Anfitrite || KookMin

55. "Conocer tu Forma de Amar"

—Este lugar es muy concurrido.

—Se siente aún más contigo tan resguardado.

—Lo siento.

—Lo entiendo, pero es un poco diferente, más no malo. Cada experiencia es distinta.

—El lado bueno... es que nadie nos empuja.

Ríe quedo, caminando entre los guardias que deben ir alrededor por tener a los reyes de la Atlántida presentes. Algunos se reverencian al reconocerlos, otros simplemente observan de reojo maravillados por la belleza despampanante. Jimin piensa en que llegaron aquí porque quiso extender su tiempo fuera del palacio ¿Qué mejor que la experiencia que quería? Estar con Jungkook en el festival y qué le parece. Quizá hacer un evento parecido en la Atlántida.

El día anterior estuvo "indispuesto". Durmió y descansó únicamente, meditando de tanto en tanto que le diría a Jungkook sobre lo ocurrido con Yoongi: Convencerse a sí mismo de que Jungkook no lo desestimaría; que tal vez es su culpa que pasara para empezar y callar es la mejor opción.

Pues lo tacharían de infiel y aunque tampoco es muy relevante para ellos, para él sí.

Aborrece a los infieles.

Los odia ¿Por qué existen para empezar? Considera que si hay una relación y uno quiere otra cosa, que rompan y se acaba el asunto. Que lo puedan creer así le tiene la cabeza casi tan comida como todo lo demás.

Mira al Rey de reojo, con su brillante cabello rubio, la mandíbula cuadrada, labios delgados y tono carmín; el monarca se percata de la contemplación, entorna su mirada marina a Jimin y sonríe enternecido por su Anfitrite. Tan tímida y pensativa.

— ¿Te gusta mi cabello?

—Es la primera vez que lo veo en esa tonalidad.

—Tal vez-

—Podemos acercarnos, de otro modo no vamos a escuchar nada.

—Como digas.

Asistir a la parada canadiense del festival deseaba que lo ayude a olvidar. Disfrutar la compañía de Jungkook y próximamente del regalo de cumpleaños que este preparó desde hace tiempo. Usa la misma ropa que aquel día, limpia y luciendo igual de espectacular fuera del agua. Incluyendo una estola y abrigo por el frío tan intenso. Cabe destacar que Jungkook usa ropa también felpuda para resistir la temperatura y le sienta genial.

Lo hace pensar en un vikingo por momentos, más elegante.

Si bien no bailan como otros presentes, la música resulta un enorme goce que cumple su objetivo en Jimin: Relajarlo.

—Estás desanimado.

—Un poco.

— ¿Por qué?

—Temo lo que pienses más tarde.

—No perdonaré ningún mal hacia ti. No has hecho nada para merecer desgracia. —La palabra le hizo un ruido terrible.

— ¿Y si lo merezco? Y si en realidad hice que fuese merecido... ¿Qué pensarías de mí? —Cuestiona con la cabeza inclinada a un lado, con voz pañosa y evidente culpabilidad en sus ojos. Jungkook niega con la cabeza.

—Si fuese realmente tu culpa ya me lo habrías dicho, enfrentas tus errores de frente. Esto me demuestra que no estás seguro de si es realmente culpa tuya. Por eso estoy seguro de que incluso mataría a quien te está atormentando de esta manera.

Los labios le tiemblan ante la respuesta. La inmerecida confianza de su rey, de su fuerte y protector amor que teme decepcionar. Unos hombres de seguridad llegaron hasta ellos, teniendo un guardia entre medio por precaución lo cual puede ser hilarante por la vista que crean a los demás. Jungkook alza una ceja extrañado.