Capítulo 2

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Todos y cada uno de nosotros nos encontrábamos mirando estupefactos aquella larga fila que había justo alado de la pastelería. Desde la inauguración del restaurante hasta hoy la gente no paraba de llegar y los chicos de la pastelería y yo nos preguntábamos ¿Donde cabían tantas personas?

Mirabas a la calle y podías ver el centenar de autos de lujo estacionados cubriendo la pastelería y dejando campo de sobra a la acera del restaurante. Ni vendiendo un riñón podría comprarme alguno de esos autos.

Las personas empezaban a llegar alrededor de la una de la tarde cuando aún el lugar no estaba abierto ya que (sólo abrían en las noches) y se extendía hasta quien sabe que horas.

-Esto es un cambio drástico.- dijo uno de los pasteleros, Derek.

-Ni me lo digas.- dijo Steve otro de los chicos que trabajaba en la pastelería -creo que les está yendo demasiado bien.-

-Tanto como a nosotros.- dijo otro de ellos.

-No entiendo como lo hizo.- ahora dije yo suspirando.

-Tiene suerte al parecer.- dijeron entre ellos.

Eso era lógico. ¿Que tan bueno es ese lugar para estar así de lleno todos los días y noches?

Es ahí en donde me puse curiosa acerca de eso, aquel día en el que Harry me invitó a la inauguración no pude asistir, se que me había dicho a mi misma que no quería involucrarme con él pero luego de pensarlo un poco hay que estudiar a la competencia y ese tipo era una competencia muy grande.

-Volveremos a trabajar, gran jefa.- se burlaron de mi.

-Si, si, hoy nos espera un día muy atareado.- aplaudi y ahora señalé la pastelería -a trabajar.-

Todos nos dispusimos a hacer lo que nos tocaba hoy. Los clientes no tardaron en llegar y el trabajo empezó a ser más complicado.

Nada como trabajar a tope y hasta el cansancio. Que bien suena eso, ¿no?

-Tranquila, la ayudo.- dije sosteniendo la cantidad de postres que aquella mujer había comprado.

La ayudé a dejar las cosas en su auto que se encontraba casi en la esquina de la calle ya que no había lugar para estacionarse como antes.

-Aquí está, muchas gracias por su compra.- sonreí despidiendome de ella.

Aún traía el delantal color amarillo pastel puesto. Luego de que la señora se fuera yo volví a paso lento hacia la pastelería, cruzando por aquel restaurante que me tenía con la curiosidad a tope.

Mientras pasaba intenté mirar curiosa el interior pero todo estaba con vidrios oscuros y los guardias estaban justo en la puerta bloqueando la vista del interior.

Hice un sonido com mis labios mientras me daba por vencida con todo aquello y pasé por el pequeño callejón que separaba el restaurante de la pastelería y vi a un par de personas con trajes mirarme atentos justo cuando pasé mirándolos por accidente.

Alerta yo empecé a caminar rápido, estaba muy segura de que no debí de haber mirado hacia ellos, estaban fumando, y no lucían felices. Seguí caminando rápido pero me pareció escuchar los sonidos de pasos detrás de mi.

Me asustaba, yo era una maldita miedosa, lo sé.

Como un rayo de luz entre a la pastelería escabullendome dentro de mi oficina, tal vez era mi imaginación que siempre jugaba en mi contra.

Pero algo llamó mi atención cuando pasé cerca de la ventana que deba vista a la parte de atrás de la pastelería, al callejón en done pasaban los camiones que venian a dejar el inventario.

Sarang;; h.s ||1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora