Capítulo 97 - Gran lucha

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NARRA HELENA

Eneas y yo lanzamos el dragón hacia el enemigo, el cual escupe el fuego fatuo quemándolos sin piedad. Henry ordena que nos ataquen, y según pasan al dragón,  Conor da la orden para que ataquen a todos los que se acerquen. Erik, Sebastian y Dante hacen lo mismo. Nuestro dragón hace mucho daño en los enemigos, provocando que incluso algunos huyan ahora. Veo como Henry está muy furioso. 

Empieza una dura lucha, y como predije, muchos atacan queriendo sacar el corazón lo cual provoca sus propias muertes

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Empieza una dura lucha, y como predije, muchos atacan queriendo sacar el corazón lo cual provoca sus propias muertes. Los demonios utilizan sus lazos negro para atacar, y se enfrentan a los demonios de Dante. Otras criaturas muy desagradables con colmillos y pinchos por su cuerpo, algunos vampiros y unas especies monstruos grandes y fuertes vienen hacia nosotros, al menos los que escapan del dragón. Vampiros y lobos se enfrentan a ellos, y cuando ya han pasado todos el dragón mi hermano y yo dejamos de mantener el dragón para unirnos a la lucha. 

Está siendo una lucha muy dura, son muy fuertes pero estamos bien preparados. Dante y Din ya no están como les pedí, y yo busco a Henry con la vista para enfrentarme a él. 

NARRA DANTE

Din y yo nos teletransportamos hacia donde se encuentra Ariadna. Llegamos a una especie de celda dónde se supone no tenemos poderes. Ella está atada por unas cadenas como me tenían a mí. Voy a partir las cadenas pero me queman al tacto. Entonces prueba Din, ya que Helena había previsto que neutralizaría sus poderes y los míos. Pero por suerte tenemos un druida, que es aún más poderoso que un brujo. Din hace una especie de hechizo o algo así y abre las cadenas de Ariadna. La cojo en brazos y está insconsciente. Salimos de allí, y reconozco que estamos en el palacio de Henry. Una vez fuera de esa sala contacto con Helena. 

_Ya la tengo.

_Llévatela a la mansión, allí no podrán entrar. 

_Ahora mismo. 

Din y yo nos teletransportamos a la mansión y dejamos a Ariadna en la cama. Le pido a Din que se quede con ella y yo vuelvo junto a Helena. Cuando vuelvo veo como luchan con fiereza, y mi reina es la más valiente... tiene una fuerza increíble, y su familia lucha a su lado. Llego a su lado y me sonríe cuando le digo que está a salvo. 

_Hola hermanito, ¿dónde estabas?

_Quitándote a tu prisionera. Ahora si me lo permites, estás siendo muy molesto, y creo que acabaré contigo. 

_No te lo permitiremos _dice Alastor.

_No necesito tu permiso... 

_Lo siento hermano... pero estoy con Henry... _dice Dalkiel.

_Vosotros lo habéis querido...

Cojo la mano de Helena, y ésta a su vez se une a la fuerza de su hermano y de Edward. Creamos unos lazos mezclados de liana verde, agua azul, agua morada y negro que los rodea y los hacemos desaparecer para llevarlos a la celda donde tenía a Ariadna. No van a poder escapar de allí de momento. 

_Llévate a Sarah y Eva para que sellen la celda. 

_En seguida mi reina.

_Te veo en la mansión.

NARRA HELENA

Vuelvo a mi forma humana junto a mi hermano y el resto. Hemos acabado con todos lo que han luchado, ya que muchos han ido huyendo, especialmente cuando atrapamos a los hermanos de Dante. Yo ordeno a todos que paren y descansen. Pido a los heridos que se acerquen, y la verdad es que son muchos. Uno mi energía a la de Edwar y mi hermano y creamos una capa que los va curando poco a poco según pasan por ellos. 

_Mi reina, ha sido increíble luchar a su lado, nunca me lo he pasado mejor, ni siquiera con su abuelo _dice Baltasar.

_Sólo he hecho lo que debía, gracias por tu apoyo.

_Para servirte _dice con una reverencia. 

_Helena, gracias por los escudos, de verdad nos ha salvados a muchos de morir, sin duda una gran idea.

_Dáselas a mi hermano Sebastian.

Yo me vuelvo a conectar a todos para darles las gracias y ordenarles volver a sus casas para descansar. Los demonios me hacen un reverencia y desaparecen. Lobos y vampiros vienen conmigo hacia la puerta. Una vez la pasamos mi hermano y yo deshacemos los escudos que llevamos. Eneas va hacia la mansión corriendo para decirle a Din que venga. Una vez allí, sellan la puerta, que desaparece poco a poco. Mientras tanto yo estoy tirada en el suelo agotada. Tengo mi cuerpo manchado de sangre de demonio y otros seres pero me da igual, sólo quiero que todo acabe y darme una ducha. 

Llegamos a la mansión y voy a ver a mamá. Ya está bien, Eneas la ha curado y yo le doy un fuerte abrazo. Es un momento muy emotivo y mamá me abraza dándome un fuerte abrazo y dándome besos por todos lados. Estamos abrazados los tres, y se nos unen los hermanos Bartholy. Estoy muy feliz... aunque aún no ha vuelto Dante con Sarah y Eva. 

_Mamá ahora vengo, tengo que terminar algo.

Yo desaparezco y aparezco dónde Dante, al menos las brujas ya han cambiado el hechizo sobre este lugar. Veo a Sarah luchando con un escudo protector contra Henry, mientras Eva está sanando a Dante y sus hermanos están tirados en el suelo. Llego y enseguida voy a ayudar a Sarah, pero al verme, Henry desaparece. Yo envuelvo a sus hermanos en una burbuja para que no puedan escapar y voy junto a Dante. Está muy herido, y sus alas están fuera llenas de heridas también.

_¿Qué ha pasado? 

_Esabamos conjurando la celda cuando sus hermanos nos atacaron. Dante sacó sus alas para protegernos mientras cambiábamos el conjuro pero lo hirieron gravemente, y tuvimos que interrumpir el conjuro para curarlo antes de que muriese. Lo siento, pero ha escapado.

_Tranquila Sarah, vosotros sois lo primero, lo más importante es que estéis bien. Descansad tú y Eva, yo curaré a Dante, estáis exhaustas. 

Sarah y Eva asienten y caen al suelo agotadas mientras yo curo a Dante. El pobre está muy mal, ha debido aguantar muchísimo para protegerlas. Ha mostrado sus alas... lo cual me hace pensar que estaba al límite, nunca las había sacado. Poco a poco se recupera y vuelve en sí.

_Mi reina...

_Tranquilo... descansa, volvemos a casa, todo ha pasado ya...

Yo le pido a Sarah y Eva que me den la mano y nos transporto a todos a la mansión. 

Entre los colmillos de los Bartholy (IV). Helena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora