Los amigos de mi crush. 《JiChen》

Charla de Hermanos

—¿Por qué tienes esa cara?

JiSung dio un respingo cuando pudo oír la voz de su hermana menor al estar en la puerta de su habitación, se sintió confundido por ni siquiera haberla sentido entrar y la escuchó soplar una risa. Seguro por como su cabello estaba en todas direcciones y seguía usando un pijama ya descolorido encima.

—Con ella nací.

—No con ese gesto compungido, ¿Qué te ocurre? –ChaeYoung entró a su habitación sin esperar respuesta y cerró la puerta tras su espalda. Estaba muy linda ese día y aunque JiSung últimamente se ponía alerta cada vez que la veía demasiado arreglada ese día no hizo más que ignorarlo mientras se acostaba sobre su cama triste y abatido.

Miró su teléfono en sus manos desbloqueándolo por inercia solo para ver de nuevo los mensajes sin responder que había enviado hace varias horas ya.

Exactamente la noche anterior.

Al ver qué no decía nada la menor se acercó hasta sentarse a su lado, buscó su mirada y dio una pequeña palmada a su pierna para hacerlo sentir acompañado. JiSung sabía que no se iría hasta saber qué le pasaba, cosa de gemelos supuso.

—¿Es porque mamá no estará mañana?

—Sabes que siempre la entiendo –murmuró y se sentó en posición de indio sobre el colchón—. Y vendrá a las 12, ya no somos unos niños, podemos entender si llega un poco tarde y sabemos que nos ama aún así –dijo con convicción y volvió su vista a sus pies enfundados en calcetines rojos. Había estado en pijama desde que llegó del instituto, ChenLe no había ido por malestar pero no le dijo nada a él, acabó conociendo esa información gracias a Mark quien le había explicado que ChenLe había estado fuera con él y DongHyuck hasta tarde y que por eso había pescado un pequeño resfriado pero que estaría bien en poco tiempo.

JiSung no podía controlar la amargura que le provocaba no haberse enterado por ChenLe debido a que no contestaba sus mensajes y llamadas.

Aunque dormir con él había calmado su malestar cuando volvieron al instituto el lunes su novio se comportó incluso más extraño que en la fiesta del mismo sábado. No dejó que lo acompañará a su casillero o a sus clases, para “no hacerlo perder el tiempo”; cosa que, claramente, lo afectó en demasía. Le gustaba pasar tiempo con ChenLe, nunca era tiempo perdido y contando que no dejaba de darle vueltas a sus actitudes extrañas necesitaba extra dosis de cariño y mimos pero el menor no había estado ahí para dárselos.

Aparte de que parecía estarlo alejando en persona tampoco respondía sus mensajes y eso sí lo afectaba. No creía que su mundo girara en torno a ChenLe, si ellos estuvieran bien y supiera que el menor no responde por estar ocupado no le tomaría demasiada importancia. Probablemente se preocuparía pero no estaría incómodo o asustado como en ese momento. Y seguro que no lo extrañaría tanto como lo hace.

—Si no es mamá, ¿Qué ocurre? –la chica frunció el ceño y al ver su rostro suavizó el gesto y estiró su mano hasta tocar la suya—. ¿Qué pasó, bichito?

ChaeYoung musitó con suavidad. La pelinegra tenía un lado suave que aunque no mostraba con él a diario siempre aparecía cuando estaba preocupada como en ese momento. Tratando de tranquilizarla quiso sonreír pero acabó haciendo una mueca y rodando sus ojos. Se sentó mirando a su menor y hablo dejando entrever todo su malestar.

—Estoy de la mierda, Chae. ChenLe no me responde y antes de que pienses que exagero te voy a explicar que es lo que ocurre –aclaró y recogiendo las mangas de su suéter comenzó a narrar todo lo ocurrido en los últimos ocho días—. ChenLe y yo no hablamos todo el día todos los días y tampoco nos vemos todos los días. Sin embargo, nuestra relación es muy estrecha, siento con él que encontré a la persona ideal –mencionó avergonzado—. Sabe lo que necesito, sabe cómo quererme y sabe cómo ver qué lo quiero aún si no demuestro mi amor de la misma manera que él. Hablamos mucho, del pasado, presente y futuro y aunque parezca una locura porque tenemos solo meses conociéndonos con una sola mirada ya sé lo que pasa por su cabeza.