Jesse colocó una de sus manos en mi hombro mientras ambos entrábamos a aquella casa, estaba repleta de personas que yo no conocía, probablemente sea toda la descendencia del esposo de mi hermana. Mientras yo me abría paso hacia el patio trasero pude ver a mi madre vestida con algo extravagante. A decir verdad ella tenía una obsesión con volverse alguien importante y claro, uno de sus yernos favoritos era un famoso abogado, buen pagado, con una buena ascendencia, y hasta de sangre azul he de suponer yo.
Y grande fue la sorpresa al dame cuenta que no solo estaba su familia, si no que estaba la esposa de mi hermano mayor justo sonriendo radiante hacia sus padres.
Trague con dificultad cuando se dieron cuenta que yo había llegado. Solo bastó ver la cara de todos para saber que yo no soy muy bienvenida aquí.
-Buenas tardes a todos.- saludé.
-¡Llegó Sarang!- June corrió hacia mi para colgarse de mis piernas, pero cuando intenté tocarlo mi hermano mayor apartó al pequeño castañito de mi.
Muy temprano como para empezar así.
-Sin tocarla, June.- le dijo mirándome mal.
Y para colmo todos se habían quedado en silencio.
-Lo siento.- supuse que querían escuchar eso.
-Hey, Leandro no seas así de brusco.- Jesse apareció detrás mío -June solo quiere saludar a nuestra hermana.- enfatizó la última palabra mirando a todos.
-Ella conoce muy bien las reglas, Jesse.- Sidney mi otra hermana habló -no tocar.-
-Lo sé.- solo quería irme -lo siento, iré a la cocina a ayudar con la cena.- suspiré caminando lejos de ellos.
No entiendo el motivo por el cual me obligaron a venir, siento como si mi familia quisiera demostrar como pueden humillarme, es como un concurso de quien hace sentir basura a Sarang.
Y todavía no había terminado.
Ni bien puse un pie en la cocina la última de mis hermanas estaba ahí: Alaska.
-Hola Ala...-
-¡Ni se te ocurra tocar algo con tus manos así.- me señaló -ugh, Cuántas veces te he dicho que utilices guantes antes de tocar algo.- me lanzó un par de guantes de cocina -te toca preparar la cena, adiós.-
Literalmente me dejó parada en medio de la cocina.
Me importó un comino lo de los guantes y los tiré hacia alguna parte mirando que es lo que tenía que hacer. La tarde no sería fácil, estaba muy consciente de que hoy yo sería la piñata y mi familia estaría preparando sus palos para golpearme metafóricamente.
Toda la tarde estuve encerrada en la cocina escuchando como todos reían y charlaban a gusto ahí afuera, mirando desde la ventana de la cocina.
Alaska se encontraba de la mano con su novio, Sidney estaba sentada a un lado de mamá mientras reía junto a su esposo y veía jugar a sus hijos por el patio, Leandro daba mimos a su esposa que reía encantada de la charla entretenida que tenían todos, Jesse jugaba con nuestros dos hermanos pequeños como si nada y yo solo me dedicaba a mirar.
Mirar todo lo que alguna vez tuve antes de aquel día en el que mi vida se arruinó. Una vez la comida estuvo lista yo subí escaleras arriba caminando por el largo corredor. Me gustaba mucho subir y ver los marcos de las fotografías, y sobre todo ir a la habitación que solía ser mía.
Me senté en en mi pequeña cama y llevé mis manos hacia el colchón mientras cerraba mis ojos dispuesta a ver mis recuerdos.
"-¡Leandro!- me coloque de pie de mi cama al ver a mi yo pequeña entrar por la puerta y sentarse en la cama enojada mirando a mi hermano mayor joven de ese entonces -¡es verano!- crucé mis brazos.
El castaño suspiró mientras se acercaba a mi y se sentaba a mi lado acariciando mi cabeza con cuidado.
