60《EL GUARDAPELO》

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-Maia... suel...tame...- pedía Draco casi sin aire.

-¡Morirás joven Malfoy!- decia Maia mientras ahorcaba a Draco contra la pared, elevandolo y haciendo que este no toque el suelo con sus pies.

-SUELTA A MI HIJO- pedía Narcissa enojada pero una fuerza invisible no permitía la intervención de nadie al area.

... el dia anterior ...

Pasaron ya unos meses desde que los chicos volvieron de su viaje, encontrandose ahora en Semana Santa, Abril.

Maia se levantó siendo esa una de las pocas noches en las que no había tenido pesadillas.

Desayunó como si de un día normal se tratase. Lo que Maia no sabía es que ni ese ni el siguiente serían días normales. Aunque a este punto, ¿quedan días normales?

El siguiente en aparecerse en la cocina fue Bellatrix. Seguida por Narcissa. Entre las mujeres de la casa, nadie intercambió una palabra. Todas hicieron lo suyo mirando a la otra mientras esta no miraba.

Finalmente todas ocuparon una habitación distinta de la Mansión, Bellatrix chocando en el camino con Lucius y Narcissa con su hijo Draco. Maia llegó sin interrupciones a un salón parecido a un living. Bueno, no se cruzó con nadie en el camino pero si en el destino.

Su amado padre de familia llegó al hogar (notese el sarcasmo)

Este pretendía tener una charla con su hija pero al ver su expresión asesina clavada en él, prefirió ir a donde lo aprecian, Bellatrix.

Ambos charlaron de quien sabe que y Stievenson apareció, queriendo vigilar de cerca a su padre.

En eso, Voldemort detiene su charla y empieza a sentir un dolor fuerte en el pecho. El dolor dura unos cuantos segundos y cuando se detiene mira con preocupación y sorpesa a nada en específico.

Draco aparece y cree arrepentirse del momento en el que decidió llegar, al ver al amo con esa expresión.

Maia, quien observó la situación, comprendió de inmediato y se acercó lentamente a Lord Voldemort.

-Ten más cuidado padre, te quedan pocas vidas- dijo ella triunfante al entender que otro horrocrux había sido destruido.

-Estas viejo y cualquier cosa podría pasarte- decía ella con una sonrisa burlona en su rostro -Yo que tu, me cuidaría más- dijo amenazante.

Malfoy desde el marco de la puerta no comprendía nada de lo que ocurría y estaba por recibir una explicación cuando Maia se retiró de la habitación y por ende caminó hacia él.

-¿Que fue todo eso?- preguntó Draco siguiendo a la chica.

-Eso, Draco, fue la destrucción de un horrocrux, mi padre pudo sentirlo. Te lo dije, Harry busca los horrocruxes y esta logrando destruirlos- explicó ella.

-No se como me atreví a decir eso pero lo hice y se sintió genial- expresó Stievenson con alegría.

-Ten mas cuidado con lo que dices y haces a quien tu sabes- dijo Malfoy quien en cambio tenía miedo de que él deba pagar si Voldemort estaba de mal humor por lo que su hija dijo y bueno, la perdida de una de sus vidas.

(Ya se que el guardapelo es destruido a fines de diciembre de 1997 pero recordemos que yo aclaré que pueden cambiar algunos hechos)

...

Maia despertó al siguiente día sin pesadillas por dos noches seguidas. Lo primero que la chica pensó fue que lo de los sueños acabaría ya que su padre ahora es más debil.

Bueno... lamentablemente eso no fue lo que pasó.

Esa tarde la rubia se encontraba en su habitación y todo marchaba normal hasta que dejó de hacerlo.

Mata al chico

Le susurraba la voz de su padre en su oido, en realidad en su mente.

Ahora no podras escapar niña desobediente

Continuaba esta y por más que Maia luchó por no escucharla, la venció. Se encontraba totalmente fuera de su control y se agarraba fuertemente la cabeza, provocando que tambalee. Pronto dejó de luchar ya que no estaba consciente de lo que hacía.

Lo primero que la chica hizo bajo el control de su padre fue salir de su habitación rapidamente abriendo la puerta con su mano pero sin tocarla.

La inconsciente Maia caminó por la casa hasta encontrar a Malfoy y cuando lo halló este mostró una sonrisa, que rapidamente se desvaneció al ver a la chica acercarse de manera aterradora hacia él.

Maia uso su mano para elevar a Draco por los aires lanzandolo con toda su fuerza a una pared. El chico quedó ahí luchando por soltarse del agarre invisible que lo mantenía en aquel muro.

La chica Riddle usaba el poder de su mano para agarrar a Draco por el cuello sin siquiera tocarlo. Por lo tanto, se encontraban a unos metros separados el uno del otro.

-Que te... pasa- decía Draco mientras intentaba soltarse de la fuerza invisible que lo sujetaba al cuello.

Ella sólo apretó más sin darle respuesta a Draco. Luego apareció Narcissa que en cuanta vio a Draco corrió a ayudarlo.

-Maia... suel...tame...- pedía Draco casi sin aire.

-¡Morirás joven Malfoy!- decia Maia mientras ahorcaba a Draco contra la pared, elevandolo y haciendo que este no toque el suelo con sus pies.

-SUELTA A MI HIJO- pedía Narcissa enojada pero una fuerza invisible no permitía la intervención de nadie al area.

Maia continuaba apretando hasta el punto en el que Draco no pudo emitir otra palabra.

Derepente la chica cambió su expresión, agitó su cabeza y aflojó su mano, dejando caer a Malfoy. Miró asustada a su alrededor y se dio cuenta de lo que acababa de pasar.

Narcissa fue a socorrer a su hijo, el cual reaccionó rápidamente. Maia los miró asustada y pensó en decir algo pero en lugar de eso solo retrocedió y se fue a su habitación rapidamente.

En su habitación se da cuenta de que su padre lo había logrado, la había controlado. También se dio cuenta que Voldemort hizo mucho esfuerzo para eso, por eso pudo detenerse. La destrucción del guardapelo le había afectado, gracias a eso no tuvo la fuerza suficiente para terminar la tarea.

Maia no se sentía aliviada. Respiraba agitadamente y su expresión de miedo no cambiaba, pero más temía que Narcissa o Lucius tocara su puerta en ese momento, o peor, que su padre la vuelva a controlar. Cosa que descartó debido a su perdida de fuerza y poder.

Tiempo mas tarde, renovada, decide salir de la habitación para encontrarse con Narcissa, Lucius y Draco juntos en el salón principal.

-Disculpen por el incidente. Draco, luego hablo contigo. Para que quede claro, no fui yo la que lo hizo, jamás lo haría- dijo antes que nada. Ante el silencio decidió dirigirse a Narcissa.

-Tu me crees ¿verdad Narcissa?-

Ella vaciló pero se separó de su familia y se acercó a Maia, la miró a los ojos como a una hija y dijo:

-Claro que te creo, se que aprecias a Draco y él a ti. Se como eres- dijo tiernamente sujetando las manos de Stievenson.

-Bien, ahora... hay que acabar con ese idiota y si Harry Potter no lo hace, lo hare yo misma-

Emitió muy segura de sí, pero en eso alguien pretende entrar. Narcissa ya se encontraba abajo en la entrada, viendo frente a ella, carroñeros...

Continuará...

《Maia Riddle》 Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora