RECOMIENDO ESCUCHAR LA CANCIÓN, ES PRECIOSA Y LE DA EL TOQUE PERFECTO AL CAPÍTULO.
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Mi pelo se movió con ligereza por el aire que me golpeó cuando una mujer corrió con su vestido agarrado con una mano y con cuidado de no caerse con sus altos tacones mientras perseguía a sus hijos pequeños. Intenté no prestarle atención a eso ya que suficiente drama tenía frente a mis ojos.El silencio entre Castiel y yo era el más incómodo que jamás pude haber presenciado, pero de alguna manera sabía que yo había estado involucrada en él. Lo entendía, pero no quería entenderlo. Estábamos el uno frente al otro, con la mesa de por medio y con una gran muralla que nosotros mismos habíamos construido en nuestros corazones. La tensión se palpaba en el aire y se me hacía difícil hasta respirar por ello mismo, era como estar con un completo desconocido pero sintiendo mi corazón latiendo con fuerza dentro de mi pecho.
Quería hablarle, quería gritarle, quería marcharme con él, no sé ni lo que quería. Tenía frio y calor y el vino había pasado ya a una esquina de la que no quería saber nada.
Ambos estábamos ausentes y distantes. Yo con la cabeza agachada y él creo que también.
Lo miré por encima de mis pestañas con disimulo intentando ver que estaba haciendo, pero los nervios que sentía eran tan fuertes que tuve que agachar nuevamente la cabeza.
Tomé una inspiración profunda a sabiendas de que debíamos arreglar esto ya, no podíamos seguir así. Cerré los ojos y me preparé mentalmente para que cuando los abrí hubiera reunido las fuerzas suficientes para dirigirme a él.
—No sabía que estarías aquí —dije rompiendo el silencio mirándolo por fin y me maldecí mentalmente al notar el temblor de los nervios en mi voz. Es qué realmente estaba aterrada.
Estaba mirando con indiferencia a un costado y ni se inmutó cuando dije aquellas palabras. Sus ojos se cruzaron con los míos como si nada y yo temblé en mi sitio al ver la intensidad que había en el fondo de esos espeluznantes ojos verdes que habían presenciado cosas horribles.
—Yo tampoco, créeme —dijo y noté como enarcaba levemente una ceja, su pecho subió y bajo repentinamente.
Tragué saliva como si estuviera tragando una piedra.
—¿Estás molesto? —pregunté casi en un susurro.
Creo que no lo escuchó de lo bajo que había salido mi voz junto a la música que retumbaba por el lugar y que ahora había dejado de ser una música de violín para ser una música que se podría bailar en pareja, aun así era bastante lenta pero no tanto como la anterior.
Sus ojos se apartaron de los míos cuando agarró un vaso que parecía ser de Whisky y se lo llevó a los labios, entonces su mirada volvió a clavarse en la mía mientras ingería todo el fuerte liquido sin hacer siquiera una mueca con el rostro.
Me daba la sensación de que me estaba retando de alguna manera.
Carraspeé intentando averiguar cómo se respiraba de nuevo.
—No tienes ningún motivo para estar molesto conmigo, Castiel —comencé con la voz entrecortada bajo su mirada entrecerrada y llena de interés—. Es más, yo soy la que peor lo está pasando con todo esto —solté reclinándome en el asiento y mirándolo a los ojos sin tener ni idea de la repercusión que tendría esas palabras en él.
Apretó la mandíbula con fuerza, con muchísima fuerza, y las aletas de su nariz se abrieron más de lo normal. Se había cabreado, mierda. Pasó la lengua por sus deliciosos labios y dejó escapar una risa llena de amargura mientras dejaba el vaso que aún seguía en su mano y que ahora estaba vacío en la mesa haciendo que un pequeño golpe seco sonara entre nosotros, como un impulso.
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Un perfecto verano © (Completa, en edición)
Fiksi Remaja¡AVISO! - YA PODÉIS VER EL BOOKTRAILER EN EL PRÓLOGO. Cuando me dieron la noticia de pasar un verano en el hotel de playa más lujoso de todo el país, lo único que se me pasó por la cabeza fue... Divertirme como hacía mucho que no lo hacía. Viajaría...