XXXVIII. La Naturaleza Humana.Daan había muerto degollado.
Una larga cortada se extendía a través de su garganta, es por ello que cuando Eris lo supo inmediatamente pensó en Kian.
Aquella noche, cuando lo encontró en los calabozos, él había matado al hombre en la silla de la misma manera en la que Daan había muerto. Entonces, ¿Kian había matado al menor de los Dallas?
Si bien había pasado parte de la noche-madrugada junto a él, no es como que Kian se quedó con ella hasta el amanecer. El príncipe la buscaba, pero nunca se quedaba.
La diosa de la discordia miró la espalda desnuda del príncipe de Dinamarca, él ya se había levantado de la cama dejándola a ella desnuda y satisfecha. Por primera vez, desde que habían iniciado sus encuentros sexuales, Eris miraba con detenimiento la espalda del muchacho notando en esta una marca de nacimiento algo extraña. La peculiar marca tenía forma de triangulo, y le causó interés.
—Esa marca en tu espalda es bastante bonita, única. —Comentó y Kian que ya se había puesto su bóxer apenas y le dijo un "Gracias" sin voltear a mirarla, él no preguntaba sobre las marcas en el cuerpo de ella, así que no se sintió obligado a contarle sobre sus propias marcas aunque estas fueran de nacimiento.
Eris gateó por la cama llegando a la orilla del colchón, cerca de donde Kian se hallaba parado, antes de que él se agachara por su pantalón, Eris recargó sus manos sobre los hombros del príncipe y besó su espalda en apenas un roce, las pieles desnudas de ambos volvieron a rozarse y Kian miró sobre su hombro.
—¿Quieres más? —Preguntó con chulería, no lo decía del todo serio. Eris negó, ya había tenido bastante por ese día, pero aprovechando que Kian estaba mirando de lado, se estiró un poco para alcanzar los labios del oji azul.
Cuando volvió a separar sus labios, Eris se relamió el labio inferior antes de soltar sus siguientes palabras. En apenas y un susurro, pero con palabras firmes y sin titubear habló; —¿Has vuelto a matar? —Soltó sin más.
Ante su pregunta Kian giro su cuerpo completamente para quedar frente a ella. Eris dejó caer sus brazos a sus costados, mirando directamente los ojos azules del príncipe. Kian ladeó su cabeza, y, con una sonrisa cínica emitió una respuesta, pero que en realidad no lo fue.
—¿Por qué? ¿Acaso tú quieres ser la siguiente?
Esta vez fue Eris quien le sonrió. No se estaba haciendo la valiente, ella simplemente no le tenía miedo. —No vas a matarme, no está en tus planes.
—¿Qué tan segura estás de lo que dices? —La retó y Eris no perdió su sonrisa.
—Porque te gusta lo que tenemos, y no solo por el sexo. Te gusta saber que no me importa ni me aterra saber que has matado, y que tampoco me incomoda saber que lo seguirás haciendo. —Kian remojó sus labios, Eris no estaba equivocada.
—También me gusta saber que estás aquí porque tú lo quieres, porque pudiste aprovechar la situación para intentar manipularme y no lo hiciste, pues bien sabías que entonces si, ibas a terminar muerta. Lo vi en tus ojos esa noche, Eris. Sé que estás buscando tu propio bienestar por encima de todo, no me molesta, lo admiro, no todos tienen el coraje de hacerlo. —Confesó el príncipe. —No soy tonto, sé que estás de mi lado porque quieres obtener algo a cambio, y te prometo que si nunca te interpones en mi camino, lo obtendrás.
—Yo tampoco soy tonta, tú sabes que quiero algo de ti, ¿qué quieres tú de mi? Porque llegué a la conclusión que esto es un acuerdo entre nosotros, tú me das, y yo te doy, así los dos ganamos, y ninguno pierde.
ESTÁS LEYENDO
H A I L |K.M.| #4
Fanfiction"La maldad no se hereda, pero en la familia real parecía ser que se nace con ella. Dios tenga piedad de quienes los rodean."