Bajé los últimos tramos de escaleras que quedaban para llegar a la planta baja del hotel, mis pies se movían ligeros por los zapatos de deporte que había calzado. Llevaba unos leggins cortos apretados a mi piel que hacían resaltar mis musculosas y a la vez delgadas piernas, también llevaba un top que enseñaba mi escote y abdomen plano. Solo esperaba que Román no me hubiera mentido y de verdad vayamos a donde me había dicho.
Después de entrar en mi habitación y escuchar a mi madre echarme la lata de que necesitaba salir, cuando ella había recalcado una y otra vez que estaba castigadísima. Realmente mi estado de esta mañana le había afectado y desde luego, a mí también.
No me gustaba el senderismo, nunca me había gustado.
Le hablé a Ingrid, que por obra divina ya estaba despierta, que iríamos a aquel lugar. Rápidamente y sin pensárselo, incluso creo que no llegué a acabar de hablar, dijo que sí.
Ahora mismo se encontraba a mi lado, caminando como si fuera a modelar por una pasarela. Llevaba ropa de deporte... sí, pero valiente ropa de deporte. Un conjunto deportivo color rosa con el short que enseñaba, literalmente, todo el culo, y un top sin mangas sin sujetador. Creo que podía ver sus pezones marcados.
Definitivamente no teníamos el mismo gusto para vestir.
Nada más llegar a la puerta principal, ya todos estaban esperándonos. Me sentí un poco más segura al inspeccionar que las tres rubiecitas se encontraban con las mismas pintas que mi mejor amiga. Por lo menos, no era la única que iba haciendo el ridículo.
Identifiqué a todos de un tirón. Todos iban con ropa de deporte, y no supe si alegrarme o tirarme por el balcón al saber que efectivamente no había escuchado mal cuando dijo de ir a hacer senderismo.
—¡Hola! —gritó Román tirándose sobre mí, dejando a mi amiga como si no existiese. Me había dado cuenta de que Román tenía esa extraña costumbre de ignorar a los demás cuando estaba conmigo y no sabía que pensar ante eso.
Como respuesta reí suavemente, observando a todos los demás. Mi mirada, extrañamente fue a parar a Castiel que estaba apoyado contra la puerta de cristal como todo un chico malo. Su pelo castaño caía de manera rebelde por todas partes, pero sobre todo estaba hacía atrás por lo que supuse que se había echado gomina hace algunas horas y el efecto de esta estaba empezando a irse. ¿A dónde habría ido?
Sus piernas tapadas por un chándal largo y sus abdominales por una camiseta corta blanca lo hacían ver simplemente hermoso. Todo lo hacía ver hermoso, al menos para mis ojos.
Tengo la leve sospecha de que su novia no era consciente de nada de lo que ocurría alrededor, no era consciente de que su novio tenía sus ojos verdes clavados en mí en ese mismo instante. Menos parecía consciente de que yo no podía dejar de mirarlo, claramente había una conexión entre nosotros y esta se notaba a kilómetros. No sé realmente si ella no se daba cuenta de lo que pasaba o no quería darse cuenta.
—Oye, vámonos ya. Sabéis que no me gusta estar fuera cuando se hace de noche —comentó Mike, al lado del otro chico que creo que se llamaba Jackson. Lo sé, soy horrible para los nombres.
Me sorprendió un poco, aunque creo que en el fondo me lo esperaba, cuando Ingrid al escuchar a Mike, se tiró en sus brazos a abrazarlo. Él no pareció sorprenderse en absoluto, al contrario, la abrazo y escondió su rostro en el cuello de mi amiga con gusto. Levanté una ceja observándolos. Parecía que habían olvidado con quien se encontraban.
—¿Y esto Mike? Te lo tenías calladito... eh. —Escuché la voz divertida de mi chico castaño. Parecían haber pasado años desde que no la escuchaba y sentí ganas de tirarme en sus brazos y permanecer aspirando su aroma por horas y horas, nunca me cansaría.

ESTÁS LEYENDO
Un perfecto verano © (Completa, en edición)
Ficção Adolescente¡AVISO! - YA PODÉIS VER EL BOOKTRAILER EN EL PRÓLOGO. Cuando me dieron la noticia de pasar un verano en el hotel de playa más lujoso de todo el país, lo único que se me pasó por la cabeza fue... Divertirme como hacía mucho que no lo hacía. Viajaría...