EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]

Capítulo extra 2: La despedida.

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NOTAS DEL AUTOR:

Este capítulo tiene lugar durante el transcurso del capítulo 32. Es preferible leer esta parte después de terminar dicho capítulo.

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By Emily:

Emily: ¿¡Cómo que se van mañana!?

Su: Bueno... sí. Creí que ya lo sabías.

Emily: ¡Pues no! Creí que se irían hasta el sábado.

Su: Pero no nos da tiempo, el camino es de casi veinte horas, y ellos quieren llegar a descansar a sus casas, por eso programaron el viaje para mañana.

Emily: Pero... ¿Por qué no me lo dijiste antes?

Su: No creí que te molestara tanto. ¿Tanto así me vas a extrañar?

Emily: (me ruboricé) Ehmm... ¡Pues sí! ¿Tú qué creías? Te vas tantos días y ni me entero.

Su: Pero Em, sí tú también vas a salir. Aunque yo me hubiera quedado, tú vas a estar ausente hasta año nuevo.

Emily: Pues... pues... ¡Peor aún! ¿Te imaginas cuánto tiempo no te voy a ver?

Su:... Em, ¿estás segura de que estás así porque me voy... o hay otra razón?

Emily: Eh... ¿¡Pero qué dices!? Ja, estás completamente loca, ¿por qué tendría otra razón para ponerme así? Eres mi mejor amiga, casi mi hermana; es normal que me ponga sentimental. Ya sabes lo aprensiva que soy.

Su: Ah... ok. Si no te conociera diría que te encariñaste de alguien más.

Emily: ¡Por supuesto que no!... Pff... deja de decir tonterías.

Su: (rio) Como quieras.

Emily: ¡Su!

Su: ¡Está bien! Te creo, de verdad.

         Suspiré, no muy convencida de sus palabras. Me ponía nerviosa que intuyera tanto las cosas. Es verdad que había descubierto que dormí en la habitación de Munky, ¿pero cómo podía sacar conclusiones de la nada? Supongo que todo era consecuencia de ser tan unidas. Después de tantos años, era normal que conociéramos nuestras reacciones y esas cosas.

Emily: En fin... Supongo que entonces ya no te veré hasta año nuevo.

Su: Pues sí. Parto mañana temprano.

Emily: Eh... y... ¿cómo a qué hora más o menos?

Su: (rio) A las doce. Nos vamos de aquí a las doce del día. ¿Por qué?

Emily: Oh, por nada. Mera curiosidad. Bueno, pues entonces no te quito más tu tiempo. Tienes que hacer la maleta seguramente.

Su: Sí. Ya nos veremos después. Te quiero.

Emily: Yo también te quiero, Susy. Tráeme muchos recuerdos.

Su: ¡Tú también! Adiós.

Emily: Adiós...

         Cuando colgó, me costó un rato reaccionar.

         Así que se iba; se marchaba mañana y yo no había tenido oportunidad de aclarar nada. Lo único que había pasado es que ahora estaba más confundida que nunca. ¿Qué se supone que tenía que hacer? Me había pedido que me decidiera en aquel mensaje... pero no, ni por asomo me había decidido ya. En ese momento, después de hablar por teléfono con mi amiga y comprobar que se iba mañana temprano, me entró un pánico extraño que no supe de dónde se originó. De hecho, de no ser porque me había quedado por error con una de las bolsas de las compras de Susan que contenían uno de sus regalos para su familia, y si no le hubiera hablado para notificárselo, ni me hubiera enterado de todo esto. Era consciente de que partirían, pero por alguna razón pensaba que tendría más tiempo para despedirme; tanto así que casi lo había olvidado.