69. Conflictos Compartidos

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—¿Ellos también? ¿Todos estaban fuera justo en ese instante? ¿Llovió absolutamente en todo el país? —cuestiona Lisa impresionada del anuncio de su hermano mayor.

—Efectivamente. —Da un cansado respiro, aun siente la sal habiendo pasado horas desde ese momento. Tras haberse bañado alrededor de tres veces y lavado los dientes hasta gastar el dentífrico.

—Eso es... es...

Se mantuvieron en blanco. Callados. Jungkook transita con calma el pasillo en dirección a la cocina. El hombre va parcialmente desnudo. Usa una larga y brillante tela atada en su hombro, sostenida por un broche de oro y los brazos del hombre. Que haya tanto rasguño en esa piel marfilada y prensada les genera un sonrojo. Obviamente saben quién los hizo. No pasa mucho rato antes de vuelve por donde vino, comiendo fruta que carga en manos.

—Tiene la nariz grande ahora que me fijo. —comenta Jennie, extrañamente sin el tono desdeñoso que la caracteriza al nombrar detalles de las personas. Por el contrario, suena fascinada.

—Debería tener la decencia de cubrirse. —quejumbra Seonghwa disgustado.

—Que se quede indecente. —Interviene Lisa, echándose aire con una mano ¿Cómo decir que su yerno es demasiado perfecto?

Hasta el mejor amigo de su hermano es demasiado perfecto ¿Para cuándo su atlante? Ella también quiere, incluso si es una mujer no se va a negar a ello.

Cuando se hace la hora de desayunar casi saltan del susto por hallar a Jimin casi en las mismas condiciones que Jungkook; sentado en su sitio bebiendo un aligerado y dulce vino de mora. Al verlos suspira y tan descarado como se ha vuelto sigue bebiendo en paz. Con la tela resbalando por su piel.

—Ve a cambiarte de ropa. Que vivas de esta manera no significa que tengas que hacerlo aquí. —Reprende Seonghwa.

—Estoy vestido lo suficiente. La lluvia hizo subir el calor y me desagrada en sudor en mi ropa. —Replica sin interés en lo absoluto. Poco a poco colocan los platos con la comida para el desayuno.

—Es desagradable como faltas a nuestras costumbres con semejante descaro.

—Es desagradable que repudien la cultura que vivo precisamente porque ustedes me llevaron ahí. Durante el desayuno puedo andar ligero y esto es mucho en comparación a lo que se ponen otros. —Sacude la mano con desinterés.

Hay gran incomodidad por el comentario y es que de cierta manera es cierto, quizá de ser más capaces o haber prohibido que fuese para empezar no estaría viviendo bajo el agua. No es una queja, sino un recordatorio a que poco o nada tienen que echar en cara de cómo es, a final de cuentas quizá ellos serían así de haber tomado el lugar. Nunca se sabe.

Jungkook llega tras poco e inicia el desayuno. No dicen mucho, en parte por no tener costumbre de ver gente así de descubierta, usualmente el cubrir la piel es símbolo de respeto al ser; por otro lado, resulta incómodo porque les costó no escucharlos anoche. Donde se ubica la habitación de Jimin hay mucho eco, con ciertas ventanas entreabiertas y recordar al menor de todos gimiendo hasta la madrugada genera pudor, mucho pudor.

Sigue siendo el más pequeño y ¿Hace tanto por tanto rato? ¿Con la masa enorme que es Jungkook? Seonghwa siente especial desagrado, pues considera que en parte es abuso de Jungkook hacia Jimin.

—Son tan cómicos—Arruga la nariz con aquel comentario repentino—. Tanto pudor ante el cuerpo, empiezo a considerar que deberían ser más afectuosos consigo mismos para perder la pena.

—No lo intentes—Interviene Jimin tras haber tragado parte del bulgogi que metió a su boca—. No te van a entender o hacer caso. Es inútil.

—Contigo funcionó. —Recuerda.

Anfitrite || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora