Puedes llamarme mi amor

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ChenLe observó al castaño un par de segundos más, a pesar de actuar como un cretino no dejaba de mirar su rostro, en su vida había conocido a grandes idiotas que intentaban propasarse o lo chequeaban de forma morbosa incesantes veces.

El alto frente a él no parecía ser de ese tipo, en cambio lucia bastante entretenido con su rostro, no parecía tener la intención de acercarse y aunque temprano le había hecho un buen chequeo, en ese momento parecía absorto en sus facciones.

Era una pena que sus intenciones parecieran tan malas, era demasiado atractivo el muy estúpido y ChenLe podía admitir que le encantaba, solo un poco, el piercing en su labio inferior.

Pero algo mínimo, muy equis en la vida.

—¿Vas a castigo o me estabas buscando, bebé?

El chico al parecer no se rendía en sacar algún tipo de conversación, aunque no usaba las frases más convenientes del mundo pero se veía con muchas ganas de escucharlo decir algo, ChenLe no lo culpaba, estaba ahí desde hace minutos y no decía nada.

Sacudiendo la cabeza negó volviendo a la realidad y chasqueando su lengua, acomodó su mochila sobre sus hombros y le lanzó una mirada despectiva.

—Claramente no vine por ti. –el castaño sonrió de lado al escuchar su frase. —Me castigaron, si me disculpas.

Girándose sobre sus talones se dispuso a abrir la puerta recibiendo miradas extrañadas de unas diez personas allí, el rubio suspiró abriendo paso y sentándose en la primera mesa que vio luego de dejar su tarjeta roja sobre la mesa del guardia de castigo esa semana, el profesor Jeon, este solo metió la tarjeta en una cesta y comenzó a juguetear con su teléfono, sus pies descansaban encima del escritorio negro desgastado y su silla apoyada en la pared soportando su peso.

Qué gran guardia, eh. Ni Azkaban parecía tan segura.

ChenLe mordió su labio por las miradas fijas en su rostro e hizo una pequeña revisión, había un tipo alto y musculoso mirándolo como si pudiera romperlo como un palillo, había una chica mascando chicle y mirándolo como si fuese una presa, Lisa que estaba sonriendo mientras negaba a su lado, otra chica a su espalda y... ¿Qué coño hacía Lisa castigada? Si JiSoo siempre estaba cuidando que no hiciera tonterías.

—¿Zhong? ¿Qué haces aquí? –Lisa cuestionó sonriendo tiernamente, ChenLe no sabía que tenía esa chica pero era amada por todo el que la conocía y... bueno, sí sabía lo que tenía.

Lisa era parte del equipo de animación del instituto junto a JiSoo y no, no eran porristas, con animación se refería a que ambas organizaban los eventos, se encargaban de animarlos y sorprender a los estudiantes con ideas divertidas e innovadoras, la chica era una especie de creadora de ánimo en cada lugar que llegaba, graciosa, amable, atractiva y valiente. Siempre con una sonrisa dulce y mucho cariño para dar, eso claro, hasta que las cosas no estaban haciéndose como ella lo había planeado, también era una chica de carácter. ChenLe no estaba sorprendido de que la peligris le dirigiera la palabra aunque la única charla que ellos hubiesen compartido fuese un "¿Para cuando es la tarea?" "Jueves" ella lo trataba como si fuese su amigo y no le veía sentido a su castigo.

Ja, lo conocía más que DongHyuck, negro falso.

Lisa lo miraba esperando una respuesta a lo que el rubio respondió rápido algo intimidado por su presencia, no por algo malo, simplemente no estaba acostumbrado a salir de su burbuja de amistad.

—El profesor Min.

Una sonrisa incómoda brotó de sus labios antes de sentir una mirada fija en su nuca y como la silla tras él era arrastrada para que el instruso se sentara en ella, ChenLe se giró hacia Lisa observando por el rabillo del ojo al chico dejar su mochila sobre la mesa y cruzarse de brazos mientras estaba apoyado en el respaldo de la silla, ChenLe no lo veía bien pero podía apostar que estaba jugando con el pequeño arito.

Los amigos de mi crush. 《JiChen》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora