Capítulo 29

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-Tengo cosas más importantes que tú~

-Dejame tranquilo~

-Se una buena chica y esperame~

-Eres solo un desliz, nada más que eso.- vi a Harry parado a unos centímetros de mi.

Este me apuntaba con una pistola y se veía completamente fuera de sí. No podía moverme, ni siquiera gritar. Solo veía como Harry se reía como loco y se acercaba lentamente hacia mi.

-¿Que creíste que cambiaría?- murmuró -¿pensaste que cambiaría por ti?- me sostuvo del cuello -estas loca.- escuché un disparo y miré mi estómago.

Harry había jalado el gatillo sin remordimiento alguno.

Fue ahí en donde el dolor volvió.

Abrí mis ojos mientras respiraba con dificultad y miraba alrededor esperando saber en donde me encontraba. A lo lejos en una esquina de la habitación Harry estaba sentado en un sillón, durmiendo.

Su ropa estaba completamente manchada de sangre, su cabello estaba desordenado y se veía como si no hubiera dormido en un buen tiempo.

Estaba más que claro que me encontraba en el hospital la habitación era grande, pero el olor a medicamentos era demasiado fuerte y lo odiaba.

En completo silencio vi la puerta abrirse, la enfermera que entró al ver a Harry dormido intentó hacer el mínimo ruido posible pero escapó un jadeo de sorpresa al verme despierta.

-Sarang, ¿te sientes bien? Es un gusto ver que estas despierta.- se acercó a mi.

-¿Que sucedió?- susurré con la garganta totalmente seca.

-Recibiste un disparo, por suerte la bala no causó daño a alguno de tus órganos, solo perdiste mucha sangre. Estuviste inconsciente por dos días.- acomodó un par de cosas -¿necesitas algo?-

-Agua por favor.- pedí.

Esta hizo que la cama con cuidado me levantara para hacer que quedara sentada, me tendió un vaso con agua y bebí de esta.

-Él está ahí desde que te instalamos en esta habitación.- se refirió a Harry -no ha salido, ni ha dormido hasta ahora. Se alegrará demasiado cuando te vea.- sonrió.

Y como si nada Harry empezó a moverse, suspirando de paso para luego abrir sus ojos lentamente.

-Oh, mira quien ha despertado.- dijo la mujer sonriendo -los dejaré, volveré en unas horas para cambiar tu vendaje.-

El castaño frotó sus ojos con sus manos para luego mirarme aliviado. Lentamente se colocó de pie y se acercó a mi, con cuidado se apoyó en la cama mientras me abrazaba.

Este no decía absolutamente nada, solo me sostenía con cuidado mientras suspiraba de manera ruidosa o se dedicaba a dejar cortos besos en mi cuello de manera cariñosa.

No fue hasta que sentí que mi cuello se empezaba a mojar, y como este parecía estar reprimiendo sollozos por lo que su espalda subía y bajaba de manera escandalosa este seguía inmóvil dejando salir todo aquello que supongo ya tenía guardado desde hace mucho.

-Lo siento.- lo escuché susurrar -enserio lo siento mucho.- dijo de manera ahogada.

Yo no dije absolutamente nada, estuve quieta escuchándolo sollozar.

-Se que estas enojada, lo entiendo, pero Sarang nada de lo que te dije era cierto, yo...-

-Yo no soy importante para ti, pero tú si lo eres para mi, mira lo que me ocurrió.- dije enojada -no soy una caprichosa, solo intentaba salvarte.- mi voz tembló -no es la primera vez que me tratas así, eres alguien cruel y enserio no te das cuenta de las cosas que dices o haces, no me gusta que me trates como si fuera una más del montón.- y lo dije.

Sarang;; h.s ||1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora