Capítulo 6

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Jamás nadie me había regalado algo tan maravilloso. Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando levanté la tapa plateada y sonreí como idiota viendo el contenido. Emily, a mi lado, lo miró con escepticismo.

Emily: Te lo juro, Susan, solo tú puedes emocionarte con algo así.

         Me reí. Adentro de la caja había una libreta de piel negra, de doscientas hojas, un tintero de cristal con tinta negra y un pequeño estuche dorado. Dentro de éste había una pluma plateada con detalles negros. Era el regalo más bello y especial que me habían dado nunca, sin mencionar que era realmente original. Dentro de la libreta, en la primera hoja, estaba escrito un mensaje a mano:

Sé que los sueños no se pueden regalar, que los tiene que construir cada quien. Pero quería darte algo para que pudieras comenzar a escribir el tuyo.

J.D.                  

         Suspiré. Dios mío, ¿era posible que esto fuera real?

Emily: Quién lo diría. Los metaleros también pueden ser poetas.

Su: (sonreí) No me cabe duda.

         El resto del día no me importó que Tony tuviese cara de enojado y que no se atreviera a hablarme sino hasta el segundo turno.

         En general, el día estuvo bien, porque Daphne no me dijo nada realmente malo mientras estuvo en el local. Tony pasó olímpicamente del tema de que me había besado esa tarde, tratando de ocultar inútilmente su enojo.

         Al final del día Emily pasó por mí. No pude evitar sentirme decepcionada cuando vi que Jonathan no se había aparecido por el lugar.

         Me marché con mi amiga a su departamento para hacer tarea y desestresarnos un rato (sobre todo ella, que pasaba mucho tiempo estresada con la escuela y el trabajo) y más tarde regresé a casa.

         Allí, mis tías me preguntaron por el regalo y les conté la verdad, omitiendo el hecho de que Jonathan era un músico famoso. De inmediato empezaron a especular. "Seguramente le gustas", "seguro quiere contigo", "¡Ya tienes pretendiente!", "¡Ya tienes galán!", "seguro no es muy guapo, pero debe ser simpático", "seguro es feo, pero de buen corazón", "seguro no es muy inteligente", "seguro es inculto", "seguro es de barrio", "seguro está ciego".

         Seguro está ciego...

Al día siguiente me sentía algo insegura de mí misma. Llegué 20 minutos tarde al trabajo. Había tenido de nuevo pesadillas, esas que invadían mis noches cada determinado tiempo. Llegué con dolor de cabeza al trabajo y, mientras me robaba una taza de café de la cocina, Emily llegó revoloteando, emocionada.

Emily: Hola, Susy.

Su: (reí) Hola, Emy. Que buen humor traes hoy.

Emily: (sonrió, radiante) Es normal, hoy saldré con Will.

Su:... Will... ¡Oh! ¿Finalmente saldrás con él?

Emily: ¡Claro! Anoche me mandó flores a mi casa.

Su: Wow, eso es maravilloso, Em.

Emily: ¿De verdad lo crees?

Su: (me encogí de hombros) Sí, claro.

Emily: (sonrió) Gracias, Su. Hoy no iremos a mi casa por la tarde, ¿está bien?

Su: Sí, claro. Pero... ¿te quedarás con él?

Emily: (se mordió el labio, sonriente) Tal vez.

Su: (suspiré) Bien, solo... ten cuidado, ¿quieres?

EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora