Capítulo 21

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Harry me miraba atento desde la esquina de su habitación, me sentía más que incomoda pues este llevaba haciéndolo desde que habíamos llegado a su casa y al parecer no tenia intenciones de dejar que yo me fuera a alguna parte sin su "supervision".

-¿Podrías dejar de mirarme así?-

-Estoy pensando.- me mandó a callar sin quitar su vista de mi -toda esta mierda es tan turbia.- llevó sus manos hacia su rostro.

-Pensé que estabas acostumbrado a ese tipo de cosas.-

-Lo estoy, pero tú no.- me señaló.

Este tenía un muy buen punto ahí mismo. Harry tenía motivos por los cuales estar tan alterado como lucia ahora mismo. Mientras tanto yo aun no terminaba de procesar todo el desastre que se había armado de la nada.

Se que no soy nadie para señalar a alguien culpable sin pruebas pero no necesitaba indagar mucho para darme cuenta que era alguien de mi familia. Ellos son los únicos que tienen pruebas reales y testimonios únicos que te harían creer al cien por ciento que yo poseo aquellas habilidades.

No entiendo que tanto odio esas personas pueden descargar en mi. Yo no tengo la culpa de poder hacer todo esto, si me dieran la oportunidad de deshacerme de mi psicometria lo haría, porque es muy difícil poder acostumbrarse a ver cosas que no quieres y la mayoría de las veces estas se quedaban en tu cabeza para atormentarte.

No me gusta el dolor que siento cuando me sobreesfuerzo, ni mucho menos que las personas piensen que soy extraña porque no dejo que me toquen.

Nunca pudieron entender que esto tampoco es mi culpa.

Pero aquí estoy, alguien me vendió a ellos como si fuera un trozo de carne fresca y ahora no se como puedo salir de... lo que sea en lo que esté metida.

-¿Enserio quieres que haga esto?- pregunté una vez más mirando al castaño a lo lejos.

-Si, quiero que te quedes conmigo.- dijo dejando que sus hombres entrarán con mis cosas a mi nueva habitación junto a la suya -quiero asegurarme de que estés bien, y aquí estarás segura. Te lo puedo asegurar.-

-Nunca terminaré de agradecerte toda la ayuda que me has brindado desde que te conocí.- dije acercándome a él.

-Está bien. Creo que te estoy compensando luego del incidente con la rubia en mi despacho.- dijo burlón mientras yo sentía mis mejillas calentarse.

Este idiota no puede estar hablando así en estos momentos.

-Eres un estúpido.-

-Lo sé, pero ahora sabes bien que me quieres mucho como para enojarte por ese comentario.- ahora se acercó riendo hacia mi.

-No puedo olvidar sus... bubis, parecían dos melones pegados a su pecho.- dije sin pensar lo que tenía en mente.

Lo escuché reír de manera ruidosa.

-Si tienes curiosidad, no son reales.- despeino mis cabellos riendo.

-Gracias por el dato.- levanté uno de mis pulgares.

-De nada bebé, ahora si me disculpas tengo trabajo que hacer. Puedes quedarte en casa a ordenar tus cosas, no creo que ir a la pastelería sea buena idea el día de hoy.-

-Me saludas a la rubia de mi parte.- dije antes de que este saliera de la habitación.

Lo único que pude escuchar fue su escandalosa risa por los pasillos de la casa.

Ahora mismo me sentía demasiado tranquila que me asustaba. Harry me había dicho que trataría de averiguar con exactitud lo que estaba sucediendo y que no me llenara la cabeza con pensamientos tontos.

Sarang;; h.s ||1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora