21. "Ese" mundo

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¿Alguna vez has trabajado mucho tiempo en un plan solo para que al último momento ocurra algo que te obliga a cambiarlos? No siempre es algo malo cuando eso pasa.

El efecto de la poción duró alrededor de tres horas, se fue debilitando gradualmente hasta que volví a encontrarme en mi estado usual, hice una nota mental del efecto para futuras referencias mientras volvía a casa de Érika, pero cuando entré vi que mi amable anfitriona no estaba sola, con ella estaba también otra mujer. Una amiga suya, pensé, pero pronto comprendí que ese no era el caso.

- ¡Aquí está Diana! -dijo Érika con un tono de alivio-. Entonces las dejaré para que hablen.

Sin ninguna explicación, Érika salió de la habitación como si intentara escapar, no era normal verla tan nerviosa así que levanté mi guardia, la desconocida podría no ser portadora de buenas noticias.

- Mucho gusto Diana -dijo la extraña- mi nombre es Abigail, Kal me envió para hablar sobre la compra de una casa.

Me sorprendí al escucharla, ¿era una agente de bienes raíces? No me esperaba una visita como esa y, a decir verdad, aquella mujer no parecía una empleada confiable. Abigail era una mujer pequeña y delgada que daba la impresión de tener quince años, pero a diferencia de la mayoría de la gente en la aldea, su atuendo tenía un estilo formal, similar a un traje de negocios, e incluso tenía una pequeña boina en su cabeza. Pensé en preguntarle dónde había comprado su ropa, pero primero debía tratar el tema por el que la chica había ido a verme. Su mirada era pesada y penetrante y su cabello blanco en corte bob le daba un aire juvenil.

- Mucho gusto Abigail, sí, estaba pensando en eso.

- ¿Y bien? ¿Qué clase de casa estás buscando?

Parecía estar de mal humor. Tal vez había estado esperando por mucho tiempo y quería terminar con su trabajo lo antes posible, pero no podía culparme, ni siquiera sabía que iba a buscarme, si me hubieran informado la habrá esperado como es debido. Era cierto que tenía la intención de mudarme, pero los últimos días solo había estado pensando en formas de ganar dinero y alquimia, no había meditado sobre qué tipo de casa quería así que no pude responder de inmediato, algo que hizo a Abigail fruncir el ceño y mostrar un rostro aun más molesto que antes. Sentía la presión de su mirada así que me apresuré a decir lo primero que llegaba a mi cabeza.

- Quiero una casa grande con un establo.

- ¿Qué más? -no dijo nada más, solo me dedicó una mirada llena de fastidio.

- Y quiero que tenga una cocina amplia y un cuarto de baño.

- ¿Qué más?

¿Qué más? ¿Esa mujer no sabía decir nada más? Pensé unos momentos más y finalmente agregué algunas otras cosas que me gustaría tener en mi casa ideal.

-Un sótano donde pueda hacer experimentos y una biblioteca.

- ¿Qué más?

Sentí que una vena iba a explotar, ¿estaba burlándose de mí? No pude pensar en nada más que quisiera en mi casa, ¿qué se supone que le diga? ¿Una habitación para huéspedes? ¿una piscina? ¿un salón de fiestas?

- Creo que eso sería todo.

- Bien.

Abigail hizo una mueca de molestia, se puso de pie y salió de la casa. Por supuesto que no intenté detenerla, entre más lejos estuviera de mí, mejor, pero tampoco tenía la intención de quedarme de brazos cruzados, esa mujer tan grosera trabajaba en el Centro de Comerciantes pero su actitud era terrible. No sabía qué había pasado antes de que llegara a la casa, pero seguramente Érika también soportó algo de esa terrible actitud y eso era imperdonable. Faltaba poco para que anocheciera, pero decidí ir a quejarme.

Morí y ahora vivo en mi libro favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora