Capítulo 7

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No quería seguir pensando en Ris, ni en Dylan, ni en Olga, ni en Armin, ni en Megan, ni en ninguna otra persona con la que alguna vez estuve y con quienes no tuve ningún final feliz. Nunca había experimentado tanta atracción por alguien que sintiera la misma cantidad de atracción por mí, y eso me asustaba. Quería dejar de pensar que todo saldría mal como las otras veces.

         Sobre todo, quería dejar de pensar en Dylan...

         Desde que él había estado en mi vida me daba mucho miedo sentir cualquier cosa por cualquier persona. Por eso no quería pensar en Jonathan como un pretendiente: me recordaba, de alguna forma u otra, a Dylan, y eso era desagradable y terrorífico a la vez. Pero en realidad eran diferentes, abismalmente diferentes.

         Pero entonces, ¿por qué me infundía aun así tanto miedo?

         Trataba de sacarme esas ideas de la cabeza mientras me concentraba en el trabajo. Afortunadamente, no pasó mucho más tiempo para que terminara el día. A las 7:50 habíamos terminado todos los cierres y solo esperábamos a que dieran las 8.

         Yo me había pasado casi 20 minutos en el baño, retocando el escaso maquillaje que llevaba y tratando vanamente de arreglar mi cabello. Lo cepillé, lo humedecí y le eché ceda olor a uva, pero aun así no me gustaba el resultado final. Luego, cuando Tony se asomó por la puerta y me miró por el reflejo del espejo, suspiré y opté por regresar al chongo que llevaba desde la mañana.

Tony: Estás muy guapa, Su.

         Me giré. Él se recargó en el umbral de la puerta, cruzado de brazos, aparentando estar relajado.

Su: (levanté una ceja) Gracias.

Tony:... Había pensado que, como hoy Emy no pasará por ti, tal vez podría llevarte a casa e invitarte a cenar algo por ahí.

Su: (me mordí el labio, dudosa) Gracias, Tony, pero... es que ya hice planes.

Tony: (levantó una ceja) ¿Tan pronto? Antes de la hora de comida no tenías ningún plan.

         Revolví mis manos frente a mí, sintiéndome incómoda y exasperada. Me molestaba aquella actitud que estaba tomando, fingiendo no saber de lo que hablaba, cuando sabía perfectamente que se hacía una idea muy clara de cuáles eran mis planes improvisados.

Su: Pues, después, sí.

Tony: ¿Y puedo saber lo que harás?

Su: (rodé los ojos) Oh, Tony. Sabes con quién saldré.

Tony: La verdad es que no.

Su: (torcí la boca)... Voy a salir un rato con Jonathan.

Tony: (enarcó las cejas) ¿Un rato?

Su: Sí. No pienso regresar muy tarde.

Tony: ¿Y crees que él te dejará ir tan rápido?

Su: En cualquier caso, yo me iré.

Tony: ¿Dónde se verán?

Su: Voy a acompañarle a un ensayo con la banda. Voy a estar bien, Tony.

Tony:... Ya... y... solo estarás un rato... y... ¿qué van a hacer?

Su: (fruncí el ceño, desorientada) Él tocará y yo veré. ¿Qué otra cosa si no?

Tony: Pero él podría terminar llevándote a algún lugar más privado y... pff, me da asco solo de pensarlo.

Su: (solté una risa seca) Tony, no va a pasar nada de eso. Sabes que no soy así, no puedo ser ese tipo de chica, ni siquiera aunque tuviera las ganas o la oportunidad...- me mordí el labio, impotente.

EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora