para ver cómo los dedos de Kian trazaban círculos alrededor de mi anillo de compromiso, en realidad la caricia no era "atrevida", sólo un toque delicado.

Iba a apartar mi mano cuando la voz del príncipe de Dinamarca me invitó a que lo mirara a los ojos. —Es un bonito anillo. —Mencionó con una expresión seria.

H A I L  |K.M.|  #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora