6. Sin nada más que Hacer

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          —Namjoon... ¿En dónde está la Anfitrite?

La mirada de Yoongi es una muy pesada al igual que su presencia entera. Muchos le huyen precisamente por eso: Lo sienten como un tiburón o una orca que te devora de un solo mordisco, la diferencia aquí es que el lo hace lenta y dolorosamente con solo permanecer parado junto a ti. Es una persona difícil de intimidar, sin embargo, la pregunta es lo que lo hizo encogerse en su sitio ligeramente pensativo de cómo responder.

Jeonghan se ha encargado de darle a Jimin sus comidas en su habitación, también el aseo de la misma y ayudarlo a vestirse cuando la prenda es demasiado complicada -casi siempre-, así como acompañarlo en santo silencio mientras Jimin lee y estudia el rascacielos que es su biblioteca personal formada en base a los textos que buscó en la biblioteca y los que entregó personalmente y cree que necesita.

La conclusión, es que Jimin se la ha pasado encerrado a su habitación por al menos un mes ininterrumpido donde apenas se sabe que vive en este palacio. Yoongi, como quisquilloso rotundo, está molesto por ello. Jungkook sale y cumple con sus deberes, si, pero con Taehyung que de conocimiento público se sabe que es su concubino, no su marido.

Ya hay gente preguntándose qué ocurre realmente con ese matrimonio. Nunca es conveniente que se esparza esa clase de murmullos. De un modo u otro acaban fuera del agua y ¿Qué pasaría si Corea cree algo equivocado? Como que su príncipe está encerrado, descuidado, muerto o algo. La idea es una alianza y debe al menos aparentarse que esa unión funciona.

—Estudiando. —responde tras un rato de meditar muy profundamente su respuesta. Yoongi no varió de expresión. Contrario a hacerlo sentir aliviado, contrajo más nervios.

— ¿Estudiando qué?

—Desea ser consciente de cada costumbre que tengamos, también nuestra historia y demás. Se lo toma muy diligentemente. —Quizá demasiado, piensa muy a sus adentros. ¿Jimin descansa? A cada que pregunta a Jeonghan, este le dice que está leyendo o por el contrario escribiendo quién sabe que cosa. El pobre no entiende coreano.

—No le sirve de mucho si no está cumpliendo con las costumbres reglamentarias para cualquier Anfitrite. —acota Yoongi. Namjoon suspiró.

—Comprendo ese punto, pero aún no es capaz de estar todo un día bajo del agua. Apenas ha evolucionado a siete horas y media. El promedio para-

— ¿Quién lo enseñara defensa? —Namjoon respondió muy apenas—. Lo haré yo. Prepara la sala para él y para mí. En este instante.

—Prin-Princip... ah. —su tartamudeo se volvió un quejido pesumbroso.

Esto-es-malo.

Yoongi es del tipo de personas que le gusta evitarse dolores de cabeza, pero su hermano siempre se los ocasiones casi con existir. Sabía que el matrimonio sería la peor idea de todas, pero no interfirió en ello porque resultaba inútil y un dolor extra, que Jungkook lidiara con ello... Al menos eso quiso creer y en está claro en este momento que iba a ser él quién lidie con el tema.

—Su alteza. —Jeonghan reverenció apenas vio a Yoongi. Esté entró y examino la pequeña antesala a la habitación real. Hay tantos libros que lo hace recordar cuando él estudiaba toda esa basura inútil que ya sabía.

— ¿Dónde está la Anfitrite? —interroga cortante.

—En su habitación leyendo. Durmió bajo el agua así que estaba un poco ahogado. —responde el sirviente con una sutil reverencia. Yoongi no preguntó más y subió las escaleras. Jeonghan se mordió el labio.

Ve venir desgracia.

Yoongi mantuvo su expresión indiferente una vez analizó la habitación. No diría que está desordenada porque no es precisamente eso, diría más bien que está sobresaturada de cosas. En el escritorio hay pilas enormes de papeles escritos, lápices, plumones, incluso pintura; Libros apilados por doquier y Jimin sentado justo al lado de la ventana con los pies subidos al alfeizar.

Anfitrite || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora