Anfitrite || KookMin

64. Medusas de Dolor

—Es realmente un niño encantador

—No más que los suyos, alteza.

—Al menos más valiente que uno de ellos.

Se balancea sobre sus pies, con una linda y pequeña sonrisa mientras los adultos hablan sin parar de él. Le gusta que hagan eso, por lo general no es el centro de atención o tan siquiera el tema de conversación. La plática sigue y por instante para de prestar atención a ellos, desviado a las otras personas en la enorme sala del trono atlante. Dos niños. Igual de pequeños entre sí con cabellos rubios por la luz tan fuerte están presentes.

Uno de ellos leyendo, el otro jugando con un pequeño muñeco en forma de tiburón. Pensó en acercarse al que estaba leyendo, pero este alzó la mirada y con un escalofriante brillo azul en los ojos lo alejo, creando una corriente que lo impulsa hacia el otro niño para que no lo moleste. Se inclina, busca la mirada del niño con el juguete de tiburón.

—Hola. Soy Taehyung ¿Cómo te llamas, príncipe? —Pregunta, él no alza la mirada.

—Jungkook.

—Ah, eres el que mató a la reina.

—Hey, no lo hizo, no te atrevas a volver a decirlo. —Advierte el otro, príncipe Yoongi. Jungkook aprieta los labios.

— ¿Puedo ir a mí cuarto? —Cuestiona con voz pañosa.

—No. Aún no.

Lo que pasó fue cómico para Taehyung.

— ¡Wuu! Mira, están saliendo medusas ¿Cómo lo haces? Son muy bonitas.

—Lo hiciste llorar... Que escándalo. —Cierra su libro y se recuesta fastidiado en donde está.

— ¿Puedes hacerlas de otro color? ¡Eres genial! ¡Eres una fábrica de medusas!

—Tienes una forma muy particular de conocer a tus amores. —Comenta Jimin en una risita. Considerando que lo primero que realmente hablaron es de cómo llora, no está seguro que pensar al respecto.

Es como una señal a lo extraña que iba a ser la relación. Jungkook hace un puchero por un instante, jugando con una de las medusas que surgieron de él. La gran mayoría de tono purpureo en consecuencia al sudor lujurioso que escapó de él en tanto compartir lecho con Jimin. El coreano juega con la almohada que abraza.

—Sí. Lo habían llevado al palacio ese día como una propuesta de matrimonio para mí o para Yoongi. Aun no se sabía quién sería el heredero, pero mi papá decidió que casaría conmigo, porque Yoongi no lo soportaba en lo absoluto. —Ríe con deje nervioso.

—Vaya, creí que Yoongi lo empezó a odiar después. No tan joven.

—Le molestaba el escándalo y Tae... Tae es un poco raro.

— ¿Tú crees que seas el heredero al trono? Estaría genial, pero... Aish, preferiría que no.

— ¿Por qué no te gustaría? —Pregunta confundido, ambos de siete años.

—Porque tendrías que atender muchas personas, tener concubinas, concubinos, muchos herederos... No quiero compartirte con nadie así. Se supone que deberíamos ser solos tu y yo. —Apoya las mejillas en sus manos. Jungkook sacude la cabeza, inseguro en cuanto a que decir.

—Yoongi va a ser el heredero, creo... Es el mayor... Yo no tengo oportunidad—musita con deje decepcionado y ansioso—. Me quedaré como un príncipe nada más.

— ¿Quieres ser rey? —Se sorprende, pues creyó que eso no estaría entre sus intereses.

—N-no específicamente, s-solo quiero... La oportunidad. Yo sé que podría serlo si lo intentara... Voy a empezar con las lecciones de tridente la próxima semana. Él va a enseñarme.