Capítulo 18 // 02

233 22 2
                                    

No lo pienso dos veces, ni siquiera lo dudo, simplemente comienzo a andar a paso ligero hacia donde unos minutos atrás se fue Castiel. Mi cerebro parece totalmente desconcertado y, aunque mi cuerpo sigue andando sin parar, mi mente no para de trabajar en todo lo reciente. No paro de pensar en porque quiere verme a mí, porque no a su novia. Me siento bien, me siento mal, ni siquiera sé ya lo que siento simplemente sigo corriendo hasta cruzar una puerta asegurada por un gorila que, en cuanto me vio, se apartó dejándome pasar como si hubiera estado esperándome.

El pasillo iluminado por unas pocas de bombillas colgando en el techo llamó mi atención, había muy poca iluminación cosa normal pues había una simple bombilla cada cinco metros de distancia. Me quedé quieta observando el inmenso pasillo que parecía no tener fin, mi cuerpo di un salto cuando escuché como la puerta se cerraba a mis espaldas, seguramente empujada por el gorila. Volví mi vista al frente y cerré los ojos respirando hondo e intentando relajar la presión que sentía en todos y cada uno de mis músculos.

El pasillo era bastante espeluznante a simple vista y si no fuera porque sabía perfectamente que la persona que me estaba esperando en una de las habitaciones que había por todos lados me protegería de todo, no tendría ninguna gana de andar por él. Un ruido sonó a través de una de las puertas que había en mi lado derecho haciéndome abrir la boca con una mueca de miedo y jadear.

Avancé poco a poco, un pie después de otro, con lentitud e inseguridad en cada uno de mis movimientos. Ni siquiera sabía dónde se encontraba Castiel, había pasado todo tan rápido que ni siquiera me había acordado de preguntarle a María la sala en la que estaba él, y por cómo veía el lugar estaba segura de que Castiel creía que ella me lo diría. Estaba segura de que aunque se lo hubiera preguntado me hubiera dicho que me buscara la vida.

—¿Hola? —hablé con la voz temblorosa intentando que alguien me escuchara, mientras seguía avanzando por el pasillo de paredes verdes y desgastadas—. ¿Castiel? —pregunté en un susurró y me maldecí interiormente. ¿Por qué simplemente no lo gritaba? Alguien me escucharía.

Cuando mi boca se iba a abrir para emitir un fuerte grito con el nombre del castaño una puerta a mis espaldas se abrió haciéndome girar automáticamente hacía ella. Era la misma puerta por la que yo había entrado y por la que ahora entraban una pareja de hombre y mujer. Fruncí el ceño al notar que la mujer estaba completamente borracha y que él hombre, prácticamente, la arrastraba hacía el interior. Aunque debo decir que mi cuerpo se relajó un poco al observar que ambos tenían una sonrisa en el rostro, al menos no era una violación.

—Hola, bonita. ¿Quieres unirte? —preguntó el hombre arrastrando las palabras cuando pasó por mi lado. Estaba borracho también. Su rostro se pegó tanto al mío que tuve que separarme hacía atrás con una mueca de horror.

—No... gracias —contesté intentando sonar lo más educada posible, pero estaba más que claro que en estos lugares lo último que se usaba era la educación y el respeto.

Me dedicó una sonrisa lo más desagradable posible dejándome ver todos sus dientes amarillos seguramente consumidos por la droga. Ahora que lo observaba bien, era un hombre de unos cincuenta años y la chica no llegaría ni a los veinte aunque no creo que fuera menor de edad.

—Como quieras, guapa. Deséame una buena noche —habló levantando las cejas divertido, lo miré atónita. ¿Esto era normal? Un quejido salió de los labios de la chica que ya ni siquiera sonreía.

—¿Se encuentra bien? —pregunté encorvándome hacía delante para observarla mejor, un empujón sin nada de delicadeza me estampó contra la pared para alejarme de la chica. El hombre me miraba serio.

—No es problema tuyo, niña —escupió girándose y emprendiendo su camino nuevamente, adentrándose en el pasillo y dejándome ahí contra la pared con una expresión desconcertada.

Un perfecto verano © (Completa, en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora