Viernes por la tarde en San Francisco. Me sentía demasiado a gusto dentro de mi auto ya que estaba disfrutando el aire acondicionado, pues afuera estaba haciendo demasiado calor, tanto que había llegado a quitarme la sudadera que traía puesta.
Con curiosidad miré la pastelería, aún en la tarde teníamos un gran número de clientes y había una pequeña fila formándose afuera que de a poco empezaba haciéndose más larga.
Hoy me encargaría de vender en el mostrador, era emocionante.
-Oh.- dije al darme cuenta que la tienda de alado estaba siendo re modelada -al fin lograron vender la tienda.- miré como pude el interior ya que aún no se podía ver del todo.
Luego de dejar mi curiosidad de lado salí de mi auto caminando dentro de la tienda.
-¡Buenas tardes Sarang!- saludaron las chicas del mostrador.
-¡Hola!- sonreí caminando hacia ellas y tomando uno de os delantales mientras me colocaba los guantes -¿todo bien?-
-Demasiado bien. Hoy estuvimos muy atareados.-
-Me lo imagino, yo también con la entrega de pedidos, es una locura.- sonreí -a trabajar.- dije suspirando.
Me entretenía demasiado ocuparme del mostrador.
-¡Una docena de cupcakes de piña!- dijo la chica que se ocupaba de la caja.
-¡Entendido!- dije sacando una de las cajas ya armada y colocando los cupcakes en ella -orden de cupcakes de piña lista.- se lo entregué al cliente -disfrútelos, hasta pronto.- sonreí.
En eso consistían la mayor parte de mis tardes. Si no estaba entregando pedidos, estaba anotando los diferentes tipos de eventos que necesitarían pedidos, valga la redundancia.
-¿Necesitas ayuda con la cafetera?- pregunté mirando a una de las nuevas empleadas luchar con los varios pedidos de café.
-Por favor.-
Y manos a la obra, las tardes en la pastelería eran así, hasta el cuello de clientes esperando la mejor atención de siempre y la calidad que nos caracteriza.
Empezado las ocho de la noche ya habíamos cerrado temprano ya que todos habíamos trabajado duro el día de hoy. Despache a todos para que tuvieran una linda noche. Mientras que yo ordenaba un par de cosas dentro.
Todo estaba limpio, el inventario estaba lleno y lo único que falta a era que yo me fuera a casa ya que me estaban esperando para cenar.
Ya saliendo y colocando La alarma y llave a la tienda me encontré con uno de los hombres que fue el encargado en decorar la pastelería. Este salia del establecimiento de alado que estaba remodelando junto con un muchacho mientras hablaban.
-Buenas noches, Sarang.- saludó al verme.
-Buenas noches señor Kang.- sonreí y ahora miré a su apuesto compañero a su lado.
Claro que lo era.
-Él es Harry Styles, el nuevo dueño de alado.- señaló al rizado.
-Oh, hola.- saludé lo más alegre posible -mi nombre es Sarang Hawkins, es un gusto saber que seremos... ¿vecinos?-
El me miró curioso por unos segundos y luego estiró su mano hacia mi esperando a que yo estrechara la mía contra la suya.
Miré mis manos y luego miré la suya para después mirar al señor Kang.
El de lentes me observaba nervioso como si me dijera: ¿por qué estás sin hacer nada? ¡Dale la mano!
-Oh, si.- reí nerviosa tomado su mano ante tanta presión.
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Sarang;; h.s ||1||
Fanfiction"En verdad lamento ser tan difícil." Todo fue un accidente. ||Primer libro de la serie "Serendipia."|| [Algunos errores ortográficos sin editar] [lenguaje explícito, violencia, etc.] [Actualizaciones lentas]