Anna se quedó pegada a mi cuerpo con un abrazo, era tarde, debíamos descansar. Repartí besos y abrazos para todo el mundo, sin importar que mañana nos volviésemos a ver, necesitaba hacerlo. Cogí a mi pequeña en brazos y la subí a su habitación. Eathan nos siguió de cerca, la tumbé en su cama y la arropé. Me tumbé a su lado y Eathan se sentó en el otro. La pequeña sonrió.
─ ¿Estás mejor ahora, ratoncita? ─asintió─ Sé que tienes miedo, pero ni Eathan ni yo vamos a dejarte sola, te lo prometo... Tienes una misión muy importante, porque ahora mismo, vas a ser la más fuerte de esta casa, y sabes que vas a tener que proteger a la tía Arys de todos los malos ¿verdad? ─asintió repetidamente. Le di un beso en la frente─ No me hace falta despedirme, porque voy a volver en nada, ni te vas a dar cuenta de que no estamos, mi amor. Si te digo que te quiero es porque es así, y quiero decírtelo, porque eres lo más bonito que me ha pasado a la vida, ratoncita mía ─acaricié su rostro y sonrió─ Eres fuerte, inteligente y valiente como ninguna, y sé que, con eso, vas a dominar el mundo, mi vida... Estoy orgullosa de ti, y pase lo que pase, siempre lo estaré... ─nos abrazamos y Eathan sonrió. Se tumbó a nuestro lado y nos abrazó a ambas. Besó a Anna en la cabeza y la pequeña se acurrucó a su pecho.
─Vamos a volver en nada, pequeña, todos. No tienes que preocuparte de nada, debes seguir entrenando por tu cuenta, solo eso, no te relajes, que nos conocemos ¿Eh? ─ Anna sonrió con picardía y Eathan le hizo cosquillas, reímos los tres─ Nada nos va a separar de tu lado, eres nuestra ratoncita, y no dejaremos que nada nos aparte de ti. Y cuando te sientas sola, cierra los ojos, y recuerda este momento, nosotros, estaremos a tu lado, siempre... ─le dio un beso a la pequeña y nos sonreímos y yo me aguanté las lágrimas otra vez...
Anna se quedó dormida al poco rato, Eathan y yo nos levantamos y salimos de la habitación, el jolgorio se había disipado por completo. Todos se habían retirado a descansar. Me quedé apoyada en la puerta y rebufé un par de veces... Anna era mi punto débil, saber que la dejaba sola, era mi hija, la había adoptado, le había dado una familia enorme a la que querer, y yo misma se la estaba arrebatando frente a una guerra innecesaria... Eathan me acarició el brazo.
─No sé si debería abrazarte, porque puede que desaté el caos ─ negué y me abalancé sobre él de nuevo.
─¿Por qué tengo la sensación de que nos estábamos despidiendo de ella para siempre? ¿Por qué no dejo de pensar en que la voy a volver a dejar huérfana? No quiero ir a esa guerra sabiendo que ella no va a estar bien ─Eathan rebufó y nos separamos ligeramente.
─Eirel, Anna es más fuerte que tú y que yo. No nos despedimos de nadie, no vamos a dejar a nadie en ese campo de batalla, por muy crudo que sea, no voy a dejar a nadie. Esto es una guerra distinta a las que conocemos hasta la fecha, tu misma te has inventado este formato, puede funcionar mejor que nunca, creo en ti, creo en tu plan, y sé que va a salir bien, de una forma o de otra, sé que va a salir bien... Porque tú vas a estar ahí, a un metro de mi o a mil, pero juntos... ─me acarició el rostro y nos quedamos mirando a los ojos─ Te quiero, te amo más que a nada en este mundo, Eirel Kashegarey, vamos a salir de esto, como salíamos de todos los líos en los que nos metíamos de críos... ─sonreímos con ternura ambos y le abracé con todas mis fuerzas.
─Ten cuidado por favor... Necesito tenerte en mi vida, porque sin ti no sabría vivir... ─sonreímos ambos y nos separamos lentamente. Nos quedamos cogidos de la mano y nos balanceamos ligeramente─ Debemos descansar, un poquito... ─asintió.
─Supongo que tu cama ya tiene un inquilino esperándote esta vez ─me rompió el corazón su tono... Le dolía en el alma haber visto que tenía algo con Damon... ─ Voy a quedarme con Anna, ve con él, Eirel, mereces ser feliz, con quien tu elijas... ─se perdió de nuevo en el cuarto de Anna y yo, por un segundo me quedé plantada, tentada de irme con él y con mi pequeña. La puerta de mi habitación se abrió poco a poco y apareció Damon. Cruzado de brazos sobre el marco de la misma.
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ERALGIA II, Los Demonios
FantasySEGUNDA PARTE Sabía que no podía salir ilesa de todo aquello, pero no esperaba tal masacre en mi alma. Y solo fue el principio. Entre todos los pedazos rotos de mi vidriera, yo descubrí que amaba las sombras entre los brillos. Todos tenemos sombras...