-Pequeña Sarang, estas con fiebre.-
-Pero quiero un helado.-
-Se que quieres uno, pero no puedes comerlo, estas resfriada, tienes que estar en cama como dijo el doctor.- hizo que me acomode en el colchón.
Caminé cerca de ellos dos mientras miraba a mi hermano, la mirada de cariño, aquella mirada que dejó de dedicarme hace años.
Estaba ahí.
-Estar enferma apesta.-
-Te comprendo.- dijo riendo -pero te prometo que cuando estés mejor iremos a comer muchos helados juntos, ¿te parece?- acaricio mi mejilla.
-¡Si!- mi voz sonó emocionada para después estornudar como tres veces seguidas escuchando reír a mi hermano.
Esos eran los momentos más divertidos."
Abrí mis ojos volviendo a estar sentada mientras miraba a mi alrededor.
Todo era un desastre, como mi vida.
Soy la persona más llorona de este mundo y justo en esos instantes tenía un nudo en mi garganta al recordar todo, mi labio inferior temblaba, mientras yo miraba mis manos con impotencia.
Sarang limpia esto, Sarang trae esto, Sarang sirve la cena, Sarang lava los platos.
¿Quién creen que soy? ¿Familiar de ellos o una simple empleada?
-¿Te sientes bien, Sarang?- Jesse tocó mi hombro con cuidado mientras yo me secaba las manos con un trapo de la cocina.
-Si, estoy bien.- respondí asintiendo.
-No les hagas caso, sabes que ellos son así so...-
-Va llegar un día en el que yo no voy a poder soportarlo más.- lo dije -no entiendo que quieren de mi, les doy casi la mitad de mi dinero a nuestra madre cada que me lo pide, no tengo dinero Jesse. Me exigen que haga cosas que... no tienen nada que ver conmigo, la última vez tuve que pagar una multa de tránsito de Alaska, ni siquiera puedo comprarme ropa nueva, no puedo vivir mi vida como se supone que debería de hacerlo.- estaba enojada -estoy hasta aquí.- puse uno de mis dedos en mi frente -solo quiero estar sola.- susurre.
-Sarang...-
-Jess, ¿Puedes tomar un uber para ir a casa? Estaré en la pastelería, necesito hacer un par de cosas.- dije -me voy, nos vemos en casa.- le sonreí con calma.
-Ve con cuidado, ¿si?-
-Sip, adiós.-
Al fin me habia librado de todo eso.
°°°
Los chicos aún estaban preparando los pedidos que Harry había encargado ayer, así que no estaba del todo sola cuando llegué.
Los dejé terminar lo que estaban haciendo y solo subí a encerrarme en mi oficina.
Me senté en mi silla giratoria y me puse en frente de mi ventana mientras miraba hacia afuera.
En un parpadeo ya me encontraba llorando a moco tendido mientras recargaba mis manos en el marco de la ventana abierta. Lo necesitaba tanto, quería quitar todo aquello que me molestaba y me tenia tan mal.
Agradecía que abajo estén escuchando musica mientras preparaban las cosas, así yo podía sollozar cuanto yo quisiera sin preocuparme por que me escuchen pues no tenia ganas de dar explicaciones del por que estaba así en esos momentos.
Estuve así por un largo tiempo, no recuerdo cuándo fue que me quedé dormida, solo sucedió.
Cuando levante mi mirada me encontraba en el pequeño sofá de mi oficina, había un cardigan color gris cubriedome y vi uno de mis post it rosas pegados en mi brazo que decía:
Lo vi todo, Sarang.
H.Lo que me faltaba.
Holaaaaaaaaa espero les esté gustando esto, ¿que les pareció? Dejen sus comentarios y votos por favor 😊
Nos vemos en el próximo capitulo ❤️
Yoongicutiie.

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Sarang;; h.s ||1||
Fanfiction"En verdad lamento ser tan difícil." Todo fue un accidente. ||Primer libro de la serie "Serendipia."|| [Algunos errores ortográficos sin editar] [lenguaje explícito, violencia, etc.] [Actualizaciones lentas]