Capítulo 12

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Escapé un sonido de cansancio mientras me alejaba de mi computadora y miraba el resultado de mi trabajo. Luego de horas y horas sentada intentando lograr algo bueno al fin estaba satisfecha con el resultado. Mi cliente había depositado el dinero a mi cuenta bancaria y yo ya había mandado el arte a aquella persona esperando que esté encantado con mi trabajo.

Nada despues de un domingo en donde luego de volver de la iglesia, pueda deshacerme de todos mis quehaceres con respecto al trabajo.

-¡Estoy aquí!- Harry apareció con una gran sonrisa en su rostro tirándose a mi cama como si fuera suya -¿Por qué estás tan bien vestida?- preguntó.

-En primer lugar, ¿quien te dejó entrar?- voltee la silla en su dirección mientras me cruzaba de brazos.

-Jesse.- respondió como si nada -traje el almuerzo, así que está preparando el comedor.- se acomodó recostandose de barriga en mi cama mientras apoyaba ambos de sus codos en el colchón y hacía descansar su barbilla en las palmas de sus manos.

Se veía adorable. Rayos.

-Y-y además acabo de salir de la iglesia, ¿es que no lo ves?- señalé mi ropa -es mi atuendo dominguero.-

Lo escuche reir tan fuerte que me sorprendí demasiado, era la primera vez que lo veía así.

-Eres tan...- este se sentó en el colchón -tan tu.- parecía no creer en mis palabras -eres una santa, Sarang.-

-¿Gracias?-

-De nada.- se colocó de pie -simplemente no puedo creer que tu seas mi amiga, es decir... soy una de esas personas que no merecen pisar nuevamente una iglesia en toda su vida.- suspiró -y tú... eres alguien tan pura que siento miedo por involucrarte en mi miserable vida.-

Harry llevaba ya varios días hablándome de esta manera, este se hacía quedar a él mismo como alguien digno de absolutamente nada. ¿Donde estaba el tipo narcisista de hace un par de meses? No puedo creer que vaya a decir esto pero en realidad extraño que sea así, no ahora... es extraño y de algún modo me hace sentir mal por él.

Esto no es sano.

-Mi vida es más miserable que la tuya, así que callate.- me coloqué de pie.

-Si tu lo dices.-

-Te quiero hacer una pregunta.- dije ahora mirándolo este seguía sentado a gusto en la orilla de mi cama.

Necesitaba saber lo que pensaba, quedaban pocos días para que las dos semanas se cumplan y estaba más que nerviosa.

-Dime.-

-¿Que harías si alguien pudiera ver tus recuerdos?-

Este hizo una mueca con sus labios pensando en la pregunta.

-¿Absolutamente todos?-

Asentí.

-Es complicado.- murmuró -hay cosas que pueden ser mal interpretadas y otras que simplemente son ciertas.- dijo lentamente -y si esa persona puede ver todo... quisiera decir que nada es lo que parece pero no estoy en posición de hacerlo.- se encogió en hombros -no puedo explicar la mayoría de las cosas que hice o que hago.-

-¿Te asustiarias si conoces a alguien que pueda hacer tal cosa?-

-No lo sé, una cosa es decirlo pero otra cosa es convivir con alguien que tiene esa "habilidad".- me miró atento -¿de donde sacaste esa pregunta?-

-Anoche estaba mirando un post en internet que hablaba sobre personas con extrañas habilidades y me dio curiosidad saber que pensabas acerca de eso.- le resté importancia.

Sarang;; h.s ||1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora