Tiré de mis cabellos sin lastimarme mientras miraba mi celular justo en frente mio. Habían cosas que no me estaban gustado, alguien estuvo dejando me mensajes extraños, y empezaban a llamarme en plena madrugada, hoy me acabo de enterar que son tres de mis "hermanos."
Estaba asustada, todo lo que me escribían era muy amenazante. Lo peor es que no se que fue lo que hice ahora, es decir, no los veo desde hace cinco años. ¿Que pude haber hecho yo ahora?
-Detente.- Tim tomó mi celular y lo guardo en unos de los bolsillos de su chaqueta -No les hagas caso Sarang.-
-Pero...-
-A ellos les gusta austarte, les gusta saber que les tienes miedo, aleja esos pensamientos de tu cabeza.- acaricio uno de mis brazos -no saben donde estas así que más te vale no responderles, olvidalos por favor.- cuando lo miré este tenia un puchero en sus labios.
-Lo intentaré.-
-Esa es mi chica.- sonrió -ahora, ¿podríamos solo festejar tu cumpleaños con tranquilidad? Estoy con un lio sobre que cosas debo de hacer contigo primero.- lloriqueo.
-Son las diez de la mañana Timothée, tenemos todo un día...-
-¡No me importa!- llamó la atención de todos en el lugar.
Reí al ver como la mirada de todos hizo que Tim se encogiera en su lugar.
-Es un buen desayuno, te adoro.- le dije cuando llego toda la comida.
-Te mereces lo mejor Sarang.- murmuró cruzado de brazos mientras sonreía con victoria.
Este había decidido que mi cumpleaños número treinta no tenía que ser desperdiciado. Llegó a mi departamento a las cinco y media de la mañana chillando y cantandome feliz cumpleaños mientras yo estaba media dormida.
Tim parecía más emocionado que yo pues cuando me estaba alistando y hasta bañando este gritaba a lo lejos una canción mal inventada acerca de mi, y terminó por utilizar rimas haciendo de mi animadora personal.
Ha sido así desde que compartimos más tiempo juntos, este está enterado muy bien de cómo me siento la mayoría del tiempo e intenta darme todo el amor posible, Tim es un ángel.
Pero cuando él no está... es como si al dejarme sola todo volviera a mi y me siento asfixiada.
He buscado ayuda la primera vez que me sucedió. Resulta que tengo ansiedad, y ataques de pánico. Estos simplemente llegaron de la nada a causa de mi estrés y problemas pasados con mi familia y el trato que recibo de ellos.
Voy a terapia una vez a la semana e intento distraerme pero sentimientos con los cuales no estoy familiarizada vuelven a arruinar mi estado de ánimo.
Hubo un tiempo en el que no podía salir de casa ya que el más pequeño sentimiento de ansiedad me lleva también hacia el camino del pánico y es ahí en donde tenia problemas. Salir no era de mi agrado, no me sentía bien haciéndolo. En las noches cuando intentaba dormir pensamientos que no podía controlar estaban en mi cabeza rondando toda la noche manteniendome despierta y con miedo a cada segundo.
Un ataque se presentaba casi cuatro veces en un día, y los más fuertes duraban entre alrededor de quince minutos o más.
Los dolores de pecho, calambres en mis manos, y piernas, a veces me siento como si mi cuerpo estuviera ahí pero mi mente en otro mundo, mis manos la mayoría del tiempo estaban empapadas de sudor y heladas, muchos síntomas de todo este desastre de persona que soy ahora mismo.
El psicólogo me había recomendado utilizar medicamentos, pero yo me negué a hacerlo, no quiero llegar a ese punto, se que pude mejorar mucho en estos últimos meses pero no llegaré a utilizar medicinas que literalmente me adormeceran por completo.
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Sarang;; h.s ||1||
Fanfiction"En verdad lamento ser tan difícil." Todo fue un accidente. ||Primer libro de la serie "Serendipia."|| [Algunos errores ortográficos sin editar] [lenguaje explícito, violencia, etc.] [Actualizaciones lentas]