No se puede explicar

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Todo estaba oscuro en la habitación cuando XiaoJun fue empujado dentro por el alto azabache, no necesitó ser adivino para saber que era el cuarto de los productos de limpieza del establecimiento ya que tropezó con un estante de metal que tembló por el golpe y el olor a desinfectante llegó a sus fosas nasales, no se concentró en detallar el espacio ni en pensar que era un lugar muy pequeño y el típico momento comprometedor de alguna novela, el chino sólo estaba pensando en dos cosas: mandar a la mierda a Lee JeNo y salir.

Esperó a que sus ojos se ajustaran a la oscuridad en el cuarto pero no lograba ver nada, chasqueó su lengua e intentó acercarse a la puerta y tomar la manilla pero lo único que pudo tocar fue la pared y el abdomen de JeNo al éste estar cubriendo la puerta, apartó su mano de inmediato y cruzó sus brazos sobre su pecho.

—Quítate –el chino ordenó antes de escuchar un click, el alto había encedido la luz en el pequeñísimo armario haciéndolo parpadear repetidas veces por la sorpresiva luz que chocó con sus ojos, quitó sus gafas para restregarlos y luego se las volvió a colocar importándole poco que no estuviesen bien acomodadas —Abre la maldita puerta, JeNo.

El azabache guardó silencio, sus ojos siempre misteriosos analizándolo y haciéndolo dudar de cualquier paso que estuviese por realizar, odiaba sentirse intimidado por el menor así que rodando sus ojos se acercó un paso intentando apartarlo sin tener éxito.

—Quítate. Ahora –XiaoJun gruñó tomando la manilla e intentando tirar de la misma para abrir aunque era caso perdido, JeNo tenía todo su peso apoyado en la madera lisa.

—Se supone que yo soy el que está enojado, ¿Cómo se voltearon las cosas?

—¡¿Cómo se voltearon las cosas?! Joder, quítate ahora.

JeNo se apartó dejándolo llegar a la puerta pero habló justo antes de que XiaoJun pudiese girar la manilla y salir.

—¿De verdad no lo sabías?

XiaoJun suspiró conteniéndose de golpear a JeNo e intentó colocarse en sus zapatos, luego de un supuesto rechazo el azabache había evitado cualquier tipo de contacto que su ex hermanastro y él pudiesen tener, Mark aparecía en el lugar al que él los había llevado de repente causándole miedo y ganas de huir por lo que su mirada le demostró, se supone que él sabía todo, ¿Cómo pudo pasársele ese detalle? Eso era todo en lo que JeNo debía estar pensando. El castaño apretó la manilla y rodó sus ojos al entender un poco al azabache.

—No sabía eso. He investigado a esos chicos pero este detalle de Hendery no lo supe por investigarlo, estuvimos juntos en clase de coreano hace algunos años, éramos compañeros de asiento y me mencionó que practicaba boxeo, han pasado años pero sabía que seguía practicando y encontrar este lugar no fue difícil... Entiendo tu punto y tu reacción pero de igual forma quiero que te vayas a la mierda, JeNo.

XiaoJun no supo por qué acabó explicándose pero lo hizo de todos modos aún cuando se sentía terriblemente molesto gracias al contrario, cerró sus ojos al dar un nuevo suspiro y cuando intentó tomar la manilla su mano chocó con la de JeNo que estaba ahí evitando su salida.

—Lo siento.

El menor susurró contra su oreja haciéndolo removerse por inercia, no había notado al alto pegado a su espalda pero no pudo moverse luego de percatarse e hizo todo lo posible para conseguir que su voz no temblara por lo desestabilizado que se sentía.

—Bien. Déjame salir.

—Voltea, por favor.

—Déjame salir.

—¿Acaso tienes miedo?

El bajito gruñó girándose en medio de los brazos del alto teniéndolo a tan escasos centímetros que los mini XiaoJun comenzaron a hacer equis con sus bracitos. El azabache se acercó tomando sus gafas y apartándolas de su rostro en un rápido movimiento.

Los amigos de mi crush. 《JiChen》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora