Entre los colmillos de los Bartholy (IV). Helena.

Capítulo 69 - Beber

NARRA HELENA

Tras el almuerzo, nos dirigimos al campo de entrenamiento de la manada. Ahora no hay nadie, y nadie puede vernos ya que todos notarían si alguien se acercase. Aun así, cuando entramos, levanto unas grandes paredes de nieve para que no se vea nada desde el exterior. Sólo estamos allí Dante, Erik y yo.

_Bueno mi reina, empecemos por lo básico, intenta utilizar mis poderes. Concretamente el de los lazos, que es el más sencillo.

_Está bien. Pero no me dejes entrar, quiero conseguirlo aunque me pongan resistencia, si tú eres el más fuerte no tendré problemas con nadie más.

_Como desees... _dice sonriendo.

Intento entrar en su mente, pero la verdad es que se resiste muy bien, es evidente que otras veces me ha dejado entrar. Tras unos minutos su mente es mía.

_Eres muy habilidosa en muchos aspectos...

_Dante... _gruñe Erik.

_No seas mal pensado...

_Ya, claro...

_Chicos, me desconcentráis.

Lo que me faltaba ahora es que se pusieran a pelear. En fín, hago como con Eneas y utilizo su poder. Dante se queja de dolor ya que no me lo está permitiendo, pero finalmente accedo a él. Ahora todo él me pertenece, está bajo el poder de mi mente. Si él es el más fuerte, con sus hermanos me va a resultar fácil... Utilizo sus poderes como si fueran los míos, me resulta fácil pero este poder en concreto es muy similar al mío. En poder mental no hay quien me gane, y mis sentidos son más agudos que los suyos. Realmente sus ventajas son sus alas y la teletransportación.

_Genial mi reina, ahora sólo queda lo más difícil.

_Mi Luna, mírame un momento.

Yo lo miro mientras él me mira con curiosidad y asombro y luego mira a Dante que está con sus ojos negros.

_¿Qué ocurre?

_Tus ojos son distintos. Los bordes son negros con pequeñas terminaciones hacia tu iris morado.

_Vaya... debe ser por el poder de Dante.

_Estás más hermosa así, eres muy poderosa, ¿lo sabías?

_Claro que sí, soy más fuerte que mi madre y que mi hermano. Aunque tú tampoco estás mal, puedo sentir tu poder, y muy similar al mío, aunque tenemos habilidades distintas.

_Muy modesta... y gracias por la parte que me toca. Ahora vamos con la teletransportación.

_Lo estaba deseando.

_Bien, primero déjate llevar conmigo, lo haré muy despacio para que puedas ver el proceso. Tu conéctate a mi mente y ve lo que yo. Ahora coge mis manos.

Dante me tiende sus manos y yo las cojo. Entonces noto como mi cuerpo se vuelve más ligero y en su mente veo como visualiza a dónde quiere ir. Entonces desaparecemos de dónde estamos y aparecemos en el otro extremo del campo de entrenamiento. Estoy muy emocionada de poder hacer esto...

_¿Te has quedado con todo?

_Eso creo.

_Vale, no me sueltes, si algo va mal puedo redirigirnos antes de que nos partas por la mitad o algo así.

_Perfecto, estoy deseando probar.

Dante y yo permanecemos cogidos de las manos. Intento ir a donde nos encontrábamos antes, pero no puedo. Visualizo el sitio, me conecto a su mente, pero no se que tipo de poder es, ni que energía buscar.

_Dante, no puedo, no consigo encontrar la forma.

_Tranquila, lo haré yo de nuevo y ahora fíjate en mi energía, en las vibraciones.

Dante lo repite pero ahora me ha llevado al lago. Ha hecho que el viaje sea más largo para que pudiera notar mejor las vibraciones y su energía.

_¿Puedes hacerlo de nuevo?

_Claro que sí.

Ahora me lleva a su casa, que está a bastante distancia. Ahora sí que puedo diferenciar ese tipo de energía... es muy sutil... Dante está muy pegado a mí y me mira con ternura.

_¿Qué tal ahora?

_Creo que ya lo tengo. ¿Sirve también visualizar a una persona en vez de un lugar?

_Claro que sí, ¿cómo crees que te encuentro siempre? Lo que pasa es que antes estabamos haciendo un traslado sobre el mismo lugar.

_Está bien, ahora voy a probar yo.

Yo me concentro en sentir esa energía, la busco en su ser, y me mimetizo con ella. Es una energía muy diferente a la mía, pero me resulta agradable. Entonces pienso en Erik... En su rostro, sus manos, su olor...

_¡Lo has conseguido! _grita Dante.

Yo abro los ojos y miro al rededor, y efectivamente estoy delante de Erik. Una gran sonrisa inunda mi rostro y el de Erik, a quien no puedo dejar de mira. Me lanzo a sus brazos y lo beso.

_Mi Luna, sabía que lo conseguirías...

_Lo hice pensando en ti.

_Oye, creo que también se debe a que has tenido un buen maestro... _dice cogiendo la solapa de su chaqueta.

_¡Claro que sí! Muchas gracias, de verdad _le digo abrazándolo y él me devuelve el abrazo.

Erik por extraño que parezca sonríe ante la escena y me mira con ternura. Yo le sonrió y me siento muy feliz.

_Creo que es suficiente por hoy...

_Tienes razón cariño.

Hago caer el muro y vamos caminando hacia casa de Erik. Tengo que probar esto a distancia... Y tengo que hacer que mamá y Eneas practiquen también.

_Dante, ¿tendrías algún inconveniente en enseñar a mi madre y mi hermano?

_Claro que no.

_Muchas gracias. Los avisaré para que vengan mañana.

_No hay de que. Si me disculpan...

Dante desaparece y junto a Erik decidimos ir a la mansión.

NARRA ARIADNA

Ha llegado la hora de que me muerda Drogo... Estoy muy nerviosa, pero no me queda otra. Llamo a su puerta y Drogo me abre enseguida.

_Cosita, que alegría, ya tenía hambre.

Yo entro sin decir nada y con la cabeza gacha. Drogo cierra la puerta y se acerca a mi cogiendo mi barbilla para hacer que lo mire.

_Oye, no te preocupes por lo del otro día, no pasa nada. Está olvidado.

_Muchas gracias Drogo. Ahora si no te importa... _digo mostrando mi cuello.

Estoy más nerviosa aún que la primera vez... No me puedo creer lo que provoca en mí... Sus caricias queman mi piel y deseo que me bese... El me pega a su cuerpo y me muerde. Estoy en un gran éxtasis y gemimos de placer.

_Drogo... No sabes cuanto te deseo...

_Si que lo sé cosita... No paro de oír tu mente gritar cuanto que deseas que te bese... _me dice mientras me aprieta contra él profundizando el mordisco.

Poco a poco se separa de mí y me sujeta para que no me caiga, ya que ha bebido bastante y siento un poco de mareo. Me lleva a la cama y me recuesta, y se pone sobre mi.

_Drogo, ¿pero qué haces?

_Sólo lo que siento...