APUESTA [JimSu] (Omegaverse)

~EPILOGO~

>>6:25 am.<<

  Una mañana típica de lunes, los rayos solares se filtraban a la oscura habitación donde lo poco que se iluminaba es directo a un bulto en la cama, que se nota a leguas  está en un profundo sueño, ajeno a todo en el mundo.

>>6:30 am<<

   Suena la alarma indicando que es hora de levantarse y empezar el día. El pequeño omega de 16 años se remueve para poder apagar lo que  considera él la horrible alarma.

Bosteza, frota sus ojos con las manos hechas puños y se dispone a quitarse las sábanas de encima; se levanta directo al baño prosiguiendo a hacer su rutina diaria.

Después de una ducha con agua caliente sale, se viste con unos pantalones entubados de mezclilla azul, una camiseta de manga larga blanca, encima de éste un suéter azul y sus inigualables converse.

Al estar entrando noviembre, el viento suele ponerse helado la mayor parte del día, así que como decía su padre "Mejor prevenir que lamentar", y es que nadie desea una gripe en estos momentos.

Se mueve hacia el espejo mirándose, de su rostro solo sale una pequeña sonrisa, él sabe que es bonito, pero tampoco gustaba de presumir sus cualidades. Con un cuerpo pasado unos cuantos kilos, piel pálida cual porcelana de la más fina calidad, cabello castaño cayendo sobre su frente, ojos un poco rasgados parecidos a los del felino, labios suaves y brillosos debido al bálsamo y sus dos complementos preferidos: unos lentes de pasta gruesa negros y un collar con grabados especiales.

Él tiene muy en cuenta que los omegas son símbolos de belleza, ellos suelen ser delicados, con un gran cuerpo curvilíneo, bonita cara y de piel delicada, pero Jihoon no tiene la culpa de salirse del sistema, sólo tuvo una muy diferente crianza llena de aceptación hacia todos.

Dejando sus pensamientos reflexionistas de un lado, recordándose que debe  bajar a desayunar para poder partir a la escuela, toma su mochila metiendo sus libros y desciende las escaleras directo a la cocina, donde ve a su papá Jimin sentado en la mesa leyendo el periódico con un jugo en la mano, éste le sonríe y él prosigue a tomar asiento a un lado.

Voltea la mirada hacia la estufa donde puede ver a su padre Yoongi, cocinando por el olor que emanaba  la sartén; unos deliciosos Hot-cakes.

Y por supuesto, en frente de él se hallaba su hermosa hermana menor; SunHee parecía entretenida mientras jugaba una de sus tantas muñecas. Sus mejillas se hallaban pintadas de un leve color rojo seguro debido al frío, su cabello negro caía hacia un lado de su hombro en una elaborada trenza, la piel pálida que poseía era idéntica a del omega mayor, sus pestañas tupidas cubrían por el momento aquellos ojos tan brillantes y especiales.

—SunHee~— le llamó la atención el omega mas joven. —¿Quieres ir al parque hoy cachorra?— pronunció con una voz dulce a oídos de cualquiera.

La niña, de manera inmediata alzó esas dos canicas llenas de brillo ante la mención de una ida al parque. Sus ojos bañados de emoción realzaban el peculiar color de los mismos.

Un color que trajo recuerdos emotivos  al omega mayor pues eran idénticos a los de su difunta madre. El verde balanceado entre lo claro y fuerte destacaban mucho debido a su piel blanquecina.

Una auténtica muñeca de porcelana, y es que era tan raro ver a una niña de procedencia coreana con ese color. Hasta varios pensaron que no era hija de Jimin y Yoongi, pero a veces hay características que no se heredan directamente de los padres, sino de antepasados.

Y eso le había ocurrido a la pequeña SunHee que lograba enamorar con solo una mirada a cualquiera. Porque la cachorra poseía una actitud dulce y calmada, idéntica a su padre alfa. Bastante pacífica.